Aletia Molina
Nos lo dijeron, el coronavirus es real. Y si no creías, cada vez son más los casos conocidos por contagio, de la pandemia, un 79 por ciento de los mexicanos ya conocemos personalmente algún caso o fallecimiento por Covid-19.
Este virus está cada vez más cerca de cada mexicano, pues según la plataforma de noticias El Financiero-Bloomberg, de 410 ciudadanos entrevistados, dicen conocer casos de contagio o fallecimientos a causa del coronavirus. Pero la cifra subió un 68 por ciento a comparación de la misma encuesta realizada en junio. Eleva la alarma, que se vive en carne propia el coronavirus, pues en el último estudio, el 18 por ciento detalló que se trata de un familiar, mientras que el 29 por ciento, de un conocido.
Esto es a nivel nacional, pero cada día vemos en redes sociales la búsqueda desesperada de tanques de oxígeno, medicamento y ayuda económica. Y si a todo esto le agregamos cada día más contagiados aun cuando extremaron precauciones, es realmente aterrador.
Pero aún falta camino por recorrer, los expertos aseguran que como cualquier pandemia, el control total del coronavirus, tardará aproximadamente de 2 a 3 años más en llegar.
La saturación de los hospitales queda al descubierto gracias a fotos y videos publicados en redes sociales y cada vez más, a la experiencia propia.
Vemos pasillos atiborrados por decenas de personas conectadas a tanques de oxígeno a la espera de poder acceder a una cama. En otros casos, los pacientes aguardan en carpas fuera de los hospitales, sujetos a las inclemencias del tiempo.
Sheimbaum y el propio presidente aseguran que lograron reducir los muertos por coronavirus pese a su débil sistema de salud.
Pero, pese al notable aumento de hospitalizaciones, López Obrador se niega a hablar de un escenario de colapso.
Nuestro sistema de salud está en serias dificultades, aún no ha llegado al colapso en su totalidad, pero ha pasado en otros países y nos puede pasar en cualquier momento.
Desde hace semanas, las cifras de víctimas -contagios, decesos, pacientes asintomáticos- de la pandemia en México han sido motivo de controversia.
No es privativo de nuestro país la discusión y el escepticismo de la opinión pública y de los expertos. En Estados Unidos han proliferado los debates sobre modelos, datos y previsiones. En China muchos descreyeron de las cifras de fallecimientos en Wuhan, y en algunos países de Europa no se contabilizaron las muertes en asilos de ancianos durante varias semanas. Hay rezagos, dificultades materiales en el reporte de datos, deseos de disimulo y errores humanos.
El País de España, The Wall Street Journal y The New York Times publicaron reportajes detallados y extensos sobre las inconsistencias de las estadísticas oficiales en México. Huelga decir que esto provocó una tormenta en el país.
Hay dos variables muy importantes: los contagios y los decesos. A propósito de estos últimos, la cifra mexicana oficial sigue siendo sorprendentemente baja. Esto viene a sumarse a cifras comparativas que muestran cómo la mortalidad en México, medida por habitante y no por contagios, de acuerdo con el Gobierno, es muy baja. La comparación resulta difícil de creer, sobre todo a la luz de las descripciones de escenas escalofriantes en hospitales, panteones o colonias populares.
El problema es que López Obrador nunca ofreció una versión definitiva.
Los medios internacionales pusieron en evidencia lo que la opinión pública mexicana ya presentía. Los datos proporcionados por el Gobierno no son creíbles, aunque puedan o no ser criticables. Más aún, dichos reportajes comenzaron a señalar un dilema endemoniado para López Obrador. Si son tan bajos los datos de decesos y contagios en México como afirma su gobierno, no parece tan fácil de justificar un cierre masivo de la economía, que al día de hoy lleva a grupos como The Economist Intelligence Unit a pronosticar una caída del PIB de 9,5% este año, el mayor de cualquier país rico o de ingreso medio. A la inversa, si la terrible crisis económica era el precio a pagar para evitar una verdadera hecatombe de salud, las cifras oficiales deberán corregirse. Rápida y masivamente. Por ahora, la desproporción es insultante.
Otra conclusión se refiere a la urgencia de fortalecer la infraestructura hospitalaria para atender a pacientes con Covid, así como el mejoramiento de las condiciones laborales de todos los trabajadores del sector salud que están dando la batalla. La reasignacioìn de recursos meìdicos para la atencioìn de la pandemia, acompanÞada de una estrategia deliberada para rechazar la hospitalización de casos no tan severos. El problema es que nada garantiza que, en caso de mantenerse el incremento de casos, podamos seguir canalizando a los enfermos a que se “curen” en casa.
Además del fortalecimiento integral del sector salud, quizaì el otro aspecto urgente es el replanteamiento de las condiciones laborales de todos los trabajadores del sector. Es necesario reducir el riesgo de contagio al atender a la poblacioìn, pero sobretodo, poner a su alcance mecanismos que reduzcan el peligro, con protocolos fáciles y concretos.
#AlCalce Los casos confirmados de COVID-19 en México registraron un nuevo récord diario a penas el pasado sábado 18 de julio. Del viernes al sábado se sumaron 7 mil 615 casos confirmados, para llevar el total a 338 mil 913.
La máxima cifra anterior fue reportada el 9 de julio. En aquella ocasión, las autoridades sanitarias informaron que el aumento había sido de 7 mil 280.
#QuédateEnCasa, tomen esto en serio, no hay más.
@AletiaMolina
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