POR Adrián García Aguirre
Morelia, Mich.-A la falta de respuesta de las autoridades para la conservación del cuerpo lacustre que representa el lago de Cuizeo para el país, se suma el impacto que tiene el deterioro del lugar para las miles de familias cuyas actividades económicas tienen su sustento en la pesca y otras actividades.
Existe una negligencia institucional total y completa, ya que la restauración ecológica que solicitan —con fundamento en el artículo 78 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y de Protección al Ambiente— establece que la Semarnat debe en estas circunstancias decretar zonas de restauración ecológicas y lo tiene que hacer en colaboración con los habitantes de la ribera, lo cual significa generar empleo temporal.
En aquellas áreas que presenten procesos de degradación o desertificación, o graves desequilibrios ecológicos, la Secretaría deberá formular y ejecutar programas de restauración ecológica, con el propósito de que se lleven a cabo las acciones necesarias.
Sería para la recuperación y restablecimiento de las condiciones que propicien la evolución y continuidad de los procesos naturales que en ella se desarrollaban.
En la formulación, ejecución y seguimiento de dichos programas, la Secretaría deberá promover la participación de los propietarios, poseedores, organizaciones sociales, públicas o privadas, pueblos indígenas, gobiernos locales, y demás personas interesadas.
En 2013 los pescadores en la época seca tenían empleo temporal, pero el Gobierno federal los canceló, y desde entonces no tienen empleo temporal, el cual es fundamental porque ellos mismos se hacen responsables como sociedad de la restauración del lago.
Ellos saben manejar la vegetación acuática, saben abrir canales, saben manejar la situación hidrológica del lago, saben cultivar peces dentro del lago, saben sembrar los peces para la pesca, pero ahora los tienen ignorados.
Están aislados, marginados y el problema es que ahora están buscando empleo de albañiles y eso pronuncia aún más la situación porque las jornadas que les pagan no son suficientes para poder mantener a sus familias, que son cerca de cuatro mil.
En ese sentido, si la Conagua y la Semarnat simplemente son indiferentes a una estrategia de rescate, a lo que se enfrenta la comunidad de esa zona es a un problema de marginación social, un problema de salud pública con las tolvaneras, y un problema de economía.
Aunque hay buenas expectativas de la administración federal, se mantienen sus demandas para que se restaure el Consejo de la Cuenca del Lago de Cuitzeo para que funcione como debe de funcionar, así como un vivero de plantas endémicas como el mezquite.
“Estamos pidiendo también que el Congreso de la Unión autorice un recurso etiquetado para la planta de tratamiento de aguas residuales de Morelia, las aguas le llegan al lago de Cuitzeo sucias.
“Va a ser benéfico que Morelia tenga su planta de tratamiento al 100 por ciento y llegue agua limpia y eso va a favorecer a todos, a los pescadores porque volverá a haber producción de pescado limpio”, señaló uno de los expertos en su conclusión.
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