Pablo Cabañas Díaz.
Ruth Rivera Marín (1927-1969), fue la primera mujer en ingresar a la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), y la primera en obtener su título como ingeniera arquitecta en 1950. Fue la tercera descendiente de su padre Diego Rivera quien se casó en 1922, Guadalupe Marín Preciado, poseedora de una longeva vida que superó a la de la hija que nos ocupa, en contraste con la brevedad de su matrimonio que apenas duró cinco años; se divorciaron en 1927.
Ruth hizo sus estudios preparatorianos en la Escuela Vocacional núm. 1. Hay que recordar que esa institución era relativamente joven, pues había sido fundada a iniciativa del general Lázaro Cárdenas del Río en 1936, durante el segundo año de su gestión presidencial. Ruth, muy joven en 1947, se desempeñó como profesora de Artes Plásticas en escuelas secundarias de la Normal Superior, y luego en el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), en la Escuela Superior de Pintura y Escultura “La Esmeralda” y en la Escuela de Diseño y Artesanías.
En 1950 realizó un viaje por Italia, y a su regreso se incorporó a trabajar en el INBA, para apoyar en cuestiones fotográficas y de catalogación. También retomó su vocación docente, pues a partir de 1953 empezó a impartir clases en su alma máter, en asignaturas como Teoría de la Arquitectura, Composición Arquitectónica, Teoría del Urbanismo y, sobre todo, Taller de Planificación y Urbanismo, que lo consideraba un área estratégica para el crecimiento del país. Entre 1956 y 1960, fungió como jefa de materias teóricas en la carrera de arquitectura de la ESIA, e impartió el Taller de Planificación y Urbanismo.
Ruth Rivera participó en los proyectos de construcción del Centro Médico Nacional y colaboró con Pedro Ramírez Vázquez en la elaboración del proyecto arquitectónico del Museo de Arte Moderno. De 1959 hasta su muerte, fue jefa del Departamento de Arquitectura del INBA, además de haberse dedicado durante su gestión a la publicación de Cuadernos de Arquitectura. En el campo de la teoría de la arquitectura y el urbanismo hizo importantes aportaciones. Escribió artículos y libros, como “Meditaciones ante una crisis formal de la arquitectura”, “Treinta años de funcionalismo en la ESIA”, “Urbanismo y planificación en México”, “Anahuacalli” y “Arquitectura viva japonesa”.
En lo profesional rechazó la imitación de la cultura europea, ajena a las necesidades del pueblo y la geografía mexicana, en defensa de una arquitectura plural atenta a los factores culturales y a las circunstancias. Su mayor obra, realizada entre 1945 y 1957 con Diego Rivera y Juan O’Gorman, fue el Museo Anahuacalli. A partir de su interés por las artes, Ruth Rivera Marín no sólo destacó por sus proyectos, sino también por su profundo compromiso por la defensa y protección del patrimonio arquitectónico y artístico de México. También tuvo participaciones importantes en la construcción del Centro Médico Nacional, el Museo de Arte Moderno y, en colaboración con Pedro Ramírez Vázquez, las obras de restauración del Teatro de la República de Querétaro en 1954.
Formó parte del Colegio de Arquitectos, de la Sociedad de Arquitectos Mexicanos y de la Asociación Mexicana de Críticos de Arte; presidenta de la Unión Internacional de Mujeres Arquitectas y vicepresidenta de Arquitectas Mexicanas. Fue de las primeras mujeres que formó parte del Subcomité de Museos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
The post OTRAS INQUISICIONES: Grandes maestras: Ruth Rivera Marín appeared first on Almomento | Noticias, información nacional e internacional.