Por Armando Rojas Arévalo*
Ante la imposibilidad de saludar personalmente y abrazar a cada uno de ustedes, esbocé estas líneas con la sana intención de decir “aquí estoy” y en espíritu estoy con ustedes esta Navidad.
Qué difícil es escribir un mensaje de paz y bienestar a mis amigos, en estos tiempos aciagos en que la tristeza y la incertidumbre por los lamentables fallecimientos de gente nuestra que dejó familia en la orfandad, y lo que estamos pasando en salud y la economía, nos provocan desesperanza y muchas preguntas. Empero, les convoco a la serenidad y la tolerancia.
Empiezo recitando a Benedetti, cuando exige a ponernos de pie en las malas circunstancias y dejar las lágrimas, en su poema No te salves,
“No te quedes inmóvil al borde del camino, no congeles el júbilo, no quieras con desgano…no te llenes de calma, no reserves del mundo sólo un rincón tranquilo; no dejes caer los párpados pesados como juicios. No te quedes sin labios, no te duermas sin sueño, no te pienses sin sangre, no te juzgues sin tiempo…”
Tratemos que esta Navidad sea luminosa y nos mueva a la reflexión sobre cómo debemos ser después de los malos tiempos. Que nuestro hogar se conmueva con la paz. Hemos sufrido la partida de muchos amigos y compañeros y aún con el corazón contrito y el espíritu estresado, que sea la ocasión propicia para reflexionar y elevar nuestras plegarias a Dios para ser mejores.
¡Sí habrá Navidad! Dios está de nuestro lado y nos enviará luz para caminar en medio de la oscuridad.
Me parece esperanzador el mensaje que nos deja el poeta cubano Alexis Valdés:
Cuando la tormenta pase
y se amansen los caminos,
y seamos sobrevivientes
de un naufragio colectivo.
Con el corazón lloroso
y el destino bendecido
nos sentiremos dichosos
tan sólo por estar vivos.
Y le daremos un abrazo
al primer desconocido
y alabaremos la suerte
de conservar un amigo.
Y entonces recordaremos
todo aquello que perdimos
de una vez aprenderemos
todo lo que no aprendimos.
Ya no tendremos envidia
pues todos habrán sufrido.
Ya no tendremos desidia
Seremos más compasivos.
Valdrá más lo que es de todos
Que lo jamás conseguido
Seremos más generosos
Y mucho más comprometidos
Entenderemos lo frágil
que significa estar vivos
Sudaremos empatía
por quien está y quien se ha ido.
CON MI MÁS FERVIENTE DESEO
PARA TODOS USTEDES: ¡¡FELIZ NAVIDAD
Y UN AÑO NUEVO VENTUROSO!!
*Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales/UNAM