El informe conjunto “El papel del sector privado en tiempos de pandemia: ideas para el debate” destaca que la salida de la crisis solo será posible con el consenso de todos los actores sociales.
50 grandes empresarios de la región iberoamericana se han unido para elaborar esta propuesta
La Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) y el Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica (CEAPI) han dado a conocer el informe “El papel del sector privado en tiempos de Pandemia: Ideas para el debate”, que aspira a convertirse en un aporte para la discusión sobre el rol que debe cumplir el sector privado iberoamericano en la superación de la crisis económica y social que golpea a la región a causa del COVID-19 (la Cepal calcula que la pandemia dejará 44 millones más de pobres).
En la presentación del informe, en la que han participado alguno de los empresarios firmantes del mismo, han intervenido Valentín Diez Morodo, presidente de COMCE México; Rebeca Grynspan, secretaria general de la SEGIB y Núria Vilanova, presidenta de CEAPI, moderados por Juan Luis Cebrián, presidente de Honor de El País.
Valentín Diez Morodo, presidente de COMCE México, hizo un llamamiento a los empresarios a “buscar la reconstrucción social post-covid, ya que es necesario generar un pacto social público-privado para la recuperación de la economía”.
Rebeca Grynspan, secretaria general de la SEGIB, quiso poner de manifiesto las “grandes oportunidades de inversión que existen entre España y Latinoamérica, en ambas direcciones”, añadiendo que para ella “el siglo XXI está empezando ahora, entramos en una nueva época, en la que se hace necesaria la colaboración público-privada”.
Núria Vilanova, presidenta de CEAPI, afirmó que “de esta crisis no podremos salir si no se crea un clima de confianza entre los gobiernos y las empresas. La esencia del empresario es creer y crear. Necesitan confiar en las políticas de sus países y sus gobiernos para seguir invirtiendo a pesar de la pandemia. El acuerdo para la recuperación para Europa es una buena noticia para España, el mayor inversor europeo en América Latina y el segundo mundial, y para América, ya el cuarto inversor en España. Más Europa es también más Iberoamérica”.
La idea central que sostiene el documento, elaborado por ambas entidades, es que, dado el fuerte impacto económico-social que está teniendo y va a tener la pandemia sobre los países de Iberoamérica, la futura reconstrucción debe sostenerse en la mutua confianza y el consenso entre todos los actores sociales. Tiene que apoyarse en un nuevo pacto social en el que los empresarios están llamados a tener un papel crucial que cumplir, ya que “los costos de esta crisis deben compartirse, y no recaer excesivamente en ningún sector. Se debe generar diálogo y confianza para enfrentarla…Las empresas deben apoyar a sus trabajadores en esta coyuntura, puesto que el capital humano en un activo clave. La educación y la formación para el trabajo son fundamentales para reconvertir a las personas ante la nueva realidad tecnológica. La colaboración público-privada es crucial en este aspecto”.
Esta reconstrucción post-Covid19 no significa regresar al punto de partida (a 2019) sino conseguir que emerja la Iberoamérica del siglo XXI. Una Iberoamérica mejor: más innovadora, productiva y competitiva; más sostenible social y medioambientalmente; con instituciones más transparentes, eficaces y eficientes y con la mira puesta en mejorar el capital humano (educación) y físico (infraestructuras y logística). Esta apuesta estratégica supone un esfuerzo solidario y coordinado entre los empresarios y los gobiernos, dejando a un lado estériles polémicas sobre si priorizar lo público o lo privado. Es la hora de impulsar iniciativas de corte público-privado que incluyan al resto de la sociedad civil y que cuenten con el respaldo financiero de la comunidad internacional.
En la actual situación de emergencia económica y social, los empresarios iberoamericanos se convierten en parte de la solución en el corto e inmediato plazo y se perfilan como actores clave en el mediano y largo. Durante la pandemia por “su apoyo al resto de la sociedad civil y a los gobiernos a través de sus empresas, donando bienes y servicios, y en algunos casos, poniendo sus aparatos productivos a disposición del Estado para producir materiales y equipos sanitarios, han contribuido en el combate contra la pandemia”. Y en la post-pandemia manteniendo “la solidaridad e impulsando y liderando la contribución pública-privada para enfrentar una coyuntura desfavorable como la actual. La post-pandemia presentará grandes desafíos, y las firmas deberán ser flexibles y adaptarse a nuevas realidades en mercados y formas de producción”.
La pandemia ha acelerado la gravedad de los problemas estructurales preexistentes de la región. De hecho, una de las lecciones que deja la actual crisis es que Iberoamérica está obligada a reinventarse si no desea quedar aislada y en la periferia del desarrollo. En ese proceso de engancharse al tren de la revolución tecnológica, los empresarios iberoamericanos están llamados a cumplir un papel decisivo.
El paper sostiene que “nunca fue tan trascendental la contribución pública-privada para enfrentar una coyuntura desfavorable como la actual. Esto exigirá repensar un nuevo contrato social, puesto que los niveles de desempleo y pobreza que dejará el COVID-19 serán considerables. Se necesitarán fórmulas más flexibles para incorporar a la economía el enorme colectivo de economía informal, antaño cómodo colchón para luchar contra el desempleo, que hoy ha demostrado ser un importante lastre, porque es difícil vehicular ayudas a empleados que no existen y empresas que no existen. También son tiempos de apostar por la innovación, nuevas tecnologías y formación de trabajadores para incrementar la productividad”.
El sector empresarial no puede ni debe quedar al margen de la construcción de esa nueva Iberoamérica y de ese nuevo contrato social. Sobre todo porque “el liderazgo es uno de los atributos más importantes de los empresarios, quienes están acostumbrados a operar sus negocios en entornos complejos y cambiantes, sin embargo, este mismo liderazgo debe estar a la altura de un nuevo reto: ser actores fundamentales de una nueva arquitectura social (por ese motivo) el papel del sector privado debe evolucionar, y aunque debe preservar su rol fundamental de ofrecer bienes y servicios demandados por la sociedad, crear empleos, y generar valor para sus accionistas, ahora también deben asumir un rol proactivo en la reconstrucción de Iberoamérica en la post-pandemia, y ser parte de un nuevo contrato social”.
Los empresarios iberoamericanos, optimistas por naturaleza, han aprendido que juntos pueden hacer más y mejores cosas. Por eso, “esta crisis debe traducirse en alianzas y sinergias, para potenciar el espacio que nos une. El sector empresarial ha mostrado liderazgo y solidaridad durante la pandemia, adaptándose rápidamente y ayudando a gobiernos y a ciudadanos a través de donaciones, y en algunos casos, reconvirtiendo sus aparatos productivos y servicios para apoyar las medidas para combatir la pandemia”.
Se puede descargar y consultar el informe completo de la CEAPI aquí y el webinar del informe aquí.
Fuente Comunicae
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