Pablo Cabañas Díaz.
Elena Jeannetti Dávila, quien hasta los 100 años de edad, impartió su catedra, fue una destacada académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. En 1939 obtuvo el grado de contadora privada y bachiller. En 1962 alcanzó el título de Licenciada en Sociología, con la tesis “Problemas de estructura social”; un año después logró graduarse en Relaciones Internacionales; su tesis abordó el tema de la energía nuclear. En ambos casos se hizo merecedora a mención honorífica. Realizó una especialización en administración pública en la Universidad de París. Para 2005, con 85 años, se doctoró en Administración Pública en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Su trabajo de tesis fue de 446 páginas se tituló “Retos y riesgos de la seguridad nacional de México, en el siglo XXI, un estudio comparativo”. La doctora Jeannetti decía que: “la vida le dio dos suertes: la familia en que nació y la oportunidad de trabajar en la Universidad, forjadora de hombres libres y de gente que hace bien no sólo a este país, sino que proyecta sus enseñanzas a lo largo y ancho de muchos lugares. Me han hecho muy feliz, espero abrazarlos cuando este fuera la pandemia que ahora nos impide estar juntos físicamente”.
Además de ser formadora de múltiples profesionales fue una precursora en temas como inteligencia y seguridad nacionales, además de transparencia y rendición de cuentas. Aunado a la docencia, también fue investigadora y divulgadora de la cultura administrativa. Fue Sergio Colmenero, en su libro: “Historia, presencia y conciencia: Facultad de Ciencias Políticas y Sociales 1951-1991, quien registró de manera meticulosa los primeros años de la vida de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y tiempo después la doctora Jeannetti siguió esa tarea hasta ahora poco conocida. En el 50 aniversario de la Carrera de Ciencias Política y Administración Pública, el Instituto Nacional de Administración Pública, editó en 2008, en la serie Praxis, su trabajo titulado: “Administración Pública, surgimiento y consolidación como una disciplina innovadora y necesaria para la vida colectiva”. En esas páginas la doctora Jeannetti da cuenta de hechos hasta ese momento inéditos sobre la Facultad de Ciencia Políticas , entre estos, los que tuvieron lugar el 9 de octubre de 1950, fecha en la que fue convocado el Consejo Universitario para discutir la creación de la nueva Escuela Nacional de Ciencias Políticas y Sociales, recibiendo el acuerdo favorable sin contar con la simpatía de los consejeros de Derecho y Economía, lo que retrasó su apertura hasta el mes de abril de 1951, cuando el año escolar estaba muy avanzado en las otras especialidades.
En abril de 2008, en una conferencia en el Instituto Nacional de Administración Pública (INAP), expuso la doctora Jeanneti que la nueva Escuela tuvo como sede una vieja casona de la colonia San Rafael, y su primer director fue Ernesto Enríquez. Los planes de estudio y su aceptación desconcertaron a quienes consideraban que la carencia de estudiantes pronto la liquidarían, pero la realidad fue muy distinta, ya que contaría con más de 300 alumnos y un espíritu de grupo que impulsó una planta de eminentes especialistas como fueron: Salvador Carmona, Antoni Gómez Robledo, Jorge Castañeda, Carlos Bosch García y la maestra Guadalupe Appendini.
La doctora narraba el ambiente en que se desarrolló la primera parte de la vida académica de la Facultad y precisa que la naciente Escuela pronto resintió la carencia de materias fundamentales. Una parte importante de su conferencia se centra la necesidad del alumnado, por la voz de la presidencia de su sociedad de alumnos, que logró en 1953 modificaciones sustanciales mediante seminarios de idiomas, de elaboración de tesis y su vinculación con los centros de investigación. A la renuncia de su director fundador, Raúl Carrancá y Trujillo (1953-1957), sumó sus esfuerzos académicos siempre en orden a la superación curricular de sus planes y programas de estudios, gestionando a la vez ante la rectoría reubicar la escuela en el Edificio de los Mascarones.
En marzo de 1957, siendo rector de la Universidad, Nabor Carrillo, fue nombrado director Pablo González Casanova, a quien lo respaldaba una trayectoria intelectual basada en las ciencias sociales, pero sobre todo en el impulso de la metodología del conocimiento y la investigación. Sus relaciones con intelectuales de América Latina y europeos, en particular con los de Francia, le dio a la joven institución un reconocimiento internacional, trayendo a sus aulas la presencia y la contribución de distinguidos especialistas nacionales y extranjeros. La doctora Jeannetti, mencionaba que a pesar de los pocos años transcurridos, se logró reorientar a la licenciatura en Ciencia Política a fin de que incluyera la especialidad en Administración Pública, bajo el fundamento de que el ejercicio del poder, mediante decisiones de gobierno, requería de la diversidad de especialistas cuya vinculación conduce y materializa precisamente la Administración Pública, en beneficio de una sociedad siempre demandante de servicios, donde se mitigue la escases de bienes y se resuelvan los conflictos sociales.
González Casanova, quien en los años setenta del siglo pasado fuera rector, le dio un espacio propio al saber administrativo, en donde la doctora Jeannetti fue una figura de primera línea en ese campo del saber. La doctora Jeannetti en su conferencia de abril del 2008, en el INAP refería que : “la consolidación profesional del administrador público es de suma importancia para la defensa del Estado”. De manera profética señaló ante las ideas neoliberales prevalecientes en ese momento: “cuando se ha postulado menos Estado y más mercado, los acontecimientos económicos han hecho evidente que el mercado no puede reemplazar a la fortaleza del Estado
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