Sergio Gómez Montero*
Ardiente, amado, hambriento, desolado,
bello como la dura, la sagrada blasfemia;
país de oro y limosna, país y paraíso
E, Huerta: “Mi país, oh mi país”
Creo que es importante, ahora, preguntarse si valdría la pena vivir en un país políticamente en paz. Ajeno a las disputas (¿inútiles?) que se generan en estas épocas electorales y que se inscriben en un guion ya muy sabido y repetitivo: provocar al gobierno para aprovechar algún error o desaguisado de él para hacer surgir crisis sociales de dimensiones amplias que pongan en peligro la estabilidad de la nación. A eso es a lo que juegan quienes, inocentes palomas, utilizan hoy lo electoral para tratar inútilmente de desestabilizar al país.
¿Por qué no ir por las vías institucionales –las elecciones– para optar por el poder? ¿Por qué hacer de la guerra sucia estrategia –como ha venido sucediendo hasta hoy–, para buscar así desplazar al gobierno constitucionalmente legítimo? ¿Por qué seguir insistiendo en el golpe blando como vía para optar por el poder? En su conjunto, eso que no ha logrado para nada su objetivo de tensar hasta hacer tronar al país, y que es el guion en el cual se inscribe hoy el papel de los seis del INE no sólo para evitar que Salgado y Morón concreten sus candidaturas, sino para contribuir ellos a esa tarea inútil de desestabilización con fines de desplazar, al margen de toda legalidad, al gobierno de la 4T, tarea en la cual, desde tiempo atrás, particularmente esos seis consejeros del INE se encuentran trabajando activamente apoyados por grupos tan resistentes al cambio como la Coparmex, con la cual el INE dominado por los seis, precisamente, acaba de firmar un convenio de colaboración. Siguiendo así, al pie de la letra, el guion de desestabilización ya aquí varias veces mencionado.
Escribe Saskia Sassen, en Sociología de la globalización, que los grupos que buscan la globalización del capital tienen una serie de reglas muy específicas para lograr sus fines, y entre esas reglas destaca, precisamente, el no permitir, por todos los medios posibles, que la hegemonía que ejerce el capital desaparezca y que, para evitarlo, todo se vale, cualquier medio, legal o ilegal, se debe aplicar en esos casos con tal de hacer prevalecer así la acumulación capitalista. Por eso, recomienda Sassen, cuando se entra en conflicto con tales enemigos uno debe de estar preparado para dar la lucha en todos los terrenos, por más inverosímiles que ellos aparenten ser.
¿Qué tan preparado está el régimen de la 4T para dar esa batalla? Hasta hoy, la estrategia seguida –sedosa, tibia, sin grandes aspavientos– le ha permitido salir adelante. Creo que lo que hoy está pasando, sea cual sea el resultado que finalmente defina el TEPJF (finalmente, otra vez, quien lo defina), le va a permitir al país y a la 4T salir adelante, haciendo ver así, como la Constitución señala, que el poder en el país radica en el pueblo y que por eso, precisamente, el nuestro es un país democrático.
Otra vez, así de simple, así de sencillo.
*Profesor jubilado de la UPN/Ensenada
gomeboka@yahoo.com.mx
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