Por Juan Carlos Gutiérrez
Las Vegas.- El ucraniano Vasyl Lomachenko reanudó esta noche su marcha por el boxeo y lo hizo de manera triunfal y contundente al noquear en nueve rounds al valiente japonés Masayoshi Nakatani.
Lomachenko, con buen maneo de sus extremidades, demostró que ya está sano de la lesión en un hombro que ameritó una cirugía en su última pelea, que fue su segunda derrota ante el hondureño-estadounidense Teófimo López.
Pero más importante aún para él, demostró que el capítulo amargo, ante López es parte ya del pasado en el libro de su historia que continuó aquí con una brillante demostración.
El europeo se notó en gran nivel, le hizo fallar casi todos los golpes al boxeador nipón y en un combate muy inteligente apretó el acelerador cuando vio la oportunidad de finalizarlo.
Lomachenko fue durante toda la pelea calculador, pero no cauto, coordinando muy bien las piernas y los golpes y frustrando con su accionar a su rival al que golpeaba prácticamente siempre que quiso y al que contuvo y evitó sus golpes de la misma manera.
Zurdo, Lomachenko tuvo al inicio un problema común en todas las peleas de los boxeadores de guardia “chueca” al chocar su testa con l del asiático que propició sangrase.
El japonés, valiente, como todos los de su raza, buscó el combate y trató de conectar al ucraniano que lo “counteaba” socavándolo y lastimándolo física y anímicamente,
Con la pelea de su lado, Lomachenko buscó acabar con el pleito en el noveno episodio y fue con todo para lograrlo ante un ya lesionado, pero aún dispuesto Nakatani que con el ojo derecho hinchadísimo, vio que le paren el duelo a los 2:46 del noveno acto.
El resultado permitió a Lomachenko sumar su décimo quinta victoria en 17 peleas, con dos reveses, mientras que el asiático quedó con 19-2, 13 de esos triunfos por la vía del sueño forzado.