MADRID, ESPAÑA.- “Es el quiebre definitivo del sistema. Se venía venir desde hace meses. Se rompió definitivamente el maleficio, el pueblo cubano se cansó de tanta impunidad. Son 62 años de abusos y vejaciones. Esto no es una crisis económica, esto es una crisis sistémica”. Así resume a DIARIO DE CUBA el economista Emilio Morales lo sucedido en Cuba el domingo, cuando miles de ciudadanos en toda la Isla salieron a las calles a protestar a gritos de ¡Libertad!.
Tras las protestas, DIARIO DE CUBA consultó a Morales, a los politólogos Juan Antonio Blanco y Dimas Castellanos, y al activista Boris González Arenas sobre lo ocurrido y lo que podría significar para el futuro inmediato de los cubanos y del régimen.
“Las últimas medidas de corte económico tomadas por el Gobierno, además de ser impopulares, han tenido profundos efectos adversos en la economía. Primero la dolarización parcial sin hacer cambios estructurales profundos ni llevar a cabo la liberación de las fuerzas productivas. Más adelante, la implementación de la ‘Tarea Ordenamiento’ con el supuesto objetivo de eliminar la dualidad monetaria, algo que en la práctica no ha ocurrido, sino todo lo contrario”, señala Morales.
Esta situación ha llevado a “un aumento de la inflación, del desabastecimiento en las redes minoristas, un incremento de la pérdida del poder adquisitivo de la población y un crecimiento de la frustración ciudadana reflejado en las protestas”.
Cita, además, “la masacre financiera de obligar a la gente a depositar los dólares que tienen bajo el colchón”.
“A esto hay que sumar el impacto de la pandemia. El Covid-19 ha pulverizado el cacareado mito de la potencia medica en un abrir y cerrar de ojos. La situación epidemiológica del país es muy grave y altamente explosiva socialmente. El incremento de la cantidad de contagios y muertos crece apresuradamente por días al mismo tiempo que crece la frustración ciudadana por la falta de respuesta del Gobierno”, considera.
Recuerda que, “ante esta brutal crisis humanitaria el régimen se ha negado a recibir la ayuda ofrecida por la diáspora cubana y esto ha colmado la paciencia de los ciudadanos que carecen de medicamentos y alimentos”.
Para Morales, todas estas situaciones “han producido una gran rebelión”, en la que “los cubanos han usado como armas sus voces y las redes sociales”.
Emilio Morales considera que “estos acontecimientos constituyen un contundente aviso a la cúpula gobernante y a los militares de que la impunidad llegó a su fin”.
“Altos militares de carrera que no están vinculados al círculo mafioso que detenta el poder y que no tienen manchadas sus manos de sangre están tomando nota de la situación y no serán participes de la masacre que ha ordenado el títere de Díaz-Canel”, dice.
Para el economista, “esta situación puede generar una fuerte fractura en las Fuerzas Armadas”.
“La mayoría de los oficiales de alto, mediano y bajo rango están viviendo las mismas penurias que el cubano de a pie: la falta de comida, de medicamentos, los apagones, la inflación, la humillación de tener que comprar productos de primera necesidad en dólares cuando sus salarios son en pesos, etc.”, señala.
“No es la primera vez que en Cuba cae una dictadura. Esta no será una excepción. Ya corren rumores de que la familia de Raúl Castro y López-Callejas comenzaron a sacar a sus familiares fuera del país. De comprobarse, no sería una sorpresa. Grandes sumas de dinero han sacado del país durante todos estos años. Los generales y coroneles que están al mando de tropas no van a manchar sus manos de sangre para reprimir al pueblo, ni se van a prestar a esta farsa viendo que estos ladrones se fugan con sus familias hacia el exterior”, añade.
Sobre los caminos del Gobierno para responder a lo ocurrido, Morales considera que el poder “se ha quedado sin recursos, sin discurso, no tiene nada que ofrecer”.
“Lo único que ofrece es esclavitud, barbarie, hambre, sumisión y obediencia. Una economía destruida, un país que prácticamente no exporta nada, que no permite generar riquezas a sus ciudadanos, que los exporta como esclavos y se roba sus salarios, un Gobierno que se roba las remesas que envía el exilio y las esconde en cuentas bancarias en un tercer país o las convierte en lujosos hoteles en la Isla, mientras una población sufre carencias de medicamentos y alimentos y los embates de una pandemia que se ha salido de control”, lamenta.
