Por Abderrahman Leibek*
El reconocimiento de la soberanía de Marruecos por parte de Estados Unidos tendrá, sin lugar a dudas, un impacto significativo en el proceso político de la ONU y en la posición del propio Marruecos.
Si Biden mantiene la nueva posición- todo indica que lo hará-tendrá implicaciones significativas en la medida en que podría empujar a otros países a reconocer la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, profundizando, así, el aislamiento diplomático de Argelia y el Polisario.
Algunos dicen que la medida no tendrá ningún peso legal o político, ya que se presentó en forma de proclamación presidencial en lugar de una orden ejecutiva.
Si bien no tiene el mismo peso que las órdenes ejecutivas o las leyes promulgadas por el Congreso, la proclamación tiene, sin embargo, implicaciones legales.
Según el Comité de Operaciones del Gobierno de la Cámara de Representantes, “las órdenes ejecutivas y las proclamaciones son directivas o acciones del presidente. Cuando se fundan en la autoridad del presidente derivada de la Constitución o el estatuto, pueden tener fuerza y efecto de ley”.
Además, cuando estas proclamaciones se publican y utilizan de acuerdo con los poderes del presidente, tienen fuerza de ley.
Proclamaciones presidenciales y política exterior: antecedentes
De acuerdo con la división de poderes entre los poderes ejecutivo y legislativo, el Congreso puede revertir las proclamaciones presidenciales adoptadas fuera de las prerrogativas del presidente.
El Congreso ha revertido muchas proclamaciones presidenciales y decisiones ejecutivas. Sin embargo, estos casos estaban relacionados con la política interna. Además, al determinar la legalidad de una proclamación presidencial u orden ejecutiva sobre la gestión de la política exterior, es habitual que los tribunales traten al presidente con deferencia.
Un caso útil de referencia es la reanudación de relaciones diplomáticas entre EEUU y China. En 1971, el entonces presidente Richard Nixon sorprendió a los estadounidenses al expresar su intención de restablecer los lazos diplomáticos entre ambos países.
A pesar de su importancia, su impacto en el futuro del país y su disonancia con la política exterior estadounidense en aquel entonces, Nixon tomó la decisión de acuerdo con sus prerrogativas. Lo hizo sin consultar al Congreso, que posteriormente no intentó revisar ni revertir dicha decisión.
En los casos en los que existe ambigüedad sobre los poderes presidenciales y los del Congreso, y donde el presidente firma una proclamación, o simplemente toma una decisión, como en el caso de Nixon, sin enfrentar ninguna oposición por parte del Congreso, el silencio de este último significa que ha aceptado la autoridad del presidente para tomar dicha decisión.
Cuando el presidente Nixon tomó esa decisión y el Congreso no se opuso, cambió la dirección de la política exterior de EEUU con China.
Interpretación jurídica de la proclamación del presidente
El reconocimiento de gobiernos extranjeros y la apertura de misiones diplomáticas forman parte de las prerrogativas presidenciales definidas por la Constitución de los EEUU.
El anuncio del ex presidente Trump incluyó su decisión de abrir un consulado estadounidense en Dakhla. Una vez que EEUU abra su consulado, esto significará su reconocimiento formal de la soberanía marroquí. Este paso tendría implicaciones legales de acuerdo con los privilegios y obligaciones que garantiza la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.
Incluso si se supone que la proclamación no tiene ningún efecto legal en la política estadounidense, se puede argumentar por el principio de “interpretación legal” que la decisión del presidente de abrir un consulado otorga a la proclamación fuerza de ley. El presidente sólo puede tomar tal decisión si tiene autoridad para hacerlo. Es la interpretación del lenguaje de la proclamación lo que le da poder legal.
Sin embargo, esto no significa que Biden esté obligado a abrir un consulado en Dakhla. En 1995, el Congreso promulgó una ley, con el apoyo del entonces senador Biden, que pedía a la Casa Blanca que transfiriera la Embajada de EEUU de Tel Aviv a Jerusalén. Sin embargo, el proyecto de ley no se implementó hasta que Trump llegó al poder.
Impulso político sin precedentes para la posición de Marruecos
Independientemente de si la proclamación tiene o no implicaciones jurídicas, huelga decir que dará un impulso positivo a la posición de Marruecos. Desde un punto de vista político y diplomático, dicha decisión representará la posición oficial de EEUU hacia Marruecos con respecto al Sáhara Occidental.
Algunos predicen que la polarización de la política estadounidense y el momento de la decisión, menos de seis semanas antes del final del mandato del ex presidente Trump, llevará Biden a abrogarla y restaurar la neutralidad positiva de Estados Unidos.
