Ciudad de México.- Organizaciones civiles y ambientalistas se oponen a la iniciativa del Ejecutivo para reformar la Ley de la Industria Eléctrica (LIE), presentada a la Cámara de Diputados el pasado 29 de enero, porque atenta contra la calidad de vida de generaciones presentes y futuras al fomentar un modelo eléctrico que favorece mayores emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y contaminantes, cuyos impactos en la salud y en el ambiente han sido científicamente comprobados.
Las organizaciones hicieron un llamado a los legisladores del Congreso de la Unión para que tomen en cuenta las siguientes consideraciones dentro de la discusión de esta Iniciativa:
- La Iniciativa pone en riesgo el cumplimiento de los derechos humanos a la salud y al ambiente sano, pues al relegar el despacho de energía de los proyectos de energías renovables y favorecer a las hidroeléctricas y a las centrales más contaminantes de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que generan energía a partir de carbón o combustóleo, se favorecen proyectos que generan emisiones de gases con comprobados efectos en a) la salud, tales como enfermedades y trastornos respiratorios por efecto del material particulado derivado de dichos proyectos y b) en el ambiente, pues los GEI son la principal causa del cambio climático y algunos de ellos contribuyen también a la contaminación atmosférica.
- La Iniciativa profundiza la pobreza energética, pues cabe recordar que las energías renovables, lejos de poner en riesgo el sistema eléctrico nacional, pueden construir un sistema más resiliente, justo y accesible[1]. En un país en el que más del 30% de los hogares sufren algún tipo de pobreza energética[2], está claro que el sistema eléctrico basado en proyectos fósiles centralizados no ha sido efectivo en lograr que más personas puedan disponer de la energía a precios más accesibles. Las energías renovables, además de coadyuvar a que México alcance sus metas climáticas, combaten la pobreza energética, generan empleos y fomentan el ahorro y eficiencia en el consumo de energía[3].
- La Iniciativa del Ejecutivo federal aleja a México del cumplimiento de compromisos internacionales en materia de cambio climático ya que representa un obstáculo y una amenaza a la ya insuficiente política climática y a la consecución de las Contribuciones Nacionalmente Determinadas que el Estado mexicano presentó en cumplimiento al Acuerdo de París y que están estipuladas en la Ley General de Cambio Climático y la Ley de Transición Energética. Esto debido a que: a) relega la operación de las plantas de generación renovable; b) modifica el mecanismo de los Certificados de Energía Limpia (CEL), dejando sin incentivos a la introducción de nuevos proyectos de energía renovable; y c) de acuerdo con su Plan de Negocios 2021-2025, la CFE estableció relegar la implementación de cualquier proyecto de renovables hasta 2027[4].
- La Iniciativa ignora criterios constitucionales que debe seguir el Sistema Eléctrico Nacional toda vez que, por efecto de esta reforma, los proyectos de energías renovables son relegados al amparo del supuesto cumplimiento de un criterio de “confiabilidad” y se hace caso omiso al criterio de “sustentabilidad”, como lo mandatan la Constitución Política y la propia LIE. A fin de cumplir a cabalidad con los preceptos constitucionales, se debe atender también la sustentabilidad del desarrollo.
Lo anterior es grave y preocupante en el contexto actual pues, además de los retos en materia de salud que nos ha dejado ver la pandemia de la COVID-19, existe la necesidad de reconstruir las economías de los países a partir de medidas y políticas más sostenibles que fortalezcan la resiliencia de las poblaciones en el mediano y largo plazo.
Sin embargo, la propuesta » nos lleva en sentido opuesto a dicha reconstrucción, precisamente, la generación de energía a partir de fuentes renovables y limpias, es una solución clave para esta recuperación. Desde ya, los gobiernos deberían estar generando las condiciones y los incentivos apropiados para que suceda esta transición energética que debe ser justa y con enfoque de derechos humanos»,
Agrupaciones firmantes:
Alianza Jaguar, A.C
Alianza mexicana contra el fracking
Cambio de Ruta A.C.
CartoCrítica. Investigación, mapas y datos para la sociedad civil
CEJA
CERCA
Colectivo Ecologista Jalisco, A.C.
Energía, género y ambiente, A.C. (ENGENERA)
Legado Sustentable, A. C.
Mundo Sustentable A.C.
Naturalia
Prodefensa del Nazas AC (Durango)
Proyecto sobre Organización, Desarrollo e Investigación (PODER)
Red Mexicana de Carta de la Tierra
Revive México AC
Ruedas del Desierto AC (Durango y Coahuila)
Sostenibilidad Global
The Climate Reality Project
Integrantes del Observatorio Ciudadano de Calidad del Aire: Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA), Bicitekas, Centro Mexicano de Derecho Ambiental, El Poder del Consumidor, FOTCA, Fundación Tláloc, Greenpeace México, ICCT, ICM, ITDP México, REDIM, Redspira, Transita Seguro, WWF.
Firma de personas físicas:
Antonio Azuela de la Cueva
Erik Eduardo Saracho Aguilar
Francisco Valdés Perezgasga
Germán González Dávila
Gonzalo Chapela
José Giberth García Campoy
León Gutiérrez Ferretis
Luis Fueyo Mac Donald
María Elena Mesta Fernández
Octavio Carvajal Trillo