¿Qué le aconsejaría Emilio Morales al Gobierno cubano en estos momentos? “La única recomendación posible es exhortarlos a hacer elecciones libres, transparentes y con supervisión internacional. Permitir a los cubanos generar riquezas, acabar con la hegemonía de partido único y permitir la libertad de pensamiento y asociación, acabar con la exclusión política. Liberar la economía, el mercado, los precios, y terminar de una vez con la parásita centralización. Permitir invertir a los cubanos que viven fuera y dentro de la Isla, sin trabas y con todas las garantías legales. Permitir que los ciudadanos salven al país”, sostiene.
Sin embargo, el economista está seguro de que el Gobierno “no va a hacer nada de esto”.
“Tratará de ganar tiempo, no reconoce la crisis, dirá que los miles de cubanos que salieron a la calle son delincuentes, son mercenarios pagados por el imperialismo, dirá que lo que quieren es una anexión y todos esos argumentos e idioteces que han usado por seis décadas en su retórica para someter a las masas y justificar sus actos de violencia”, denuncia.
“En realidad, van a aumentar la represión, la persecución de los activistas, la militarización del país para evitar que la gente vuelva a salir a las calles. Algo que en la práctica es insostenible y será muy difícil de evitar”, añade.
“Todo es cuestión de tiempo. La dictadura ya está desmoralizada. Este es su último round, y es solo el pueblo cubano unido quien puede derrotarla. Ya dio el primer paso al salir a las calles. Ya se rompió el maleficio del miedo. Ya no hay marcha atrás. No importan que tumben internet, que apaguen los teléfonos, ya la llama de la libertad ha prendido en el corazón de todos los cubanos y eso no lo puede apagar ninguna dictadura por violenta y malévola que sea. Finalmente, ha llegado el principio del fin”, concluye Morales.
Una rebelión nacional
Para el politólogo Juan Antonio Blanco, sin duda ha ocurrido “una rebelión nacional”.
“El régimen ya había perdido dos de sus tres pilares claves de sustentación. Una era su capacidad de cooptar a la población por medio de políticas subvencionadas de empleo, salud y otros servicios. Eso requiere capital financiero y voluntad política de invertir en esos renglones. Este Gobierno no tiene ninguna de las dos”.
“El otro pilar era la dominación ideológica, su capacidad de presentarse como un poder supuestamente legitimado por la Historia, representante de los sectores humildes. Era su capital simbólico. Ese se lo hizo trizas el Movimiento San Isidro y el 27N”, afirma Blanco.
“El tercer pilar era el miedo a la capacidad represiva del Estado. El domingo, se demostró que el miedo es superable. El principal rédito de las jornadas del 11 de julio es que el pueblo acaba de descubrir su poder”, considera.
Para Blanco, “se profundiza la crisis del sistema de dominación” y a la cúpula del régimen le queda “irse o reprimir”. Se resiste a recomendarles nada: “confío en su capacidad de autodestrucción”.
Blanco cree que lo que hará el régimen es “tensar la unidad entre la elite de poder y los componentes de su aparato represivo”.
“El domingo ya hubo policías y brigadas de acción rápida que se resistieron a ser movilizados. Veremos hasta dónde los lleva su estulticia criminal”, añade.
Con respecto al hecho de que Miguel Díaz-Canel continúa negando la gravedad de la crisis en Cuba, Blanco considera una “soberana estupidez decir que es al Gobierno de EEUU al que molesta el sistema que impera en Cuba y por esa razón todas las protestas están fabricadas en EEUU”.
“Es una falta de respeto a la inteligencia de los cubanos porque supone que viven felices y sin embargo son manipulados desde otro país para poner fin a ese reino de armonía. La escasez se debe a un sistema obsoleto que persigue la creación de riquezas en lugar de evitar el crecimiento de la pobreza. No es una discusión teórica después de 62 años de aplicación de ese sistema en Cuba y su fracaso en otros países de Asia y Europa”, considera.
Sobre el llamado a enfrentar en las calles a cubanos que expresan su deseo de ser libres y la postura de que tendrán que pasar por encima de sus cadáveres, Blanco señala que “es una declaración irresponsable, criminal y que traerá consecuencias en futuros tribunales a este mediocre pelele de la elite de poder”.
Para el también politólogo cubano Dimas Castellanos, lo que ha ocurrido es “claramente una manifestación de hartazgo, desesperanza y desespero”.
