FRANCISCO RODRÍGUEZ
La carpa México ya entró en un torbellino en donde sigue anunciándose con altavoces el producto ñoño de un charlatán que ya vendió lo que traía. Lo peor es que en la otra maleta trae la amenaza con borrarnos del mapa. Sus interlocutores que están adentro callan por miedo a que los corran, y los chairos quieren más y más, igual que en el circo romano de la decadencia.
Las recetas propinadas por la Cuarta Decepción han sido demoledoras: el desdén por las leyes, la soberbia y la improvisación, la incapacidad técnica, la militarización del sistema, la farsa anticorrupción, el diseño electoral de todo el presupuesto y la mentira permanente.
La sorna sobre sus actos, desprovistos de toda lógica, de toda referencia con la realidad, sólo enseñan el grado de confusión del que manda. Los treinta millones de votos de lo que presume, así como los niveles de apoyo que manda pagar en las encuestas, se esfuman. El grito de “sálvese quien pueda” se ha posesionado de la población.
Los despropósitos, desvíos y traiciones rebasan las fronteras
Con el crecimiento exponencial de la prensa especializada, rebasada por los analistas en las redes digitales, más la transmisión inmediata de las noticias a todos los confines, la reproducción de las imágenes de corruptelas, entrambuliques, manipulaciones financieras y complicidades con las bandas de criminales, esto se ha salido de control.
La imposibilidad de sostener y remontar una marea de certeza acerca de todos los despropósitos, desvíos y traiciones rebasa las fronteras. La befa popular acerca de la credibilidad fomenta en todas las direcciones la indiferencia, la apatía y el pernicioso efecto de la guerra entre hermanos.
El caso mexicano ya no está para ser manejado por bufones, bipolares y merolicos. Esos tienen que irse al tratamiento. Pronto, los prestanombres de los intereses foráneos acabarán de limpiar sus cuentas. La sequedad económica, la devaluación, el hambre y la parálisis se va a encargar de todo lo demás.
Han desarmado al Estado y no han dejado nada en su lugar
El Banco de México, también en peligro de demolición por su autonomía, como todos los organismos constitucionales, acaba de alertar sobre la imposible recuperación del país en medio del ambiente de desconfianza hacia las inversiones foráneas, producto de las reformas eléctricas, y el ritmo lento de la vacunación contra el Covid-19.
El ajuste de cuentas con el pasado no termina. Ya se llevó entre las patas lo que había, ya vimos al sujeto que habla mucho y mal para captar incautos, al que ha dejado en el camino un país sin ideas, sin salida y sin aspiraciones. Una nación destrozada exige cuentas. Han desarmado al Estado y no han dejado nada en su lugar.
Después de que se prometió en campaña la solución de todos los males, el triunfo de un magnetismo que llevaría al país a las puertas del paraíso, descubrimos que el portador de las palabras era simplemente un merolico que se ha burlado de las esperanzas de todo un pueblo. El grito de” sálvese quien pueda” se ha posicionado en la población.
El decrecimiento del PIB seguro será el peor de todos los siglos
Los socios norteamericanos y canadienses del tratado comercial exigen el cumplimiento del clausulado que se firmó, y no andar cambiando las condiciones a mitad del río, cuando hay de por medio una inversión de doscientos mil millones de dólares que pueden ser cobrados por las empresas ante las cortes internacionales y dejarnos en el huesito.
La conjunción de todas esas desgracias apunta a un decrecimiento mayor al menos veinte por ciento del Producto Interno Bruto, rebasando con mucho a las peores cifras alcanzadas entre 2019 y 2020. Así, ya no será el peor decrecimiento obtenido en los últimos noventa años, después de El Nopalito Pascual Ortiz Rubio, sino irá a más, a significarse como el peor de todos los siglos.
Mientras, la llegada de Joe Biden y la expulsión política de Trump, analizada por serios profesionales, apunta hacia el seis por ciento de crecimiento en Estados Unidos, algo que no pasaba allá desde hace cuatro décadas. No cabe duda de que la tranquilidad y la certeza pueden empujar hacia adelante a cualquier país.
Los efectos de este decrecimiento, no creo que sea necesario apuntarlo, pegarán de lleno en el empleo, el consumo de básicos, la producción agropecuaria, el valor de la moneda, la depresión económica, más que la actual, el hambre generalizada y la venezualización en pleno.
