El síndrome de Asperger es un trastorno del neurodesarrollo, considerado dentro del espectro autista, y quienes lo padecen se caracterizan por tener intereses limitados y muy absorbentes, patrones de conducta repetitivos o rutinarios, y una marcada dificultad para comunicarse e interactuar con los demás, informó Diana Patricia Guízar Sánchez, especialista en psiquiatría infantil.
En su aparición están involucrados desde factores hereditarios y síndromes genéticos, hasta infecciones virales durante el embarazo de la madre, sin embargo a simple vista no es notable, por lo que para hacer el diagnóstico se requiere una evaluación clínica y un análisis del desarrollo neuropsicológico, motor, verbal, auditivo, social y físico.
Por lo general, los niños con un trastorno del espectro autista tienden a tener el perímetro encefálico más grande de lo normal, lo cual implica estudios genéticos y metabólicos, pruebas neuropsicológicas, mediciones antropométricas.
«En cuanto a los patrones repetitivos o rutinarios, los niños con este trastorno suelen acomodar sus cochecitos en fila o por colores, o vestirse siempre de la misma forma, o usar una misma sudadera todos los días, a toda hora, aunque esté sucia. Y si un día en que los llevan en coche a la escuela es inevitable cambiar de ruta por un accidente o un embotellamiento, piensan que los llevarán a otro lado y se angustian».
La especialista investigadora adscrita a la Unidad de Posgrado de la Subdivisión de Especializaciones Médicas de la Facultad de Medicina de la UNAM, comentó que los niños cone ste padecimiento también presentan problemas de comunicación verbal (habla demasiado formal o monótona) y no verbal (expresiones faciales limitadas o mirada rígida), así como movimientos motores torpes y no coordinados.
“Otra característica que los distingue es que toman al pie de la letra las expresiones del lenguaje coloquial. Por ejemplo, si alguien les dice: ‘A ver, desaparece del planeta’, entenderán literalmente que lo que se les está pidiendo es que desaparezcan del planeta y no que se vayan un momento de donde están, lo cual también puede ocasionarles angustia. Asimismo, les cuesta trabajo identificar las emociones (tristeza, enojo, miedo…) que a veces se reflejan en el rostro de los demás”, agrega Guízar Sánchez.
Debido a que puede presentarse afectación en áreas cerebrales relacionadas con el lenguaje, puede haber una comorbilidad con epilepsia que afecte el desarrollo, también es indispensable hacer un electroencefalograma y, en ocasiones, una valoración psiquiátrica completa para descartar trastornos de ansiedad o trastornos de estrés postraumático.
Así como los factores que intervienen en la aparición del síndrome de Asperger son variados, los tratamientos también lo son y cada uno se ajusta a cada caso. Los pacientes que sufren alteraciones electroencefalográficas deben ser tratados con medicamentos anticonvulsivos; o presentan conductas disruptivas, agresivas o impulsivas auto o heterodirigidas, por lo que deben ser tratados con antipsicóticos.
los niños con el síndrome de Asperger pueden llevar una vida normal, siempre y cuando sean bien tratados, tanto desde el punto de vista médico como familiar y social.
“Por ejemplo, los papás no deben perder de vista que son seres sexuales y que en su momento tendrán cambios sexuales secundarios y sentirán deseo sexual. Por eso, al igual que con el resto de los niños, es indispensable hablar con ellos de este tema para prevenir abusos sexuales y para que tengan una vida sexual sana y plena”, concluye la psiquiatra infantil e investigadora.
UNAM/VCR