FRANCISCO RODRÍGUEZ
Los pontificadores nerviosos de la Cuarta Destrucción han puesto el grito en el cielo. Al fin se dieron cuenta de que era suya y que la dejaron ir. Hablan del fin de las ideologías, porque a los partidos de oposición se les ocurrió aliarse para detener la catástrofe mexicana.
¡Mejor que desaparezcan esos partidos!, reclaman. Sólo quieren el poder para regresar al neoliberalismo, o retornar a la sensatez, acusan con su dedito en llamitas. Sólo deben existir en este mundo de juguete dos bloques de partidos: conservadores y chairos. Todo lo demás sale sobrando.
Nadie puede aliarse con fines electorales, sólo nosotros, con los infames verdes ecologistas, los traidores del trabajo y, si se puede, en regiones locales con los evangelistas de mentiritas y con los rescoldos de la nueva alianza del magisterio, para que nos aporten a los ancestrales movilizadores del voto, a los amos de las rutas.
En el moderno catálogo del misal despótico se alinean otros conceptos que igualmente atentan contra la convivencia civilizada: la ideología machista y vejatoria contra los derechos de las víctimas y de sus familiares, donde estén, es la única autorizada. Las plataformas ideológicas de los derechos humanos e incluso las del centro constitucional, no existen.
Que todos quiebren, si no pueden con la crisis que él provocó
El déspota está sobre y primero que los intereses de los empresarios, de las iniciativas particulares para crear empleos. Para él el Estado no existe. Si no pueden sortear la crisis que provoqué, pues que quiebren. Que se rasquen con sus uñas todos. Los fideicomisos de investigación científica, los académicos y los artísticos. Aquí no hay más ciencia que la que llama al poeta nayarita Mamado Nervo.
Seguimos sosteniendo que las únicas editoriales que tienen derecho al subsidio son las que se agachan incondicionalmente al “caudillo”. La Jornada, el periódico oficial será avituallado convenientemente con 19 páginas diarias de publicidad gubernamental pagada con nuestros impuestos, de las 44 que normalmente tira a la basura.
Son los nuevos índices de la austeridad y de las cajas de caudales vacías. En el mismo escalafón entra Proceso, que bastante hace por sostener nuestras ocurrencias y sandeces. Para todos los demás, cero. Que quiebren si no pueden solitos, gritan desde el sanedrín chichimeca los nuevos profetas de la destrucción de todo.
Encuestas cuchareadas e indicadores de aceptación inflados
En Palacio Nacional no sabemos de los entrambuliques… aunque los hayamos ordenado. Felipa le metió el gol a Pemex, es más abusada que “la mano de Dios”. Pío es inconmensurablemente honesto, si acaso son prestanombres del bolivianarismo, recolectores de las aportaciones para la revolución particular de nuestros bolsillos.
Sólo debe haber un chicharrón que truene. Los demás son fifís, o deben pasar forzosamente por las cribas del “fuchi caca” o del “guácala”. Porque el neoliberalismo es el diluvio y sólo fue el pretexto para que nos metieran asustados treinta millones de votos, que ahora los utilizamos para las encuestas cuchareadas y para regodearnos con indicadores de aceptación inflados y muy tardíos.
Rescate a las economías centroamericanas. No a las de aquí
La inversión para crear empleos debe estar desterrada del rancho grande. Aquí sólo subsistirán los empresarios que se mochen, los que pasen lista, los que “se pongan la del Puebla”, los que doblen la cerviz ante el mandarín de huaraches. Los narcotraficantes deben ser cubiertos y ensalzados como patriotas, generadores del único circulante interno.
La otra masa monetaria viene de los trabajadores desplazados en el extranjero a los que tanto hemos combatido y reprimido. Pero ahora son los salvadores de la patria. Trump ya no nos va a ordenar nada.
El rancho grande y sus pontífices es la única aldea global que existe, la única autorizada para producir el aldeanismo mental que supera todos los obstáculos. Somos el centro hegemónico que acude presuroso a rescatar con dinero líquido a las economías centroamericanas que realmente lo necesitan. Nosotros no.
Y quienes no quieran alinearse… pues para eso está el Ejército
El ágora de los nuevos tiempos es la digitalización del mensaje a través de los ejércitos de bots de Epigmenio Ibarra. Chairos protervos, omniscientes y todoabarcantes que son el único big brother de una realidad de miserables, de extraños en su propia tierra, que si acaso sólo sirvan para votar.
Y si no están convencidos de lo anterior, ya verán cuando el Inegi, en manos de la chaira Graciela Márquez empiece a generar los otros datos que sólo a mí me darán la razón. Ya estuvo bien de manga ancha con la estadística rigurosa. El fin justifica todos los medios. Detrás de todos los malabarismos está el fascismo y si se quiere hasta los nazis del pensamiento único. ¡Faltaba más!
Ya verán cómo todo se va a enderezar para bien del pueblo bueno y sabio, cuando la maestrita Tatiana Clouthier empiece a decirnos que hemos tomado las buenas decisiones, aunque la señora no sepa con qué se comen. Ella estará ahí sólo para obedecer. No hay otra cera más que la que arde.
Y si algunos no se alinean, para eso está el Ejército, aunque los entorchados duden de la lealtad de la tropa, encabronada porque lo único que reciben son apapachos, mientras los generales nadan en el presupuesto de la abundancia, en el paraíso del derroche.
Reelección o Claudia Sheinbaum o, el Plan C, Luisa María Alcalde
Los compadritos de la comandanta Nahle están de plácemes. Lograron inundar a quinientos mil tabasqueños para que las aguas no sepultaran la obrita faraónica de Dos Bocas. Se escogió el camino menos malo, argumentan ante la prensa los contratistas de la secretaria de Energía. Que todos se ahoguen y fracasen, menos nosotros, los de la Cuarta Destrucción.
¿Que para salvar la vara de la destrucción tenemos que fortalecer el mercado interno? Eso es pasto de las fieras para construir los negocios que ya agarráremos en subasta cuando avance el régimen, una vez que consolidemos la mayoría en la Cámara de Diputados. Ya verán éstos lo que es producir.
Por eso tenemos que ganar la mayoría. Si mis colaboradores piensan que es para preparar su camino hacia la Grande, están equivocados. La mayoría es para salvar la revocación del mandato y para asegurar mi reelección, tan ansiada por el pueblo.
En caso de que esto no se pueda conseguir, tengo dos cartas bajo la manga: Claudia Sheinbaum o el Plan C, Luisa María Alcalde Luján, que desde la Secretaría del Trabajo ha sido obediente y justa. Los demás perded toda esperanza. Ellos no están hechos para esto.
¿Fin de las ideologías? Para nada. Se acerca el fin de la 4T
Los pontificadores nerviosos de la Cuarta Destrucción repiten incansables el decálogo del despotismo.
Sin imaginar que ellos son los que siguen.
No fue el fin de las ideologías, sino el fin de ellos.
Pero así es esto del abarrote. No tardaremos en comprobarlo.
Nada puede subsistir así. Es demasiado. Nadie se chupa el dedo.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: Todo cambió para quedar como estaba, diría Tomás di Lampedusa. Como en los viejos tiempos del PRI, las candidaturas a las gubernaturas de Morena se obtienen ya por dinero ya por amor. Y le digo esto con los pelos de la burra en la mano, porque Mario Delgado pretende dar el albazo y anunciar a Pablo Amílcar Sandoval como candidato de Morena en Guerrero, tal cual ya lo hizo con su amante en BCS. En el primer caso la industria de la construcción le puso un millón de dólares en espectaculares a nombre de la publicación patito “99 grados”, en el segundo…
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