CIUDAD DE MÉXICO.- Marte era un mundo que tenía agua, atmósfera, tal vez vida, pero ahora es un lugar desértico; quizá hubo un gran efecto invernadero y no queremos que a la Tierra le suceda lo mismo, comentó Julieta Fierro Gossman, investigadora del Instituto de Astronomía de la Universidad Autónoma de México.
Durante la conferencia virtual “A la conquista de Marte: las misiones del planeta rojo”, mencionó que Perseverance de la NASA, que recién llegó a aquel planeta, lleva equipo especial para tomar fotografías, detectar rocas y traerlas a la Tierra; así como un aparato-laboratorio que va a tratar de transformar la atmósfera de dióxido de carbono de Marte, para producir oxígeno.
“Esto es importantísimo porque algún día vamos a terraformar Marte, es decir, transformarlo para hacerlo habitable”, dijo.
Por si parte, Antígona Segura Peralta, investigadora del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN), hizo un repaso histórico a partir del siglo XIX, cuando Giovanni Schiaparelli observó Marte con telescopio y encontró una densa red de estructuras lineales que llamó “canales”, a partir de las cuales se especuló con la posibilidad de vida inteligente en el planeta rojo.
A inicios del siglo XX los trabajos de Percival Lowell promovieron la idea de que existía vida y una civilización marciana, y se popularizaron en el ideario colectivo.
“A mediados del siglo pasado seguíamos pensando que Marte estaba habitado. Fue hasta que tuvimos mucha más información, en particular con la misión Vikingo (de 1975, formada por cuatro naves, dos de ellas orbitadores y dos naves que amartizaron), cuando nos dimos cuenta que Marte estaba desierto, pero se hizo el esfuerzo de buscar vida, pues se llevó un experimento dedicado a la localización de organismos marcianos. Ya no se pensaba en una civilización marciana, sino en microbios que pudieran sobrevivir en Marte y que pudiéramos detectarlos”, explicó.
Hoy, Perseverance se posa sobre lo que fue el delta de un río, intentando encontrar fósiles del pasado marciano.
VIDA EN LA TIERRA
Las misiones a Marte no sólo ayudan a la investigación externa sino a la vida cotidiana en la Tierra, porque hay toda una serie de aplicaciones y de elementos que todos estos desarrollos tecnológicos nos han permitido utilizar para mejorar la forma en que vivimos, señaló José Franco López, investigador del Instituto de Astronomía.
Algunas aplicaciones que nos han transformado son los satélites meteorológicos, de exploración remota, los sistemas de posicionamiento global (GPS) y los que se usan en comunicaciones y en defensa (para medir el nivel del mar, derretimiento de los hielos, incendios y atención a desastres), anotó Franco López.
“El sistema GPS usa relojes atómicos y objetos astronómicos (como quásares y galaxias distantes) para medir tiempos y posiciones exactas. Otros satélites son observatorios solares y astronómicos, y también hay avances en controles remotos, extremidades artificiales y robótica”, comentó.
Otras aplicaciones son los monitores cardiacos, sensores infrarrojos, resonancia magnética, tomografía, lentes de contacto, espuma con memoria para colchones, medicina espacial y telemedicina, concluyó.
ESCUDO PROTECTOR
Rui Wu, estudiante de la Universidad de Manchester, desarrolló un prototipo de escudo térmico flexible para naves espaciales, se usan esencialmente como frenos para evitar que la nave espacial se estrelle al entrar y reingresar en la atmósfera de un planeta. Este diseño, es el primero en el mundo en utilizar fuerzas centrífugas que endurecen los materiales ligeros para evitar quemaduras, informó en un comunicado la institución universitaria.
Los métodos actuales de protección contra el calor de las naves espaciales, incluyen inflables enormes y estructuras desplegadas mecánicamente que a menudo son pesadas y complicadas de usar. El nuevo prototipo no requiere equipo adicional para funcionar y reduce aún más el peso de la nave porque es un material flexible, plegable, pero fuerte; con alta tolerancia a la temperatura, además de que gira durante el vuelo, induciendo la fuerza centrífuga.
Los planetas con atmósferas, como la Tierra y Marte, permiten a la nave espacial utilizar la resistencia aerodinámica para disminuir la velocidad, y el prototipo utiliza esto para permitir la entrada a la atmósfera.
La entrada rápida a la atmósfera de la Tierra genera tanto calor, que el aire alrededor de la nave espacial puede arder en el plasma. Para una entrada atmosférica segura, las naves necesitan una parte delantera, o escudo, que tolere el alto calor así como una forma aerodinámica que genere resistencia.
VCR/BH
Foto portada: ESA