Sergio Gómez Montero*
¿Dónde estás?
¿Por qué te vas
Incluso de  mis sueños?
S. Bouhlal: “Poesía”

Reitero mi reconocimiento pleno a Rossana Rossanda

Junto con la democracia, hoy, en política, otro concepto que está en crisis es, sin duda, el de partido como agrupación idónea para dar el batallar precisamente en el terreno de la política, que desde tiempo atrás se entiende como lucha por el poder social. Ambos conceptos (democracia y partidos políticos) no en balde se encuentran actualmente vinculados de manera estrecha, aunque la primera haya antecedido con mucho a los segundos, dado que la democracia deviene como concepto con los sofistas atenienses del siglo V antes de nuestra era, en tanto que los segundos, como hoy los conocemos, tienen su origen con la Revolución Francesa, allá por el siglo XVIII de nuestra era y es en ellos que la democracia representativa de carácter electoral, que desde entonces es la dominante en el capitalismo, se canalizará precisamente a través de la vida partidaria que hoy existe.
Bueno o malo eso, quién sabe. Lo que sí es que hoy se presta a interrogantes múltiples, como en estas notas en otras ocasiones se ha tratado, porque tanto la democracia representativa como los partidos políticos como hoy operan son evidentemente insuficientes para sostener y agilizar un sistema social de transición. Como el que, hace días, anunciara el Presidente López Obrador en la Asamblea General de la ONU existe en México (y lo dijo sin temor de que Bachelet llegara a México a declararnos dictadura opresora de los derechos humanos, como lo hizo ya con Venezuela, sin que se le cayera la cara de vergüenza ni perdiera su cargo en la ONU con semejante mentira), empeñado en dar la batalla a fondo a la corrupción y a la impunidad, y fundar en la austeridad su régimen de gobierno, la 4T, al margen de que Jaime Cárdenas acabe de declarar que en ello hay más simulación que verdad y que por eso él pintaba su raya.
La verdad es pues ésa, que en un régimen de transición conceptos tan complejos como democracia y partidos se pueden prestar a interpretaciones múltiples, pues ni la primera es tal ni los segundos son dechados de pureza. De allí las luchas espurias que hoy se están dando al interior de Morena por el control de lo que se quiere sea lo más pronto posible un verdadero partido político.
Sólo eso, un partido político que opere con los requerimientos que exige la democracia burguesa (es decir, hoy, la democracia representativa y electoral). Por eso es por lo que hoy se lucha en Morena y por ende, por esa vía, la de los partidos, no habrá nunca parlamentarismo de izquierda, por eso a ninguno de los candidatos que hoy luchan por dirigir al conjunto de tribus que componen a Morena les interesa se les califique de izquierda.
Ojalá y alguno de esos candidatos tuviera curiosidad por leer a la camarada Rossanda en sus textos de Il Manifessto cuando escribe sobre “Partidos políticos, ¿o comités electorales?” A lo mejor algo les queda para aprender.
Digo, nada más digo.

*Profesor jubilado de la UPN/Ensenada
gomeboka@yahoo.com.mx

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