En el marco del Día Mundial de Lucha contra el Sida, que se conmemora este martes 1º de diciembre, la comunidad médica hace un llamado a intensificar las acciones del monitoreo inmune
En medio de la sindemia por la Covid-19/influenza, el monitoreo inmune y el manejo de la resistencia adquirida a los antirretrovirales representan un desafío para las personas que viven con VIH/Sida y un nuevo reto para la salud pública de México.
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, el mayor riesgo de complicaciones a causa del SARS-CoV-2 es para las personas con VIH que tienen un bajo recuento de células CD4 y/o que no están bajo un tratamiento antirretroviral eficaz. Algo similar ocurre con la influenza.
“El monitoreo inmune es vital en esta coyuntura sanitaria. Hay que intensificar el conteo de linfocitos CD4/CD8 mediante pruebas por citometría de flujo. Los resultados permiten conocer el estado inmunológico del paciente, alertan sobre el riesgo de infecciones oportunistas y aportan información para el seguimiento del paciente y la toma de decisiones terapéuticas, lo cual es clave ante la resistencia adquirida a los antirretrovirales”, indicó Rodrigo Pestana Lopes, doctor en Biología Celular y Molecular, y líder para Asuntos Médicos y Científicos para Latinoamérica en Becton Dickinson.
Al participar en la videoconferencia “La importancia del monitoreo inmune y manejo de la resistencia adquirida a los antirretrovirales para la calidad de vida de pacientes con VIH en tiempos de COVID-19/influenza”, realizada en el marco del Día Mundial de la Lucha contra el Sida, el doctor Pestana Lopes recordó que la resistencia adquirida a antirretrovirales afecta a más de 10% de los pacientes que inician una terapia antirretroviral, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“La resistencia adquirida a los antirretrovirales es la capacidad del virus para mutar y reproducirse en presencia de fármacos antirretrovirales. Está relacionada, principalmente, con la falta de apego al tratamiento, el uso inadecuado de los medicamentos, a los efectos adversos o a las variaciones en la farmacocinética de la droga, como absorción e interacciones”, aclaró el doctor Juan José Calva Mercado, investigador en Ciencias Médicas “F” en el Departamento de Infectología del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” y director del Comité Nacional para el Uso Racional de los Antirretrovirales (CORESAR).
Indicó que la pérdida de control de la replicación viral por la resistencia a los medicamentos para el VIH daña la salud del paciente, limita sus opciones terapéuticas y lo vuelve transmisor de la infección viral. De manera paralela, hay un impacto negativo en los sistemas de salud por el costo de la atención de enfermedades derivadas de la inmunosupresión secundaria a la actividad persistente del VIH, de ahí la importancia de realizar acciones integrales en las que intervengan pacientes, médicos, sistema de salud y gobiernos.
El también coordinador del grupo de trabajo (adultos) en la actualización anual de la Guía de Manejo Antirretroviral de las Personas con VIH del Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/sida (Censida), agregó que los medicamentos antirretrovirales evitan la progresión de la enfermedad y el desarrollo de infecciones oportunistas, pero hay que utilizar bajo monitoreo y en estricto apego a las indicaciones del médico.
En este sentido cabe señalar que México adoptó en 2019 un compromiso global para eliminar las barreras que disuaden a las personas de hacerse las pruebas de VIH y conocer su estado serológico, o que retardan el inicio de tratamiento e impiden alcanzar la supresión viral sostenida.
Dicho compromiso -adquirido en el marco de la Décima Conferencia IAS sobre Ciencia del VIH (IAS 2019) organizada por la Sociedad Internacional del Sida- también contempla garantías de servicios de salud integrados, incluyentes y profesionales.
“En este Día Mundial de la Lucha contra el Sida, BD se suma a la labor de mejorar la atención de los pacientes y brindarles alternativas de diagnóstico más precisas, oportunas, certeras, menos invasivas y que contribuyan a ofrecerles una mejor calidad de vida”, finalizó el doctor Pestana Lopes, líder para Asuntos Médicos y Científicos para Latinoamérica en Becton Dickinson.
De acuerdo con el Registro Nacional de Casos de VIH y Sida, desde 1983 y hasta la fecha, se han diagnosticado 313,969 personas con el Virus de Inmunodeficiencia Humana. En 2020 se han notificado 1,641 casos; solo hay 12 mujeres. La tasa de mortalidad general por VIH es de 4.0 defunciones por cada 100 mil habitantes, según el INEGI con datos a 2018.
Fuente Comunicae
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