FRANCISCO RODRÍGUEZ
En todas las áreas del conocimiento nunca fallan las reglas de tres. Economía destrozada, más política fallida, más partido ficción, igual a falta de continuidad del proyecto. En este caso, el fin de la 4T, aunque todos sabemos que los temas políticos son altamente impredecibles, porque no dependen de otra cosa que no sea la disposición y la voluntad humana. Pero el suelo está parejo y no hay necesidad de tanto brinco.
Las ambiciones reeleccionistas han llevado al régimen mexicano a su punto de no retorno. El Shangri-La de los efluvios del “caudillo” es la realidad alterna que existe en este mundo matraca. Un paraíso al que sólo se llega con algunos carrujos cruzados con polvos y medicinas ansiolíticas de avanzada. Para acceder a la visión tiene que haberse pertenecido a las catervas de chairopopulistas.
Pensar y mandar difundir las encuestas ubérrimamente pagadas que aparecen por todos lados, a cargo de los miles de millones de pesos que se gastan en la imagen del sujeto de Palacio Nacional –un mucho más que en el sexenio anterior– donde se reseñaba carro completo para Morena en las elecciones intermedias fue demasiado.
Auguraban catorce gubernaturas para Morena, una para el PAN y cero para los demás partidos. Cobraban las apuestas, cerraban las puertas, subían los gallos, ¡y aquí ya chingamos!, decían como en los palenques del rancho grande. Todo para el vencedor, en este caso, el que paga a los encuestadores. El cotarro sigue y seguirá manejando se como siempre, dicen los tahúres.
EPN ¿el modelo a seguir por los morenistas?
Todo el sistemita copiado del odiado neoliberalismo del que todos chuparon y del que todos aprendieron. Lo mismo hacía Enrique Peña Nieto desde que se atrevió a decirle a los periodistas paniaguados en aquella comelitona en Los Pinos. Se atrevió a decirles –y todos asintieron– que era capaz de seleccionar de entre sus incondicionales del Gabinete a un sujeto menor que no fuera conocido ni por el uno por ciento de la población y aun así lo haría arrasar en las elecciones presidenciales que se avecinaban.
Para eso, se sabe, EPN tenía a su servicio a las casas encuestadoras que plasmarían sus caprichos entre cuadritos y bolitas de las gráficas engañabobos. Los bobos para ese efecto, seríamos todos los electores mexicanos. El mismo procedimiento reproducían los morenistas hasta antes del 6 de junio, pero hasta la náusea.
Llevarían a las urnas a los comprometidos con su régimen, a las clientelas pagadas de –ésos sí– sus exitosos programas sociales que entonces cubrían a cerca de treinta millones de ciudadanos, a las estructuras priístas y a otra cosa mariposa. Aquí no ha pasado nada.
AMLO también es el mejor del universo universal
El prestigio, según los gerifaltes del neoliberalismo comandado entonces por Luis Videgaray, había sido ganado a pulso y a riñón. Cientos de encuestas pagadas en el extranjero, difundidas a precios mayúsculos por los favorecidos por las concesiones petroleras, donde se destacaba que Peña Nieto era el mejor gobernante de este planeta y otros circunvecinos. Igualito que la difundida antes de los comicios de hace dos domingos, señalando que AMLO también es el mejor del universo universal.
Otras encuestas más, compradas en Miami a diversos pasquines editados en cuché y a folletines de tres al cuarto, que hablaban maravillas del infame Luis Videgaray, ensalzándolo como el mejor financiero del mundo, y como un Canciller sin paralelo en toda la historia conocida. Bismarck le llegaría apenas a los talones.
Todas ellas reproducidas en México por la proverbial prensa vendida, los loros radiofónicos, los mendaces radioeléctricos y los aplaudidores de siempre. Asunto concluido. La política estaba hecha. A partir de ahí, todo sería coser y cantar. El tiempo, los resultados de la corrupción y el desastre gubernamental los arrasaron.
