FRANCISCO RODRÍGUEZ
Todo se le podrá criticar a don Porfirio Díaz, menos que no haya sido exitoso en sus campañas contra las enormes epidemias que asolaron al territorio durante su dictadura. Es ampliamente sabido que venció a la viruela, al sarampión, la tosferina, la escarlatina, la peste bubónica, el cólera, la influenza, el paludismo, la sífilis, las enfermedades venéreas y, para colmo, la llamada fiebre amarilla en las costas.
Todo se le podrá criticar a don Porfirio Díaz, menos la habilidad y la sensatez, junto con la visión de Estado que utilizó para erradicar una enorme parte de los flagelos sanitarios que asolaron a la sociedad mexicana del siglo diecinueve. La creación de hospitales exclusivos para las enfermedades anteriormente citadas, hasta la respuesta efectiva de la dictadura para enfrentarlas con éxito descomunal, poniendo a salvo las libertades. Así como suena.
Don Porfirio creó de un plumazo la Beneficencia Pública, promulgó el primer Código Sanitario vigente a nivel federal, se inauguraron varios hospitales, entre ellos el Hospital General, con instalaciones sanitarias basadas en los adelantos tecnológicos y científicos de la época, introduciendo pabellones, hasta para el tratamiento de los enajenados mentales.
La manzana envenenada: la autorización de la corrupta Cofepris
Y eso que no existían los antibióticos. El del porfiriato fue un despliegue monumental de la capacidad de reacción inmediata y la solución expresa a lo que demandaba la sociedad. Nunca se vio lo que se ve ahora: el fracaso absoluto a base de engañifas, las trampas de los habilones fallidos para abrir la autorización para la compra de vacunas, una vez que todo ha fallado.
Incluso, en la supuesta autorización para que gobiernos estatales y empresas del sector privado adquieran la vacuna va una manzana envenenada: que después de que los gobernadores y empresarios hagan los pedidos, tendrán que someterse a la temible y corrupta Cofepris, de López-Gatell, para conseguir la autorización efectiva. Algo que desde ahora se observa casi imposible, con una serie de trampitas que seguramente darán al traste con la iniciativa nacional y social.
Y entonces, cínicamente, el “caudillo”, como ya es su costumbre, aprovechará para echar la culpa del fracaso a los gobernadores y a los empresarios a quienes acusará de haber intervenido para poner piedritas a los grandes benefactores de la sanidad pública, a los (mal) llamados y gandallas Siervos de la Nación, y a sus nobles intenciones de resolver las cosas.
Todos ya le conocen el modito al de Tepetitán, Siempre pone en sus caprichos la manzana envenenada de rigor. Más ahora, ante la cercanía del proceso electoral que trata de ganar a como dé lugar, aunque la salud del pueblo interfiera, aunque los doscientos mil muertos o más –más los masacrados por la tolerada y hasta complicitada delincuencia organizada– hagan la mayor suma de cadáveres logrados en campaña de las últimas décadas.
Tratan de imponer un esparadrapo imposible a la libertad de expresión
¿Qué esperaban los bots y los fanáticos reclutados por Pimeño Ibarra para inundar las cuentas de las redes digitales, si el 54% de los seguidores del hombrecillo de Tepetitán son cuentas falsas, comprobadas por los centros avanzados de Silicon Valley? Posiblemente que les siguieran creyendo que sus buenas intenciones están primero que la salud del pueblo, hoy realmente encabronado.
El debate en las redes digitales ha sido ganado ampliamente a los bots y a los centenares de fanáticos pagados por el régimen para esparcir una bola de insensateces, apoyando las posturas mentirosas y habilonas que rayan en la inmundicia para erigir un monumento al crimen genocida. Ya se la aplicaron Twitter, Facebook, Instagram y todas las conocidas.
Es monstruoso lo que ha pasado en México en tiempos de la pandemia y aún desde antes. Desde la acusación pueril de que las redes son manejadas por panistas, y no por corporativos que igual respondieron ante la amenaza pública que significaba Donald Trump, hasta que algunos chairos pidieran que se estaticen las redes digitales, tratando de poner un esparadrapo imposible a la libertad de expresión.
Mientras tanto, siguen las giras a cielo abierto… los abrazos, no balazos… las promesas insulsas de no robar, mentir y traicionar… que lo cuida el pueblo sabio, mientras se hace acompañar de quince camionetas de guaruras por todos los caminos, donde se esquiva la manifestación pública, donde se premia con candidaturas a gobernadoras a sus gacelas, leales hasta la ignominia.
Esas caravanas blindadas, ese ejército de chairos disfrazados de soldados y de policías, no las tienen ni Obama, ni “George Clinton”, ni Trump, ni Joe Biden.