“Venía acumulándose y lo del domingo fue un salto cualitativo. No lo calificaría todavía de rebelión nacional, pero es una antesala”, dice a DIARIO DE CUBA.
“Las causas que han originado esto no son exteriores, son fundamentales internas, medidas que el Gobierno no ha querido tomar, las ha estado dilatando y eso ha llevado la situación a este punto. Si hubiera voluntad política y un coeficiente de inteligencia medio la lectura debería ser un giro inmediato a la situación”, afirma.
“Pero estas no son las señales que están dando. Están dando explicaciones de las causas de los apagones, de la pandemia, todo es culpa de EEUU y el embargo, sin ningún reconocimiento de que el sistema totalitario no funciona, es fallido”, declara.
Para Castellanos, la causa fundamental de las protestas “está en la ausencia de libertades, civiles, políticas, económicas, de todo tipo”.
“Mi consejo sería tomar las medidas que han estado postergando: libertad para los productores, creación de pequeñas y medianas empresas, no para tratar de salvar a las empresas estatales, sino con toda la libertad para que los cubanos participen como sujetos activos de su economía, libertad de comercio, que no tengan que estar vendiendo a Acopio, comerciando hacia el exterior a través de empresas monopólicas del Estado”, enumera.
En opinión de Castellanos, “la situación no va a cambiar de un día para otro, pero empezará a cambiar, y eliminaría las causas por las que EEUU mantiene el embargo”.
“Están tratando de justificar que hay incomprensión, que hay gente que está confundida y que hay instigación en el exterior para derribar al Gobierno. Esa no es la solución. Aquí hay que entrar por una pregunta sencilla: ¿Tienen los cubanos libertad para participar como agentes activos en la solución de los problemas de su país? No la tienen”, concluyó.
“El proceso de escarnio social e internacional del castrismo se va a acelerar en los próximos meses”
Por su lado, el periodista independiente Boris González Arenas, portavoz del Consejo para una Transición Democrática en Cuba, considera que, “sin lugar a dudas, el domingo hubo una rebelión nacional espontánea”.
“Frente al discurso del régimen según el cual ha habido una planificación, lo que ha habido sencillamente es la clásica manifestación espontánea de una población que no aguanta más. Eso, en 2021 sigue siendo igual a la que en 1789 con la Revolución Francesa. Gente desesperada, hambrienta, sin medicinas, sin alimentos, en medio de una precariedad sanitaria que el Covid ha ahondado”, señala.
“Han salido contra el castrismo, contra la dictadura, con la capacidad de información que dan las redes sociales”, señala.
Para González, “este evento es lo más parecido a las crisis de Venezuela”.
“Se está reprimiendo con brutalidad a una nación hambrienta. Y acabe o no el comunismo mañana, el proceso de escarnio social e internacional del castrismo se va a acelerar en los próximos meses. Díaz-Canel va a ser el otro Maduro si mantiene esta conducta degenerada”, considera.
“El camino que tiene el Gobierno de Cuba es primeramente cumplir con su Constitución de 2019, que ha pisoteado de manera vulgar desde el mismo inicio. Lo segundo es reconocer la pluralidad social y desde ahí instaurar la reforma política que de paso a un sistema de transición. No sé cuándo, pero no hay ninguna posibilidad a largo plazo de que el comunismo se mantenga en el poder de la manera que lo está haciendo hasta el momento”, dice.
Denuncia que “lo que han hecho, tumbar los datos móviles, eso es característico de las tiranías comunistas”.
“Una tiranía tan oprobiosa como la que hemos padecido en Cuba solo es posible por la negación de dos libertades fundamentales: la libertad de reunión y movilización y la libertad de prensa y expresión. Entonces, lo primero para ellos, por supuesto, es tumbar internet, para que no nos podamos expresar”, señala.
Critica, por otra parte, la actuación de las fuerzas represivas ante las protestas. “Cuando se dispara en Cuba se hace contra un individuo desarmado. Eso es crimen, asesinato de Estado, crimen de lesa humanidad”, sostiene.
Para Arenas, lo que hará el régimen ya lo anunció el propio Díaz-Canel con su llamado a la violencia inmediata. En opinión del periodista independiente, “frente a este evento, Díaz-Canel podría salir fortalecido frente a la institucionalidad cubana, respecto a esos grupos de poder que lo rechazan”, pero ¿qué pasará con el legado histórico del gobernante?
AM.MX/fm
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julio 13, 2021
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En puerta el quiebre del sistema, siguen protestas en Cuba
Por Vocero
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