CIUDAD DE MÉXICO.- El costo social por el deterioro ambiental en el país es alto, el abandono del campo, la pobreza, la migración, el desempleo, la desnutrición son expresiones en el sector rural, advirtieron los investigadores Gerardo Noriega Altamirano de la Universidad Autónoma Chapingo y Enrique Rico Arzate del Instituto Politécnico Nacional.
La reducción de la fertilidad actual de los suelos mexicanos ha sido una oportunidad para restaurar el suelo y mejorar la productividad, destacaron los especialistas. Ello trajo como resultado que en 2020, el campesino michoacano obtuviera un ingreso adicional, en un monto mínimo, de $12,000.00 pesos por hectárea lo que para la economía michoacana representa un ingreso adicional de 100 millones de pesos para este ciclo agrícola.
En ese sentido, Rubén Medina Niño, Secretario de Desarrollo Rural y Agroalimentario, precisó que en 2021 se benefició a 3 mil 668 productores que cultivaron 9 mil 460 hectáreas, quienes ya han logrado desde años anteriores un incremento, en promedio, de dos toneladas por hectárea.
En entrevista de medios, Rubén Medina Niño, Secretario de Desarrollo Rural y Agroalimentario, dijo que para construir esta competitividad económica y la protección ambiental se acudió a la colaboración de investigadores como Gerardo Noriega Altamirano de la Universidad Autónoma Chapingo y Enrique Rico Arzate del Instituto Politécnico Nacional, quienes con sus grupos de trabajo, diagnosticaron la calidad de los suelos de Michoacán.
Los investigadores de la UACh e IPN encontraron que el 59% (3,447,452 ha) del territorio está degradado por acidez del suelo; 49% (2,889,188 ha) tiene niveles de bajos a medios niveles de materia orgánica; en 46% (2,707,998 ha) su capacidad de intercambio catiónico debe atenderse; 65% (3,839,247 ha) son vulnerables a la compactación.
Con base en ese estudio, los investigadores diseñaron insumos de especialidad: fertilizantes foliares, estimulantes y biofertilizantes; además el proceso de formación de recursos humanos dirigido a productores, extensionistas y tomadores de decisiones.
Con ello, aseguró el titular de SEDRUA, de implementarse esta estrategia en el futuro, Michoacán con las 458 mil hectáreas que se cultivan con maíz aportará anualmente, de manera adicional, alrededor de un millón de toneladas de este grano básico, ello significa caminar a la soberanía agroalimentaria y crear una riqueza adicional para los agricultores michoacanos de unos 5 mil 500 millones de pesos anuales.
Explicó que la reducción de la fertilidad actual de los suelos mexicanos ha sido una oportunidad para restaurar el suelo y mantener la productividad; de esta manera Michoacán desde el año 2019 comenzó un proceso de inducción y promoción de prácticas sustentables para restaurar ciclos biogeoquímicos, incrementar la productividad del suelo, atender la nutrición de los cultivos y transitar hacia la autosuficiencia y soberanía alimentaria. Se han beneficiado a 10,230 productores con 27,400 hectáreas cultivadas en 10 regiones del Estado donde fueron capacitados 2600 participantes en 210 eventos, detalló el funcionario del gobierno michoacano.
El Gobierno del Estado de Michoacán consciente de la cuestión agroalimentaria y la dimensión ambiental, subrayó, convocó a los productores agrícolas, Comisariados Ejidales, Jefes de Tenencia, representantes de organizaciones sociales, profesionales que desarrollan el extensionismo rural así como a académicos de Chapingo y del Instituto Politécnico Nacional para que contribuyeran con su experiencia, conocimiento, esfuerzo y creatividad a la implementación de la Agricultura Sustentable para producir alimentos protegiendo al ambiente.
En ese sentido, la colaboración de los académicos lidereados por Gerardo Noriega Altamirano y Enrique Rico Arzate, conceptualizó al recurso suelo como un patrimonio nacional, dirigieron los esfuerzos en seis líneas de acción: (1) diagnóstico de la fertilidad de los suelos; (2) diseño de mezclas de minerales como mejoradores de suelos; (3) incorporación de materia orgánica humificada; (4) inoculación de la microbiología del suelo como biofertilizantes; (5) diseño y formulación de la fertilización foliar complementaria con nutrientes y bioestimulantes como una medida para suministrar lo que el suelo carece en la actualidad; (6) extensionismo y monitoreo a nivel parcelario en las localidades participantes.
Rubén Medina Niño, como secretario de Desarrollo Rural y Agroalimentario, comentó que la producción de maíz durante estos tres años ha generado una plataforma tecnológica para trabajar en armonía con la naturaleza, sumar esfuerzos de productores, profesionales del desarrollo rural y autoridades de distintos niveles de gobierno, quienes con su participación han contribuido a una riqueza adicional de 300 millones de pesos a la economía michoacana.
VCR