Por Pablo Cabañas Díaz
El ejercicio de las artes plásticas en Sonora ha transitado desde los talleres particulares hasta la institucionalización.
Ahora, hay una decidida y creciente participación de las mujeres en donde destacan: Martha Peterson, Helga Krebs, Paula Martins y Ethel Cook.
Entre estas artistas plásticas destaca la obra de Cooke (1960), de nacionalidad estadounidense y nicaragüense que radica en Sonora. En su obra se observan múltiples formatos y tamaños.
La trayectoria de Cooke muestra la profesionalización de las artistas plásticas sonorenses.
Desde joven fue acreedora de reconocimientos y fondos gubernamentales. Su formación se inicia en 1983, cuando estudió Artes en el Tompkins Cortland Community College. En 1985 se inscribió en los talleres de escultura en la Universidad de Sonora. En 1995, representó a Sonora en un intercambio cultural con Italia. Al año siguiente obtuvo el premio de adquisición en el Concurso Estatal de Artes Plásticas.
Cooke ha creado murales públicos, esculturas, dibujo y poesía. Ha participado en teatro, escenografía y diseño de vestuario. Cuenta exposiciones colectivas e individuales en Estados Unidos, México y Europa. Trabajó en la obra mural del Museo de Culturas Populares e Indígenas de Sonora. Además, ejerce la docencia en pintura y dibujo experimental y de apreciación artística a nivel primaria, preparatoria y Universidad.
Sus interesantes pinturas motivan a meditar si fueron pintadas para la ocasión o se adhirieron con otras temáticas acorde al discurso, porque según la artista. Hay obras basadas en la mancha, en la ejecución prístina casi gestual. La obra de Cooke, nace de un proceso observable desde los años ochenta del siglo XX marcado por el impacto de las políticas culturales que incluye a la pintura y la escultura.
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