La temporada de la Mayor League Baseball se pudo jugar finalmente y son muchos los motivos para estar contentos. Desde el propio play ball, muchos son los equipos que pudieron prepararse para adaptarse a la nueva modalidad del torneo, una que consistía en jugar 60 juegos en su totalidad para luego pasar a los famosos playoffs, todo con motivo de buscar a los finalistas de una Serie Mundial en los tiempos habituales donde debe presentarse.
De esta manera, el siempre llamado Clásico de Otoño presentó a sus dos finalistas tras dos grandísimas finales de ambas Ligas que conforman la organización, llegando ambos al prestigioso “set game” o juego 7, donde no hay mañana para ninguna de las franquicias que pierden ese encuentro. Para explicarlo de manera sencilla, las dos finales de las Ligas, Americana y Nacional, se juegan a una serie de 7 juegos, en los cuales ambos equipos deberán ganar 4 para poder avanzar a la final de la MLB conocida como la “World Series”.
Es por esto que observamos a los Dodgers de Los Ángeles batirse a muerte con los Bravos de Atlanta en una serie que llegaría a este famoso juego 7, uno que dependió de las armas ofensivas del conjunto californiano, como Cody Bellinger para sobrepasar a su rival y conseguir el prestigioso billete a la final por tercera vez en los últimos cuatro años. Del otro lado de la acera, en la reputada Liga Americana, los Rays de Tampa Bay consiguieron el otro ticket al sobreponerse de una casi remontada agónica de los Astros de Houston para poder acceder a un compromiso que no veían desde hacía doce años. Con estos ingredientes las apuestas MLB están más abiertas que nunca en las Series Mundiales.
El conjunto de la Florida, de la mano de un novato como Randy Arozarena y otro jugador como Mike Zunino, pusieron las carreras necesarias para superar a su rival con un resultado de cuatro a dos en el mismo juego siete. Partido al que se llegó después de que los Rays estuvieran tres juegos arriba y permitieran un regreso casi histórico del conjunto oriundo de Texas, el cual solo le faltó ganar ese para acceder a esta serie.
Con tanta emoción derrochada en dichas finales, podemos decir sin ninguna duda, que tenemos una Serie Mundial con dos equipos que sufrieron para estar aquí, y que siguen soñando con un nuevo título.
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