Morena nunca pierde y cuando pierde…: chairopopulismo
Pero todavía unos días antes de la elección, los periódicos, las estaciones de radio y los canales de televisión, defendían las encuestas pagadas. La clase política, aunque desnortada, creía ciegamente en esos designios. El PRI nunca pierde, y cuando pierde, arrebata, solían decir en cuanta oportunidad tuvieran. Los chairopopulistas decían hasta hace poco exactamente lo mismo de Morena.
Pero aquello sucedía hasta que los operadores electorales, desesperados de tanta sordera, despreciados por un sistemita soberbio, buscaron otros lares, se refugiaron en el partido ganador, y con las artes conocidas, lo llevaron al triunfo apabullante. Hoy, Morena ya no los tiene.
Esos operadores políticos corrieron despavoridos, ya no creen en nadie. Dicen que no hay partido, ni estructura, ni línea ganadora, ni nada.
La economía ficción, otra pinza de la tenaza perdedora
El dedo único, el solitito de Palacio Nacional, creía también que lo puede todo. Engañado porque Mario Delgado, el dirigente designado, se haya desgañitado haciéndole ver que sí, que claro, que cómo no, tenían partido con estructuras en tooodos los estados, hasta en los que se salieron de la Conago, que tienen cerca de la mitad del padrón electoral del país. Así como suena.
Por el otro lado, la economía ficción, como dijera el clásico. Arturo Herrera tuvo el morro de proponer un presupuesto fantasmagórico que decía que va a obtener 6.25 billones de pesos de impuestos, no se sabe en qué país, porque éste nada más no. Ofrecía un crecimiento de más de cuatro por ciento del PIB, aunque ni siquiera el “caudillo” creía en tales mediciones.
Si 2021 cerrará con un decrecimiento de cerca del veinte por ciento del PIB, ¿ése cuatro por ciento es para que el año que entra cierre con menos dieciséis por ciento? Nadie lo entendió, pero todos lo aplaudieron. La economía ficción arrastra a los ingenuos y a los descastados.
Multiplicar por 2.5 la cantidad de muertos por el Covid
Raúl Rojas, matemático de la Universidad Libre de Berlín, dice que, en México, por efectos del desastroso manejo de la pandemia, debe multiplicarse por 2.5 el número de muertos que hasta hace unos días daba a conocer en una conferencia vespertina el “quemado” López-Gatell. Pero el Herrera, el todavía titular de la SHCP, anunciaba los deseos del “caudillo” de que todo el presupuesto se destinara a las obras fracasadas y a la quebrada empresa petrolera estatal.
Se recortaron todos los demás rubros presupuestales, menos los que a AMLO le interesan. Y a él no le interesa ni la recuperación económica, ni domar la pandemia, sólo le interesaba el día de la elección, su reelección, lo demás puede morir.
En lugar de andar promoviendo las obras inservibles y faraónicas, la gente opina que debería de promover los juicios de responsabilidad penal contra sus familiares cercanos, hijos, hermanos y cuñadas, mucho más corruptos que cualquier familia empoderada del pasado inmediato y remoto. Sería una forma de blindarse él, se argumenta, no sin razón.
En síntesis, digamos adiós a la reelección de AMLO
Las reglas de tres no fallan: economía destrozada, todas las actividades destruidas, más política fallida, más partido inexistente, igual a adiós reelección del “caudillo”. Ojalá no se olvide.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: La alianza que mantienen el PAN, PRI y PRD ya advirtió que en la Cámara de Diputados dará forma a un “bloque de protección constitucional” contra “las ocurrencias presidenciales”. Esto, luego de que AMLO anunciara el envío de tres iniciativas para reformar ooootra vez la Carta Magna. El panista Marko Cortés, el priista Alejandro Moreno y el perredista Jesús Zambrano se reunieron para comenzar a delinear la estrategia que el bloque presentará en la próxima Legislatura del Congreso de la Unión.
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