Por Iván Cigarroa
COSAS QUE NO VIENEN AL CASO //
Depeche Mode es una banda visionaria que no tiene necesidad de acoplarse a los tiempos porque su música no se enfoca en mantenerse vigente: ha logrado hacerla atemporal.Cuando Dave Gahan comenzó a desvestirse en aquella cabaña, en el video para I Feel You, debimos entender que presenciábamos una encantadora declaración de guerra que, sensualmente, nos invitaba a pecar. Sí, a todos. Pero también sabemos que ante la imposibilidad del hecho, era la música la que en realidad nos invitaba a hacerlo. Eran nuevos tiempos, y también un nuevo Depeche Mode.
Gahan, con imagen de Jesucristo, era el principal miembro que mostraba una imagen radicalmente distinta a la que sostuvo en la década de los 80, cuando Depeche Mode dominaba las listas de popularidad con su pop electrónico que siempre recibió con euforia el rock. Pero al terminar la gira mundial del álbum Violator, algo cambió al interior de la banda. Algo que si bien todos vimos para bien, con el entonces cuarteto no fue así.
Gahan se fue a radicar a Los Angeles. Ahí conoció el glamour, la música que proliferaban en ese entonces… y las drogas. El ambiente y la residencia le hicieron incluso cambiar su imagen, barba y cabello largo ahora le representaban, y las adicciones iban en aumento. Así se reencontró con la banda, quien no vieron muy bien su cambio, pero lo aceptaron como buenos ingleses. Pero radicar allá le permitió a Dave llenarse de nuevas influencias y luego del triunfo del grunge y el shoegaze, algunas cosas tenían que incorporarse en DM. Por eso I Feel You, el que fuera primer sencillo y track del disco, inicia con esa distorsión. Es otra declaración, la del cambio, un ajuste a los tiempos. Ni falta hacía, pero no quita que las ganas de ofrecer algo nuevo estaban ahí. Además el cambio es tan bueno como necesario.
Así las cosas, Songs Of Faith And Devotion es un álbum que a pesar de que trajo cambios medulares, es más uno transitorio. La experimentación inició en Violator y tú su punto más alto en Ultra. Pero este es especial porque capturó un sonido único. Sí, aquí hay guitarras distorsionadas, pero también los beats oscuros que tanto nos atraen; las letras están más enfocadas en los dos temas taboo por excelencia y que tanto les ha funcionado: sexo y religión. Y en cada lírica, en cada acorde, también se siente. Porque cada track está ambientado poderosamente para que resalte el taboo, y a 27 años, además de seguir vigente, es uno de los más sonados casos de éxito de la banda.
Y en una época en que las propuestas inglesas no estaban tan vigentes ante el embate del grunge y el rock alternativo, Depeche Mode experimentó con sonidos que le dieran cuerpo y profundidad. La suficiente como para fungir de soundtrack en un cortejo, en el acto sexual, pero también para ver la cruz de tu pared y agradecer por un día más. Teníamos en frente a una banda que seguía poniendo el dedo en la yaga y nadie parecía escandalizarse, todos gozaban. Bueno, seguimos gozando. Su exploración en temas candentes les ha dado renombre por rebuscar desde los sentimientos más oscuros lo que un ser humano piensa, siente y actúa con respecto a ello. Si te fijas, no somos muy distintos a ese entonces.
Como dije antes, el rock cobijó muy bien está producción, era algo que tenía qué pasar, pero los beats seguían ahí, sólo que ahora habían incorporado nuevos elementos: I Feel You abría una nueva exploración a la distorsión, le dió la bienvenida. Walking In My Shoes mantuvo el sonido de antaño, pero con guitarras y baterías acústicas. Condemnation es una pieza lenta, inspirada en el gospel, aunque no empleó los coros clásicos. Mercy In You retoma las guitarras distorsionadas y las enfrenta con líricas sobre pedir perdón a un ser superior. Judas es el tema ambient del disco, ofrece confort musicalmente, pero la letra exige sacrificio para poder dar amor. In Your Room es la pieza que pudo aparecer en el álbum Music For The Masses pero que afortunadamente complementa el disco con una maravillosa oda a la habitación. Get Right With Me tiene scratches y baterías programadas, en complemento con la acústica, es probablemente el track más colorido del disco. Rush es una pieza poco digerible, de larga duración, pero que a estás alturas das por válida, porque el disco ha estado excelentemente bien balanceado. One Caress es un tema con orquesta de violines acompañado de una letra que súplica devoción al ser amado, que con solo una caricia puede sentirse bendecido. El álbum termina con Higher Love, el track más directo en letra y resume perfecto el concepto del disco: cómo podemos ser motivados por un amor superior.
No es un secreto que Songs Of Faith And Devotion es uno de sus mejores producciones. De toda su discografía, donde seguramente sí habrá álbumes totalmente olvidables, éste destaca por poner al frente la sensualidad en momentos en que el desenfado y la desilusión eran las actitudes en boga. Algo que en aquellas épocas se abordaba poco y hoy escandaliza. Pero Depeche Mode es una banda visionaria que no tiene necesidad de acoplarse a los tiempos porque su música sencillamente no se enfoca en mantenerse vigente: ha logrado hacerla atemporal. Ya solo se preocupan por tocarla en estadios, algo que sin duda se les da fáci y hoy día todos extrañamos.