CIUDAD DE MÉXICO.- El nivel de agua para riego agrícola almacenada actualmente en las 210 presas es del 48.1%, menor al año pasado, lo que limitará la producción de maíz en el año agrícola 2021 y habrá mayores importaciones del grano, con lo que México se afianzará nuevamente como el principal importador de este cereal a nivel mundial con compras de hasta 16.5 millones de toneladas, lo que representa un 9.1% más que en 2020.
El presidente de la Central Campesina Independiente, José Amadeo Hernández Barajas, dijo que a pesar de ese panorama la producción nacional de maíz también aumentará, superando a la del año pasado por 2.5%, para ubicarse en los 28 millones de toneladas, ocupando el sexto lugar global en dicho rubro, precisó.
Con base en cifras de la Comisión Nacional del Agua, el dirigente de la CCI dijo que siete entidades concentran 16 presas con agua para uso agrícola que, en conjunto, tienen una capacidad para almacenar 47.0 mil hectómetros cúbicos (hm³), lo que representa el 43.7% del total nacional.
El almacenamiento actual de agua en estas presas es de 18.8 mil hm³, (El hectómetro cúbico es una unidad de volumen que equivale a un millón de metros cúbicos), están a sólo 33.7% de su capacidad y reflejan una baja del 51.7% en comparación con el período del año anterior. El agua almacenada en estas presas, representa casi el 40.0% de la disponibilidad actual para la zona Centro-Norte del País.
“La baja disponibilidad de agua, traerá como consecuencia una disminución en la producción agrícola que impactará con mayores volúmenes de importación de granos básicos durante el presente año”, destacó.
En entrevista de medios, José Amadeo Hernández Barajas, resaltó que de acuerdo con información de los productores de este cereal en la región norte de Sinaloa, descenderá la superficie de siembra de sorgo y maíz en el ciclo Primavera-Verano 2021, debido a la poca disponibilidad de agua en las presas.
El dirigente nacional de la CCI, oriundo del estado de Guanajuato, mencionó que ante la falta de agua, productores agrícolas de Irapuato enfrentan una de las peores situaciones para garantizar la siguiente cosecha de maíz en el próximo ciclo Primavera-Verano 2021.
Incluso agricultores mexiquenses perciben un panorama poco alentador para el maíz del ciclo P-V 2021 debido a la reducción en los niveles de agua en las presas del Sistema Cutzamala aunado a que los pronósticos sugieren poca humedad ante las condiciones de sequía.
“El temporal seco que predomina actualmente en el Estado de México es preocupante para los productores de maíz, pues si no llueve en la última semana de marzo y la primera de abril, la siembra estará en riesgo”, señaló.
Luego de presentar algunos casos en estados netamente productores de maíz, José Amadeo Hernández, advirtió que en México la disponibilidad del agua constituye la mayor limitante para la producción de alimentos porque no se cuenta con este recurso de forma homogénea en el territorio ni de manera permanente.
A lo anterior hay que agregar que las proyecciones para los siguientes años y décadas indican que los eventos climatológicos extremos, como las sequías y las inundaciones -que también afectan los cultivos-, serán cada vez más frecuentes y severos.
El dirigente hizo un llamado para que el uso del agua en la agricultura se haga más eficiente, en especial en aquellos lugares que carecen de suficiente disponibilidad del líquido. La solución, apuntó, conlleva el desarrollo de sistemas agrícolas “resilientes”, es decir, no podemos esperar a que los que hemos tenido hasta ahora continúen en las siguientes décadas, en especial por los eventos climatológicos extremos que ya se registran y que se espera que prosigan en el futuro.
Se necesita una transformación rápida a nivel local y de acuerdo con cada cultivo, hacia sistemas de producción más eficientes en el uso de los recursos tierra y agua, resistentes a las condiciones climáticas y de menor disposición de agua a la cual se enfrentan los productores actualmente y que prevalecerán a largo plazo.
Hizo ver que cada año debemos producir una mayor cantidad de alimentos para satisfacer la demanda de una población creciente y ello requiere un mosaico de soluciones, a escala local y nacional, atendiendo las diferentes condiciones que existen en México.
Esto, dijo, no sólo es responsabilidad de los productores, sino también del gobierno federal y los locales, los que deben diseñar políticas públicas acordes con la realidad del país y apoyar a los productores para que modernicen sus unidades productivas; recordó que según la Encuesta Nacional Agropecuaria de 2017, sólo 5.6 millones de tierra agrícola son de riego y la mayoría (el 70.8%), usan el sistema de riego por gravedad o rodado en el que se pierde mucho del vital líquido.
Dijo también que si el gobierno no apoya a los productores que tienen interés en modernizar su equipo de riego, estos difícilmente lo harán con recursos propios ya que la actividad agrícola, aún la de riego, trabaja con rentabilidades marginales o negativas.
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