CIUDAD DE MÉXICO.- El Tren Maya, proyecto en obra del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, no fue decidido por el pueblo maya, ni por otro pueblo indígena mexicano, sino que la obra busca apropiarse de la denominación cultural indígena, aseguró el Consejo Regional Indígena de Xpujil (CRIPX).
Al entregar una carta al gobierno federal, solicitan a Semarnat sea negada la Autorización de Impacto Ambiental (AIA) al denominado Proyecto Regional Fase 1 Tren Maya[2], el cual actualmente se encuentra en etapa de evaluación ante la Dirección General de Riesgo e Impacto Ambiental (DGIRA).
Un grupo de dirigentes mayas acudió el pasado 25 de noviembre a la delegación de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en el estado de Campeche para entregar la petición ya que afirman que el proyecto se ha presentado de forma fragmentada, lo que impide evaluarlo integralmente; tampoco se ha dado información oportuna y suficiente a las comunidades para que den su consentimiento.
En la carta se señala que “el proyecto Tren Maya no fue decidido por el pueblo maya, ni por otro pueblo indígena mexicano, sino que el nombre busca apropiarse de la denominación cultural indígena del pueblo maya, con el propósito de hacerlo más amigable. Está incluido en el Plan Nacional de Desarrollo (PND), aunque hay poca información oficial existente hasta el momento, puesto que no se ha hecho público el Proyecto Ejecutivo integral.
«Por lo poco que conocemos, el proyecto Tren Maya y las obras conexas implican numerosos riesgos e impactos ambientales a todo el sureste mexicano, zona donde vivimos, de alta riqueza biológica e importancia para la conservación y protección de la selva maya, del acuífero y de la biodiversidad.”
La agrupación destaca que el propio Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) –dependencia del gobierno mexicano- ha advertido que “el proyecto impactará en diversos municipios de Chiapas y Tabasco, las selvas altas, los pantanos y sabanas; en la Península de Yucatán impactará los macizos de selva más grandes y en mejor estado de conservación de México y Mesoamérica, áreas con manglar y otros humedales. Estos ecosistemas sufrirán alteraciones (degradación, fragmentación y deforestación) asociadas con la construcción, circulación y desarrollo propuesto por el proyecto del Tren Maya”.
El texto añade que el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) no ha presentado un proyecto integral, que incluya todos los elementos que abarca el proyecto Tren Maya -tal y como se ordena en el artículo 28 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA)-, sino que lo ha hecho de forma fragmentada.
“Así, por ejemplo -apunta-, se desconocen las ubicaciones, dimensiones, impactos y medidas de mitigación propuestas frente a la creación de los polos de desarrollo contemplados, así como el estado del procedimiento de las autorizaciones y medidas de salvaguardia respecto de sitios arqueológicos ante el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Estas omisiones sesgan la dimensión y aumentan los riesgos de los impactos, particularmente los acumulativos y sinérgicos que el proyecto generará y esa Secretaría está obligada a evaluar de conformidad con los estándares más altos de protección del derecho humano a un medio ambiente sano.”
La carta entregada en Semarnat-Campeche denuncia también que la disposición de información y el acceso a la participación ciudadana en la toma de decisiones ambientales relacionadas con el proyecto referido ha carecido de garantías efectivas durante el desarrollo de la evaluación de impacto ambiental, y como ejemplo de esto se cita el hecho de que únicamente se celebró una reunión pública de información, la cual tuvo lugar en Campeche, siendo que el proyecto atravesará cinco estados de la República.
Por todo lo anterior, se solicita que Semanat “dé efectivo cumplimiento a sus obligaciones constitucionales, garantice nuestros derechos humanos ambientales y, con fundamento en un exhaustivo y diligente análisis de la manifestación de impacto ambiental, anexos y demás información adicional, niegue la autorización en materia de impacto ambiental” del citado proyecto. Asimismo, se le solicita que, conforme a sus facultades, “garantice el cumplimiento de la normatividad ambiental mexicana suspendiendo las actividades de construcción del proyecto Tren Maya, por no contar con los elementos indispensables para la obtención de la autorización pretendida.”
Conjuntamente con esta carta, el CRIPX realizó la entrega oficial de más de 268 mil 208 firmas de personas de México y otros países, recabadas a través de la plataforma Salva la Selva, quienes están interesadas en la protección del ambiente y de los territorios indígenas, y preocupadas por los graves impactos ambientales y sociales que el paso del Tren Maya tendrá sobre en esta región y sobre las comunidades que habitan en ella.
Los indígenas inconformes con el proyecto también entregaron más de 268 mil firmas solicitando la suspensión definitiva del Tren Maya, recabadas a través de la plataforma internacional Salva la Selva
https://www.salvalaselva.org/peticion/1163/tren-maya-arrasara-la-selva-en-mexico