Por Pablo Cabañas
Fray Alberto Ezcurdia (1917-1970), cursó el bachillerato en la Escuela Nacional Preparatoria y en 1953 ingresó a la Escuela Libre de Derecho, graduándose como abogado. Obtuvo el grado de Licenciado en Filosofía en la Universidad Central de Madrid. Estudió en la Sorbona de Paris con Gastón Bachelard. A partir de 1950 estudia Teología en la Pontificia Facultad del convento de San Esteban de Salamanca, bajo la dirección de Fray Santiago Ramírez. En 1953, fue ordenado sacerdote por el obispo Teodoro Labrador y en 1955 concluye su licenciatura en Teología con el grado de lector. Ese mismo año regresa a México donde celebra misa con Fray Jaime Gurza, provincial de los dominicos en México y Fray Javier Chrislieb, en el templo de santo Domingo, en el centro de la ciudad de México. Por su obra académica en 1961, el gobierno de Francia le otorga el diploma de las Palmas de Oro.
En 1960, es trasladado al Convento de Santo Domingo de la ciudad de México. De 1957 a 1962, imparte las asignaturas Lógica y Filosofía de la Ciencia en la Universidad Iberoamericana. Es nombrado consejero por las embajadas de Israel y Francia en México. Establece amistad con el diplomático Juan Antonio Mateos Cícero. En 1962, ingresa como profesor en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, tras la muerte del doctor. José Manuel Gallegos Rocafull ,imparte el seminario de Filosofía Tomista, así como el seminario de Historia de la Ciencia y las asignaturas de Lógica II, Filosofía de la Ciencia e Historia de la Filosofía. Traductor del griego, el latín, el francés, y con amplios conocimientos del hebreo, traduce la obra de Nicolás Copérnico, De revolutionis Orbium Coelestium.
Su última promoción o recalificación como profesor titular Tiempo completo “A’ interino, tiene fecha del 21 de septiembre de 1970. Había fallecido el 3 de julio de ese año. Fray Alberto fue un buen profesor; y una magnífica persona. A sus exequias, oficiadas por Sergio Méndez Arceo, Tomás Gerardo Allaz, que era su ayudante de su cátedra de estudios medievales, asistió Pablo González Casanova, rector de la Universidad, y Ricardo Guerra, su amigo, y director entonces de la Facultad. Alumnos, profesores, y personas del pueblo de Tetelpan. Su apertura y deseo de acercarse a los colegas profesores y a los alumnos de la Facultad eran proverbiales. Se negaba a ascender a la tarima en el salón de clase, aunque su voz ya desgastada se perdiese en los salones del segundo piso. Vivió los años más difíciles de la lucha contra el fascismo en la UNAM, la renuncia obligada del doctor Ignacio Chávez, el año de 1968 y sus secuelas. Vivió todos esos momentos como propios, tan intensamente, que minaron su salud. A ello se sumaron sus conflictos con el arzobispo —superados, éstos, antes de su muerte. Gran conversador, respetado y respetable, quiso a todos en la Facultad de Filosofía
Ezcurdia estableció una estrecha relación con académicos del exilio español como Wenceslao Roces, José Gaos, Leopoldo Zea, José Ferrater Mora, Juan David García Bacca, Adolfo Sánchez Vázquez, Ramón Xirau, Luis Villoro, además de otros profesores como Abelardo Villegas, José Ignacio Palencia, Alejandro Rossi, Emilio Uranga, Eli de Gortari o Ricardo Guerra.
Fray Alberto fue uno de los pioneros fundadores del Centro Cultural Universitario (CUC), que a su vez alberga la parroquia universitaria. “Hizo lo primero que debía hacerse, comprar una casa en Cuicuilco, ahí cerca, casi dentro de la Universidad. La parroquia alberga a la población universitaria católica.
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