CIUDAD DE MÉXICO .- Es urgente atender la deforestación de bosques y selvas en el país, pues 60 por ciento de los recursos han sido devastados, lo que se agrava con la intensa sequía en algunas zonas, lo cual afectará la producción nacional de alimentos.
El director Académico de la Universidad Autónoma Chapingo, Artemio Cruz, el director del Departamento de Irrigación de la UACh, Rafael Sánchez Bravo, y el director de CONAZA, Ramón Sandoval Noriega, se reunieron para hablar de las alternativas ante esa problemática.
En un recorrido por el municipio de Zacapala, Sánchez Bravo mostró el trabajo realizado en esta zona para suministrar y administrar el agua de lluvia para consumo humano así como para abrevadero, lo que garantiza la irrigación.
Al hacer un balance de la deforestación del país en comparación con las fuertes lluvias que a veces se registran en el país donde en algunos lugares se inundan y otros carecen de precipitaciones pluviales a lo largo del año, los especialistas se pronunciaron a favor de sembrar agua en zonas áridas para potencializar la reforestación natural del entorno y por tanto recomponer el ecosistema.
En entrevistas por separado, cada uno de los especialistas coincidieron en la necesidad de aplicar políticas públicas enfocadas a frenar la deforestación del país así como hacer uso de los conocimientos ancestrales de las comunidades indígenas para preservar el vital líquido con el doble propósito de mejorar el medio ambiente y la calidad de vida de quienes habitan en el medio rural en zonas de difícil acceso.
Sandoval Noriega, de la Comisión Nacional de Zonas Áridas, dijo que la devastación del territorio nacional es del 60 %, lo que afecta la capacidad de producir los alimentos para el país.
Los académicos de la Universidad Autónoma Chapingo, a través del Departamento de Irrigación, en la gira técnica por la Mixteca Poblana mostró el impacto que obras pequeñas de conservación de suelo y agua que han tenido en el combate a la sequía; tecnologías básicas que pueden servir a México, aseguró por su parte el profesor Rafael Sánchez Bravo.
Por lo pronto, aceptó que la Comisión Nacional de Zonas Áridas necesita recursos para aplicar estas tecnologías que sí funcionan pues la pandemia COVID 19 ha demostrado que necesitamos de nuestro planeta y “con poquito descanso que le hemos dado a los montes y a los bosques, se han recuperado y no debemos permitir que lleguen este tipo de catástrofes para pensar lo mal que estamos actuando en contra de la naturaleza”.
En tanto, el Director Académico de la Universidad Autónoma Chapingo, Artemio Cruz, resaltó el hecho de que funcionarios del Gobierno Federal y autoridades municipales estén interesados en este tipo de tecnología “porque actualmente son los productores quienes la han aplicado y los resultados ahí están”.
Zacapala, ubicado en la Mixteca poblana, dijo, es muestra de que se aplican los conocimientos de la irrigación para pequeños productores y cuando vemos que en el país el 80% de los campesinos, de la gente que produce el campo, son pequeños productores, se confirma la gran valía en esta experiencia generada en Chapingo.
Entonces, continuó, es un proyecto para resolver problemas en donde estamos usando tecnología y conocimiento científico que se adecua a la tecnología local y al conocimiento propio de los indígenas.
La Universidad Autónoma Chapingo, tiene este y otros ejemplos a favor del campesino e indígena como es el manejo de recursos hídricos y la cosecha de agua, el manejo genético de fertilización, la agroecología, el manejo de plagas, la educación en economía campesina como resultado de los procesos de investigación y vinculación que tiene la institución con las comunidades, concluyó.