¿También hubo moche para Carlos Slim en el bisne de las vacunas?
Y con la autorización a privados y gobiernos estatales, oficialmente, el llamado Presidente de todos los mexicanos reconoce el gran fracaso de su campaña tardía y asesina de vacunación sin vacunas, de dosis sin gastos, de que Arturo Herrera ya tiene ahora sí los cuatro mil millones de dólares para ahora sí comprarlas, de que nadie quiere recibir en su casa a los Siervos de la Nación, vacunados antes que el personal médico del país, anunciando con bombo y platillo que dio su brazo a torcer para que todos puedan comprar las vacunas.
Pero no menciona que quienes quieran comprarlas tendrán que formarse a la cola, por aquello de los tratos y negociaciones entre gobiernos que ha privilegiado y respetado la Organización Mundial de la Salud, por los arreglos entre Slim y Alberto Fernández, el presidente argentino para hacerse del envasado del producto Pfizer.
Eso ni se menciona, aunque el pueblo argentino esté muy molesto con el peronista Fernández por haberse atrevido a pedir un moche altísimo a las farmacéuticas internacionales, no sabemos si ahí iba también la parte correspondiente al mexicano libanés para resarcirse de sus enormes inversiones en el negocio de las vacunas.
Ante el fracaso todos van a tener la culpa, menos el “caudillín”
El asunto de la vacunación bien instrumentada era la última carta que le quedaba al chairopopulismo para meterse de lleno en las elecciones intermedias. Pero no se vio así, a pesar de que se les quemaban las habas para meter todas las narices. Prefirieron doblegarse a los caprichos y a las apetencias del “caudillo”. Y todo se fue a la mierda, como todo lo que tocan.
Ahora solo falta que les echen la culpa a las empresas digitales cibernéticas del Valle del Silicón de que por ellas serán arrasados en las elecciones de gubernaturas y diputaciones, alcaldías y lo que se presente de aquí en adelante. Todos van a tener la culpa, menos el sacrosanto “caudillín”, el del parecito de zapatos y el platito de frijoles para su pueblo, mientras sus familiares transan con los grandes capos en Calabria… o en el sindicato de Pemex.
Este 2021 el chairopopulismo se va a llevar todo el desprecio popular
El centralismo político de don Porfirio, opuesto al federalismo de los liberales decimonónicos, es exactamente el mismo que el que hoy quiere aplicar el hombrecillo de Palacio Nacional, más solito que la una.
Pero el capital y las enormes inversiones que entonces apoyó el Caudillo de deveras, el de Oaxaca, vino a construir puertos, carreteras, medios de comunicación, servicios públicos esenciales y modernizó estructuras comerciales, financieras, laborales y agroexportadoras para la perfecta sumisión del país al coloso del Norte. Pero algo quedó.
De aquí ya no va a quedar nada. En su huida hacia adelante, el chairopopulismo se va a llevar, aparte del desprecio popular, una lista de iniquidades que dios guarde la hora en que le sean exigibles, pues será una auténtica carnicería.
Muchos quieren renunciar, pero les faltan las agallas de Veras Godoy
Por lo pronto las sandeces de la campaña de vacunación y el absurdo enfrentamiento con gobernadores, empresarios, científicos, adversarios y todos los que se le atraviesen en su loca carrera hacia el despotismo, ya pegaron en la economía, retrotrayéndola a los niveles del menos veinte por ciento de crecimiento que venía registrando casi desde la toma de posesión.
Se extraña la lucha ganada por el dictador oaxaqueño a todas las pestes de su tiempo. El dictadorcillo de ahora realmente es de pacotilla, para causar lástima, díganlo si no, sus colaboradores más cercanos, que también están hasta la madre, y ya quieren tirar la toalla. Pero no tienen los ovarios de la ex directora del sistema de vacunación de la Secretaría de Salud. ¡Pobre país!
¿No cree usted?
Índice Flamígero: Publican medios veracruzanos que el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez, rechazó que su Administración tenga emplazada una compra de vacunas anti Covid con el empresario de Veracruz Alejandro Cossío Hernández, quien asegura tener la exclusividad para distribuir la Sputnik V rusa y convino con Nuevo León la compra de dos millones de vacunas. “Nosotros tenemos contactos con los laboratorios de manera directa”, afirmó. “Queremos establecer un criterio de compra a precio de laboratorio, no a precio de intermediario o coyotaje”. La aclaración del gobernante de Nuevo león se da luego de que la agencia Sputnik publicó que autoridades rusas desmienten al empresario veracruzano de una supuesta compra y exclusividad sobre la vacuna a su gobierno.
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