*El verdadero poder se ejerce en una habitación sin ventanas, con luz artificial y apagador, porque habrá veces que resultará imposible verse a los ojos
Gregorio Ortega Molina
Confianza no es sinónimo de ciega lealtad, ésta se aproxima a la abyecta complicidad. En los acuerdos mutuos para servir al Estado, más que al gobierno, la seguridad personal de uno y otro de los implicados, así como la limpieza histórica de los trayectos profesionales, dependen del comportamiento, de que no pierdan la cordura ni la templanza, ni esa idea de recompensa que sólo unos cuantos conocen: la satisfacción de haber servido.
Sólo traté con frecuencia a cinco personajes con el exacto conocimiento del concepto de Estado y la manera de servirlo. Fernando Gutiérrez Barrios, Javier Wimer, Porfirio Muñoz Ledo, Ignacio Morales Lechuga y Diego Valadés, de quienes todos hablan, pero nadie, absolutamente nadie puede ensombrecer su hoja de servicios. Les conservo respeto.
Tan pronto como a los 33 años comprendí de qué va el ejercicio del verdadero poder. Cuando no habían transcurrido las 72 horas después de los oficios fúnebres de mi padre, Gregorio Ortega Hernández, recibí una llamada telefónica nocturna en mi domicilio.
Rodolfo Alcázar me dio a conocer que el ex presidente Luis Echeverría Álvarez me convocaba a comer a su casa, para darme el pésame. Una mezcla de curiosidad y morbo me obligaron a reagendar todo lo del día siguiente, para acudir puntual a la cita.
Las sorpresas empezaron pronto. No me llevaron al comedor, sino a la cocina, donde una mesa bien puesta me esperaba. Seríamos dos los comensales.
Echeverría, en plena fortaleza física y presencia de ánimo llegó puntual. Después del pésame de cajón dieron inicio las zalamerías del poder; acosado por sus ojos de serpiente me percaté que era una comida para la discreción, pues colocadas las viandas en la mesa, fue el anfitrión que solícito y atento preguntó y sirvió en qué cantidades quería lo que ambos habríamos de degustar.
Hicimos muy buenas ausencias de mi padre, hasta que llegó el momento en que debió preguntar lo que realmente estaba urgido de saber. Después de enterarse de que estuve presente en los últimos días y horas de quien fuera su amigo de muchos años, la pregunta fue directa y repetitiva: ¿No le contó nada de mí? ¿Seguro ya no le comentó nada?
Una vez que quedó satisfecho de mi respuesta, disfrutamos del café y el postre. Salí de la casa de San Jerónimo con dos certezas: los hombres de poder requieren de amigos que sean confidentes mudos, ciegos y sordos, después nadie los toma en cuenta. Hay sucesos, hechos, dichos, que más vale no presenciar, no conocer, no haber escuchado. El poder se construye sobre secretos, y el que tuvo el presidente de México durante el sexenio 70-76 fue inmenso.
LEA vive, puede desmentir o confirmar lo narrado, o ignorarme. Fue así como ocurrió.
Supongo que a Salvador Cienfuegos Zepeda lo convocaron para instruirlo acerca de lo que de él se esperaba como general secretario de la Defensa Nacional; como militar decidió servir al Estado, pues para eso se viste el uniforme.
Lo que del general Cienfuegos se espera es silencio, a pesar de todo lo que de él se diga. Pronto sabremos si hay fortuna oculta, e incluso podremos saber si se la ocultaron para hacerlo aparecer como delincuente, cómplice y culpable.
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El INEGI da a conocer los Indicadores de Confianza Empresarial (ICE) correspondientes a octubre del año en curso. Dichos indicadores se elaboran con los resultados de la Encuesta Mensual de Opinión Empresarial (EMOE), los cuales permiten conocer, casi inmediatamente después de terminado el mes de referencia, la opinión de los directivos empresariales de los sectores Industrias Manufactureras, Construcción, Comercio y de los Servicios Privados no Financieros sobre la situación económica que se presenta tanto en el país como en sus empresas.
A nivel de sector, el Indicador de Confianza Empresarial de las Manufacturas registró un alza de 0.8 puntos en el décimo mes de 2020 respecto al mes inmediato anterior, con cifras desestacionalizadas, el ICE de la Construcción también se incrementó 0.8 puntos y el del Comercio 0.4 puntos.
En su comparación anual, el Indicador de Confianza Empresarial por sector de actividad reportó el siguiente comportamiento: el ICE del Comercio descendió (-)8.2 puntos, el de las Manufacturas (-)8 puntos y el de la Construcción se redujo (-)6.3 puntos durante octubre de 2020.
Pero el país está requeté bien.
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