Pablo Cabañas.
La selección de Adolfo López Mateos (1958-1964), como presidente de la República del PRI se explica por un corrimiento hacia la izquierda de sectores de la opinión pública y del propio partido oficial. El presidente Adolfo Ruiz Cortines consideró necesario optar por un político negociador, con alianzas y conocimiento de la vida sindical y empresarial, y no adscrito de forma clara a algunas de las dos familias más importantes de la Revolución: la de Lázaro Cárdenas o la de Miguel Alemán.
Es en este contexto, que el primero de julio de 1960, en Guaymas, Sonora, el López Mateos, pretenda poner fin a la discusión que casi llevaba dos años respecto a la orientación de su gobierno, por lo que declaró que éste era, “dentro de la Constitución de extrema izquierda”. Ese día López Mateos puso un dique a la voracidad de la derecha. La creación del Movimiento de Liberación Nacional (MLN) en el año 1961 fue un ejemplo de los intentos por posicionarse en la escena política de la izquierda de los grupos opositores al PRI.
El movimiento asumió como parte de sus objetivos la defensa de la soberanía, la independencia política y la emancipación económica. Pero más allá, de su posicionamiento de grupo de izquierda, lo importante en el MLN fue la activa presencia de Lázaro Cárdenas que supuso un desafío adicional para el gobierno, porque detrás de esa figura emblemática de la Revolución se aglutinó un sector importante de las izquierdas que, junto a un pequeño grupo de intelectuales, elaboró un programa que recuperaba en buena medida la experiencia cardenista.
Estos críticos, que incorporaron el arsenal marxista como instrumento de análisis político y social, esto era nuevo en la política mexicana porque integraron a su reflexión la defensa de los principios revolucionarios, al tiempo que señalaron la necesidad de abrir nuevos caminos para profundizar los procesos de la Revolución, entre ellos la democratización del sistema político. Con un discurso de tintes marxistas, elaboraron un programa para buscar convertirse en una opción política frente al partido oficial.
Es importante recordar que en esos años había una discusión sobre la definición del modelo económico que tenía Estado, y sobre el programa de la Revolución mexicana y sobre los significados mismos de ese movimiento. Ese debate llegó a plantear desde las izquierdas la existencia de una crisis de identidad del movimiento social de 1910. Es en este contexto, que López Mateos declara el primero de julio de 1960, en Guaymas: “mi gobierno es, dentro de la Constitución, de extrema izquierda. Esta definición ideológica, fue hecha una semana después de que Alfonso Corona del Rosal, dirigente del PRI, declarara: nuestra posición es “la atinada izquierda” y que Gustavo Díaz Ordaz, Secretario de Gobernación, respondiera que izquierda, centro o derecha son relativos y cambiantes… que, en México, “izquierda significa capacidad de lograr la justicia social”.
Contrario a lo pregonaban los priistas en esa época había una cruenta represión: Demetrio Vallejo fue encarcelado por más de once años en el penal de Lecumberri. También, estuvo preso el líder magisterial Othón Salazar. En 1962 fueron secuestrados y asesinados el líder agrario Rubén Jaramillo con su esposa Epifanía Zúñiga y sus tres hijos Enrique, Filemón y Ricardo. El pintor David Alfaro Siqueiros también sufrió cárcel entre 1960 y 1964. Fue un sexenio de represión contra los maestros, médicos, los trabajadores de los ferrocarriles, los estudiantes y en general contra la clase trabajadora.
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