*Es en lo que quedó convertido el MANTRA del que se sirvió el señor AMLO para escalar al poder. Los seres humanos son fieles a ellos mismos, más cuando hambre e inseguridad aprietan, ya no digamos la salud
Gregorio Ortega Molina
El poder, cuando se recibe en su casi totalidad y no ha de agradecerse a alguien en concreto (grupo o persona), modifica el carácter y todas las percepciones de quien lo ejerce. Transita del Estado soy yo, de Luis XIV, a la realidad soy yo, de nuestro actual presidente de la República.
Alberto Ortega y Verzon me comparte sus reflexiones sobre estadísticas y verdad, y en ellas descubrimos la posibilidad de que así es: “Jacques Maritain señala el peligro de que el dato sin fundamento en la realidad sea un gran sofisma, como idea que se piensa ella misma y pensándose ella misma engendra en sí las frases de un discurso que es la realidad. Un dato en sí mismo que pretende representar la realidad como evidencia mental y sostener la creencia de que el mundo virtual es el mundo real o que constituye la realidad cuando ‘…escapa así a nuestra captación directa la realidad positiva de la individualidad o la singularidad…’ de las cosas, acentuando la relatividad y la imperfección del dato, que sólo es la representación de la realidad y no la realidad misma, ensanchando su relatividad cuando se organizan a medida y se confeccionan como tabulados. Habida cuenta de que la idea o concepto estadístico es el dato que debe reflejar la realidad; de no ser así, se tomarán decisiones sobre quimeras o puras invenciones”.
La manera de demostrar el aserto está en “la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) 2019, que ofrece información referente a la satisfacción con servicios públicos básicos y bajo demanda, así como las experiencias en la realización de pagos, trámites, solicitudes de servicios públicos y otro tipo de contactos con autoridades que tuvo la población de 18 años y más, que reside en áreas urbanas de 100,000 habitantes y más, durante 2019.
“También proporciona información sobre la percepción de la población acerca del fenómeno de corrupción y las experiencias que sufrió la población al realizar pagos, trámites, solicitudes de servicios públicos y otro tipo de contacto con servidores públicos durante 2019. (Es decir, durante el año de inicio de la 4T.)
“La ENCIG mide el nivel de satisfacción de la población con respecto del agua potable, drenaje y alcantarillado, alumbrado público, parques y jardines, recolección de basura, policía, calles y avenidas, carreteras y caminos sin cuota. De igual forma, se mide la satisfacción de la población con los servicios de educación pública básica, educación pública universitaria, servicios de salud del IMSS, ISSSTE y Centros de Salud Estatales o Seguro Popular, energía eléctrica, transporte público masivo automotor, autobús de tránsito rápido, metro o tren ligero y autopistas con casetas de cuota. En general, la satisfacción promedio a nivel nacional pasó de 45.5% en 2017, a 47.2% en 2019.
“Para el caso de los servicios públicos básicos, las calles y avenidas, policía y alumbrado público, obtuvieron un menor nivel de satisfacción a nivel nacional, con 25.1%, 26.2% y 38.2%, respectivamente.
“En cuanto a los servicios públicos bajo demanda, 79.8% de la población manifestó estar satisfecha con el servicio de educación pública universitaria durante 2019, mientras que para los servicios de salud estatales la satisfacción fue de 47.2% y, respecto al transporte público masivo automotor, fue de 32.7 por ciento.
“Durante 2019, la percepción sobre la frecuencia de actos de corrupción en instituciones de gobierno se redujo, al pasar de 91.1% en 2017, a 87% en 2019. Sin embargo, la tasa de prevalencia de corrupción se incrementó de 14,635 víctimas por cada 100,000 habitantes en 2017, a 15,732 en 2019; al igual que la tasa de incidencia, la cual pasó de 25,541 actos de corrupción por cada 100,000 habitantes en 2017 a 30,456 en 2019; el mayor porcentaje en experiencias de corrupción se estimó en el contacto con autoridades de seguridad pública con 59.2% de los casos; seguido de los trámites relacionados con permisos de uso de suelo, demolición o construcción, solicitudes de constancias de libertad de gravamen u otros trámites en el Registro Público de la Propiedad, con 25 por ciento.
“Estas cifras expresan tanto la relación de personas afectadas, como las experiencias de corrupción registradas en trámites, pagos y solicitudes de servicios públicos, así como otro tipo de contactos con servidores públicos en áreas urbanas. La cobertura conceptual y el alcance metodológico de este programa estadístico contemplan actos de corrupción en actividades relacionadas con la vida cotidiana de los hogares y no de las actividades que permiten el desarrollo de las unidades económicas”.
La anterior es nueva normalidad en que quedó convertido el MANTRA del que se sirvió el señor AMLO para escalar al poder. Los seres humanos son fieles a ellos mismos, más cuando hambre e inseguridad aprietan, ya no digamos la salud.
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