Por Ivan Cigarroa Moscoso// COSAS QUE NO VIENEN AL CASO
Encontrar en este disco distintos ritmos fue tan novedoso para mí, que entre más los escuchaba, más me fascinaba, y eso me llevaba a querer conocer más música.
Yo a mis 13 años, en 1990: buscaba a Depeche Mode en el bazar más cercano, encontré un local de un chico que mezclaba tapes, me dijo que solo lo tenía con The Cure. No los conocía, pero decidí adquirirlo. Cuando lo escuché voló mi cabeza. Incluso más que con DM. Después supe que lo que ahí venía mezclado era el álbum Mixed Up, que recién había salido a la venta, así que compré el cassette y lo escuché detenidamente, ese sonido de rock con electrónica era lo que más me atraía. Y vaya, tenía canciones largas, bailables. Todo lo que necesitaba para abrir más mi curiosidad, quería escuchar otros discos y así fue como conocí toda su discografía. No me decepcionó que no sonara igual al disco con el que los conocí, al contrario. Encontrar distintos ritmos fue tan novedoso para mí, que entre más los escuchaba, más me fascinaba y eso me llevaba a querer conocer más música. Ese día, cuando me hice de esa cinta, inició mi hambre por la música.
Yo a mis 23 años, en 2000: ha pasado tiempo y sigo escuchando este disco. Este año lanzaron el álbum Bloodflowers, un disco tan oscuro como Disintegration. Me da gusto que el tiempo pase y sigan vigentes, grabando discos y sin enfocarse en la nostalgia. Yo sigo valorando Mixed Up tanto como el resto de su discografía. The Cure es el lugar al que recurro para sentirme bien, y lo logro al escuchar tan sólo uno de sus discos. Cómo ya no hay cassettes en tiendas decidí comprarlo en CD en el tianguis del Chopo. Lástima que en este formato no viene incluído el remix de Why Can’t I Be You?, pero aún así para mí es una joya. Conocer a The Cure es conocer a muchas bandas más que, sí, podrían ser clones, pero tienen un sonido genial. Me gusta el sonido inglés, aún cuando el grunge es lo mío. Conocer más propuestas que tengan el sonido de ellos (o de otras bandas de antaño) me hace comprender mejor la música. Esa hambre por escuchar cosas nuevas sigue ahí, latente, erguida.
Yo a mis 33 años, en 2010: si bien el último disco de la banda no fue el mejor, está chido que sigan lanzando discos y no necesariamente vivir de la nostalgia. Y más en estos tiempos en que proliferan las bandas independientes que después de un disco o dos, desaparecen. Muchas me agradan. La era digital me ha permitido descargar muuuuchaaa música. He logrado hacerme de un acervo de miles de canciones, he conocido una gran cantidad de propuestas, y muy complejas a veces, pero todas valiosas. Y ahí está The Cure, ahí sigue. Sigue siendo de los mejores grupos que he escuchado en mi vida. Con Nine Inch Nails y Pearl Jam se forma mi santísima Trinidad de bandas predilectas. Pero no me he cerrado a nuevos ritmos, las generaciones están pasando y yo me sigo ajustando a ellas, es bueno escuchar y conocer. Mi hambre por nueva música, por seguir escuchando música, sigue intacta. Y The Cure sigue siendo parte importante de mi vida.
Yo a mis 43 años, en 2020: hace 12 años que The Cure no lanza un disco, y este año desistió de hacerlo por la pandemia por el Covid 19 que nos abatió, nos tiró el año y nos quitó los conciertos; aunque ya tienen uno nuevo que va a sonar brutal. Aún así Mixed Up permanece estoico para mí, como una de las piezas fundamentales en mi vida como melómano y periodista musical.
El disco de remixes, originalmente lanzado con once canciones conocidas y una nueva; se trata de importantes éxitos de la banda, reestructuradora co nuevas perspectivas. Incluso hubo el caso en que, a falta del audio original, se tuvo que regrabar, hablo de A Forest. Los temas fueron remezclados para ser bailados en los clubs ingleses, varios de los DJ’s después tuvieron mayor renombre con algún proyecto nuevo. Ahí participó un incipiente Paul Oakenfold, el pionero del house François Kevorkian, o el productor William Orbit. Nada más.
Y ante la nueva modalidad de la industria, que prefiere promover sencillos que discos, hemos vivido una era donde el arte del disco y los datos al interior se han vuelto obsoletos, como mucha de la música que se escucha actualmente. Y no, no soy un chapado a la antigua, me he acoplado a los tiempos. Pero es una realidad que mucha música se olvida rápido y queda desfasada ante tanta oferta. Pero The Cure sigue ahí. No se ha ido y como dije antes, tiene nuevo disco, así que seguramente habrá banda para rato.
En cuanto a Mixed Up, es un disco muy completo, largo, minimalista, donde los remixes tienen larga duración y adornos sonoros muy detallados. Cada canción requirió de un trato distinto, por eso distintos DJ’s participaron en piezas como Facination Street, Hot, Hot, Hot!!!, Lullaby, The Caterpillar, Never Enough, Close To Me o Pictures Of You engalanan este material que, si bien es extraño grabarán un disco de remixes, les funcionó bastante bien.
Y aquí está, cumpliendo 30 años de su lanzamiento. Y aquí estoy, ahora con 43. Se siente bien saber que una banda que admiras desde hace mucho te sigue acompañando a todos lados, está contigo en todo momento y sus sonidos por igual te provocan risas o llantos. Por eso sigue siendo mi lugar preferido para estar, me sigue acompañando a dónde vaya. Quién fuera a pensar que un disco de remixes desatará un hambre voraz por conocer nueva música, que no me quedara atrapado en una época, y sobre todo, que tuviera la persistencia de generar una reseña diaria por un año, justo uno convulso y extraño.
Gracias por leer.
Gracias por estar.
1990 / Fiction Records