Pablo Cabañas Díaz.
Fernando Ortiz Arana, fue uno de los políticos más completos y experimentados que había al final del siglo XX en el país, tuvo una formación a nivel de gobierno estatal como oficial mayor y secretario general de Gobierno, fue diputado federal tres veces, y líder de la Asamblea de Representantes del Distrito Federal, de la Cámara de Diputados y del Senado de la República. Además, dirigente del PRI en la Ciudad de México y a nivel nacional, así como prospecto a la candidatura presidencial. Su carrera política iba en ascenso, pero al morir, Luis Donaldo Colosio, intentó disputarle la candidatura presidencial del PRI a Ernesto Zedillo, con la oposición del entonces presidente Carlos Salinas.
Con esos antecedentes en 1997, desde el PRI lo “inflaron” para después hacerlo perder la gubernatura de su entidad natal Querétaro ante el panista Ignacio Loyola Vera cuya esposa Mary Carmen Arana, es prima de Ortiz Arana. Su prima y su hermano José, quien también fue candidato en esa elección, se dedicaron a minar su candidatura al revelar algunos aspectos de su vida privada. La derrota de Ortiz Arana fue trabajada desde el poder presidencial. Al iniciar su postulación por el PRI, incluso Diego Fernández de Cevallos recomendó a su primo hermano, Francisco Fernández de Cevallos Urueta que no aceptara la candidatura del PAN, “porque nadie tiene posibilidad alguna de ganarle la gubernatura a Fernando”.
Hasta junio de 1997 los sondeos de opinión daban por seguro el triunfo de Ortiz Arana, pero a dos semanas de las elecciones las encuestas empezaron a mostrar una ventaja de Ignacio Loyola, concesionario de John Deer en la entidad, y dirigente empresarial. El resultado que arrojaron las urnas confirmó la primera derrota del PRI a nivel gubernamental en Querétaro.
¿Qué pasó? El propio Ortiz Arana, en público, se encargó de explicar: las devaluaciones del peso de 1994 y 1995 y el incremento del 15 por ciento al IVA que se le atribuyeron al PRI; errores en la campaña electoral con un proyecto político tradicional, publicidad anticuada, exceso de confianza, fallas y errores de colaboradores; la candidatura incómoda de su hermano José.
El hecho de que Ignacio Loyola Vera, le pudiera ganar a un peso completo de la política nacional como lo fue Ortiz Arana, tiene otras explicaciones. En 1997, la realidad de esa derrota fue hecha pública por el entonces líder juvenil Arnulfo Moya Vargas quien declaró a la revista Siempre que el ex alcalde de San Juan del Río Leopoldo Peralta Navarrete, conocido de Carlos Salinas le había llamado para decirle que no se moviera porque el entonces Secretario de Gobernación Emilio Chauyffet , le había confiado que el ganador de la contienda en Querétaro iba a ser el panista Ignacio Loyola Vera. Entonces se puso al descubierto que el otrora gobernador Enrique Burgos García había sido enterado de aquellas negociaciones que se habían hecho por debajo de la mesa, no obstante, el gobernador en turno había dejado crecer un movimiento magisterial que a la postre sería uno de los factores que hicieron que el PRI perdiera con Ortiz Arana.
Fue a Emilio Chuayffet a quien se le atribuyó aquella maquinación para cobrarle a Ortiz Arana,, la osadía de haberle disputado al entonces presidente Ernesto Zedillo la candidatura presidencial tras el magnicidio de Luis Donaldo Colosio
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