Desafueros de contentillo para Colmenares y Cabeza de Vaca
Un dato duro: los industriales de Monterrey señalaron que los recientes apagones por la incompetencia o la venganza de la Comisión Federal de Electricidad equivalen a un daño económico parecido al provocado por la cancelación del Aeropuerto de Texcoco. Como para jalarse de los pelos.
Esto puede pasar a convertirse de una comedia bufa a una tragedia. No hay país que soporte tres años de un decrecimiento, de una depresión económica que nunca habíamos conocido. Es algo demasiado peligroso para distraer a la opinión pública y andarse cebando en desafueros de contentillo contra el Auditor Superior de la Federación y contra el gobernador de Tamaulipas.
Me resisto a creer que en toda la nube de abogados del sector público, no haya habido uno que alertara al “caudillito” de que el desafuero del tamaulipeco no procederá porque, según las leyes, la declaración de procedencia debe tramitarse ante la Cámara local de Diputados e incluso ante el Tribunal Superior de Justicia del estado. No sé si haya sido por miedo o por no estudiar.
Se está jugando contra el presente y contra el futuro de este país. Contra sus bases esenciales de gobernabilidad y de convivencia pacífica. Nadie tiene derecho a intentar un desaguisado de este tamaño. Las obedientes mayorías en las cámaras tienen que dar paso a la lógica y a la sensatez.
Piden restablecer el juicio sumario ¡en el Senado de la República!
Así, por ejemplo, la turbamulta de Morena en el Senado, al enterarse del capricho del caudillito por someter a juicio político al Auditor, gritó al horrísono: que lo desafueren sin juicio previo. Pidieron restablecer el juicio sumario de cualquier dictadura para satisfacer los orgullos del hombrecillo de Tepetitán. Como en los mejores tiempos de Trujillo, de Somoza, de Papá Doc, de Maduro de toda la jauría de tiranos de la franja latinoamericana.
Por este camino, la desintegración de la República tal como la hemos conocido es una realidad. El proceso no tiene reversa, porque las decisiones del caprichato no permiten marcha atrás.
El experimento del populismo demagógico no tuvo futuro aquí
La mula de la economía va sin mecate rumbo a un decrecimiento de menos veinte o menos treinta por ciento del producto nacional bruto. No se requiere ser calificador financiero para saberlo. A estas alturas los mexicanos ya sabemos todo, porque lo estamos sufriendo en sus consecuencias. La mula, con tapaderas en los ojos y cera en las orejas, va rumbo a lo inexorable.
El experimento del populismo demagógico no tuvo futuro en México porque nunca nació. Ni a populismo llegó. Fue una experiencia deleznable de lo peor de nosotros mismos, complementada con las decisiones más descabelladas que a alguien se le pudieron ocurrir. Esto ha pasado de ser una calamidad para convertirse en una tragedia nacional.
El único remedio es liquidar a esa abyecta mayoría. La solución es la próxima elección del seis de junio, si podemos llegar hasta allá, y no nos sorprenden antes con un Golpe de Estado.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: Toda vez que se trata de una autoridad estatal, el dictamen de desafuero de Francisco Cabeza de Vaca deberá comunicarse a la Legislatura Local “para que en ejercicio de sus atribuciones procedan como corresponda” (art. 111: CPEUM). Pero la Constitución Federal no es clara en un punto medular: es decir, si el dictamen de la Cámara de Diputados, respecto del desafuero, es vinculante para la Legislatura Local. Desde luego, si el Congreso de Tamaulipas, rechaza el desafuero del gobernador –lo que se antoja previsible toda vez que el PAN tiene mayoría en esta Legislatura–, la FGR podría interponer una controversia constitucional. De manera que no será nada sencillo el proceso. Lo importante del caso es que esta sería la primera ocasión en que un gobernador sería separado del cargo, por la vía procesal del desafuero. En los tiempos del PRI hegemónico, la figura predilecta de control político de la Federación sobre los gobernadores fue la desaparición de poderes en una entidad: el PRI destituyó así a 48 gobernadores hasta 1975 –último año en que se utilizó–. A la postre, el control del presidente fue político y metaconstitucional: p. ej. Salinas depuso a 17 gobernadores; y Zedillo a seis. Fox y Calderón, fomentaron los gobernadores virreinales, sin ninguna sanción –política ni penal–. Peña Nieto hizo renunciar a dos: Fausto Vallejo y Ángel Aguirre.
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