Es cierto que Biden ha anunciado que revertirá muchas de las decisiones del ex presidente Trump, en particular las decisiones de retirarse del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático y de la Organización Mundial de la Salud (OMS), así como del acuerdo nuclear con Irán.
Pero hay una diferencia importante entre la disputa del Sáhara y las otras tres cuestiones. Estos últimos constituyen temas polémicos al centro de las divergencias entre demócratas y republicanos, especialmente desde que Trump llegó al poder. Por ejemplo, existe un desacuerdo insuperable entre ambos partidos sobre cómo manejar el acuerdo nuclear de Irán.
En cambio, el tema del Sáhara Occidental y las relaciones de EEUU no es un punto polémico entre las dos partes, ni es un conflicto de alta intensidad que formará parte de las prioridades acuciantes del presidente. Además, Marruecos ha logrado obtener apoyo bipartidista para su posición sobre el conflicto. En los últimos años, por ejemplo, el Congreso ha incluido el Sáhara Occidental en la asistencia anual que Washington otorga a Rabat.
Además del apoyo que Marruecos recibe de ambos partidos dentro del Congreso, lo que aleja la probabilidad de que Biden revierta la decisión de Trump es su conocimiento preciso de la posición de Marruecos y sus expectativas con respecto a Estados Unidos. También es consciente de que Rabat presentó la propuesta de autonomía al Consejo de Seguridad a sugerencia del ex presidente Bill Clinton.
El reconocimiento de Trump del Sáhara Occidental como parte de Marruecos es una plasmación explícita de la posición de EEUU sobre el conflicto. Biden es consciente de la calidad de las relaciones entre los dos países y es poco probable que tome una decisión que las ponga en entredicho.
El peso de las relaciones diplomáticas entre Marruecos e Israel
Además, la trayectoria del presidente Biden, desde su elección como senador en 1973 hasta su presidencia del Comité de Relaciones Exteriores del Senado y su mandato como vicepresidente, hace pensar que no tendrá ningún incentivo personal o político para revocar la decisión de Trump.
Aunque Biden apoya una solución de dos Estados, es uno de los defensores más feroces de Israel en Washington. Biden recibió favorablemente la noticia de las decisiones de los países árabes de normalizar las relaciones diplomáticas con Israel. Biden se apresuró a felicitar a los Emiratos Árabes Unidos, describiendo el acuerdo como “histórico”.
Es importante destacar que la decisión de Marruecos de restablecer vínculos parciales con Israel posicionará al país magrebí con más fuerza en Washington. Si Marruecos, durante décadas, se ha beneficiado del apoyo del lobby judío para influir en la posición de EEUU sobre el Sáhara Occidental, es probable que la formalización de sus lazos diplomáticos con Israel fortalezca el lobby judío pro-marroquí.
La influencia de este lobby sobre los miembros del Congreso de ambos partidos es una de las características más importantes de la vida política estadounidense.
Además, al persuadir a Marruecos que reanude sus los lazos diplomáticos con Israel, el ex presidente Trump ha allanado el camino al presidente Biden para que aliente a más países árabes a normalizar sus relaciones con Israel. Muchos observadores en Washington creen que éste será uno de los objetivos de su presidencia.
Si bien existe una diferencia abismal entras las personalidades y el estilo de Biden y Trump, lo cierto es que la esencia de la política de cualquier presidente de EEUU es apoyar a Israel y garantizar su ventaja militar en la región.
La credibilidad diplomática de Estados Unidos
Biden ha dejado claro en varias ocasiones que velará por restaurar el privilegio internacional de su país, así como la confianza de sus socios y aliados en su voluntad de cumplir con sus compromisos y acuerdos, a la luz del daño que Trump ha causado a la reputación internacional de EEUU al retirarse de varios acuerdos bilaterales y multilaterales.
Ahora bien, si Biden decidiera revocar la decisión del ex presidente Trump sobre el Sáhara Occidental, mermaría la credibilidad de su país, lo cual contradice los objetivos de Biden.
Todos estos factores lo llevarán a un mantener el rumbo que la decisión de Trump ha trazado con respecto a la soberanía marroquí en el Sahara Occidental. Biden tratará a lo sumo de alentar a las partes a llegar una solución política mutuamente aceptaba basada el realismo y el consenso y acorde con que las resoluciones del Consejo de Seguridad desde 2007.
Esto no quiere decir que la posibilidad de que Biden anule la decisión de Trump sea impensable. La administración de Biden puede desmentir todas las predicciones y revertirla. Sin embargo, hacerlo podría tener un impacto negativo sin precedentes en las relaciones entre Marruecos y EEUU, lo que no beneficia a ninguno de los dos países. Tal medida también podría encontrar una fuerte oposición de los miembros del Congreso.
*Excmo. Sr. Abderrahman Leibek
Embajador de Marruecos en México
AM.MX
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