Pablo Cabañas Díaz.
El periodista Fernando Ortega, en el año 2000, dio a conocer una historia que culminó en noviembre de 1998, cuando a la edad de 18 años, Kenneth Rüggberg se quitó la vida después de enterarse que su padre era José Ramón López Portillo Romano, quien había negado su paternidad desde antes del nacimiento. Tuvieron que pasar 23 años para que – “sin temor a perder la vida”- Arthur Rüggeberg pudiera denunciar la serie de atropellos que sufrió por un conflicto de índole personal entre las familias Rüggeberg y López Portillo. Además de amarga y dolorosa, la historia también fue trágica, pues Kenneth Rüggeberg, un joven de 18 años de edad procreado por Berbel Rüggeberg y José Ramón López Portillo Romano, se ahorcó al no poder superar sus problemas de identidad derivados del rechazo de su padre a reconocerlo.
Arthur Rüggeberg, tío de Kenneth, señaló que fueron condenados los Rüggeberg vía el acoso, la persecución y amenazas por parte de miembros del entonces Estado Mayor Presidencial (EMP). Cinco años duró la relación entre los Rüggeberg y los López Portillo fue entre 1975 y 1980, tiempo suficiente para que Arthur viviera y conociera de cerca a los López Portillo.
En el segundo aniversario del suicidio de Kenneth, en noviembre del 2000, su tío Arthur informó al expresidente López Portillo quien moriría en 2004, que se enteró sobre el trágico suceso por medio de una carta y una fotografía del occiso que lo conmovieron tanto que reconoció públicamente su error en 2001 y dijo que no tenía duda de que se trataba de su nieto. José López Portillo, expresó por esos días: “Al ver la fotografía algo se me rompió por dentro. “Yo estaba en la edad de que pues no esperaba más dolores ni más amores y este muchachito me conmovió, sobre todo al enterarme del fin que tuvo, un fin absurdo que me dolió muchísimo, como pocas cosas me han dolido en mi vida. Desde luego, en mi vida de viejo, ninguna equivalente. Yo no tengo duda, y el rostro noble de ese muchacho me conmovió, me tocó fibras. Y las fibras que corresponden a la sangre, me las tocó todas.” El expresidente lamentó haberle creído a su hijo José Ramón de que nunca había tenido relaciones con Berbel: “Yo le creí y lo respaldé, infortunadamente, porque se hubiera podido evitar la tragedia espantosa, como para mí resultó”.
Fue en el Colegio Alemán donde se conocieron los hijos de las familias López Portillo y Rüggeberg Barber. Allí estudiaban también los hijos de otros personajes, como Luis Echeverría Álvarez y Carlos Hank González. Algunas veces los padres se saludaban en las convivencias escolares. En 1975, Erwing, el séptimo de diez hijos de la familia Rüggeberg, se hizo novio de Paulina, la hija menor de Carmen Romano y José López Portillo, quien entonces era secretario de Hacienda. Llevan buena relación. Ambas familias comenzaron a intimar y a frecuentarse.
En 1977, la familia López Portillo invitó a la familia Rüggeberg a pasar la Navidad en Los Pinos. Allí se conocieron Berbel, de 17 años de edad, y José Ramón López Portillo Romano, de 22, quien se había graduado como licenciado en Economía por la Universidad Anáhuac. A las pocas semanas se hicieron novios. En 1980, en el cuarto año del gobierno de López Portillo, José Ramón embarazó a Berbel Rüggeberg. Ante su padre, José Ramón lo negó y juró bajo su palabra de honor que no había tenido relaciones con ella, y todavía sostuvo que el verdadero padre del niño era su jefe de escoltas, un teniente del Estado Mayor de apellido Morán. “Carmen Romano no aceptó por ningún motivo la posibilidad de que Berbel fuera la esposa de su hijo. Logró separar esa relación de una forma muy violenta y radical, como era su estilo”, dice Arthur y añade que, a consecuencia de esta ruptura, el noviazgo entre Erwing y Paulina también terminó de golpe. La primera reacción de la familia presidencial fue cancelar la concesión de una gasolinería que los Ruggeberg habían obtenido a su favor. Lo peor, agrega Arthur, es que “miembros del Estado Mayor Presidencial, escoltas de ella y de su hija Paulina, amenazaron de muerte no sólo a Berbel sino también a Erwing Rüggeberg.
Nuestra familia fue vigilada y agredida verbalmente. En pláticas familiares decidimos que mis hermanos se fueran del país porque sus vidas peligraban. José López Portillo y su esposa abusaron del poder. Después de la ruptura con los López Portillo, Erwing y Berbel Rüggeberg huyeron a Houston, Texas, donde nació Kenneth, el 17 de septiembre de 1980. Antes de que su hijo cumpliera un año de vida, Berbel contrajo matrimonio con el estadounidense George Todd, quien adoptó a Kenneth y le dio su apellido. La nueva pareja tuvo cinco hijos. Cuando Kenneth cumplió 17 años de edad, su madre le reveló la identidad de su verdadero padre, José Ramón López Portillo Romano. Un año después, el 4 de noviembre de 1998, atormentado por los problemas emocionales derivados de su falta de identidad, Kenneth se ahorcó. Los caprichos de Carmen Romano eran especiales, según Arthur Rüggeberg. “Yo viví sus excentricidades, sus abusos de poder”.
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