CIUDAD DE MÉXICO.-Manlio Fabio Beltrones Rivera, uno de los más emblemáticos personajes de la vida política del país, con más de 51 años de militancia en el PRI, es uno de los cuatro exgobernadores que son investigados por la Fiscalía General de la República (FGR), a petición de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda, por su presunta responsabilidad en desvío de recursos y lavado de dinero.
Fuentes de la Subprocuraduría Especial de Investigaciones en Delincuencia Organizada (SEIDO), revelaron lo anterior a Grupo Sol, precisando que ello fue como resultado de sendas denuncias presentadas por la UIF ante la FGR, derivadas de investigaciones de Hacienda y en parte por reportes del Congreso de los Estados Unidos, ante la posible relación de ex gobernadores con el crimen organizado.
Entre los demás ex mandatarios estatales que también son objeto de indagatorias, por presuntos desvíos de dinero del erario (triangulación de fondos públicos) y por operaciones con recursos de procedencia ilícita (“lavado”), figuran también Rodrigo Medina de la Cruz, de Nuevo León, así como Roberto Borge Angulo, de Quintana Roo y Javier Duarte de Ochoa, de Veracruz, éstos últimos ya detenidos y vinculados a proceso.
Respecto al sonorense Beltrones Rivera, nacido hace 67 años en Villa Juárez, Sonora, el 30 de agosto de 1952, su trayectoria ha sido polémica, tanto en la política como por los escándalos que ha protagonizado, ya que ha sido señalado por sus presuntos nexos con el narcotráfico, como protector del desaparecido Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos, jefe del Cártel de Juárez.
También se ha visto involucrado en el desvío de millones de dólares de fondos públicos, para financiar las campañas políticas en las que estuvo involucrado el partido en 2016, cuando éste ocupó la presidencia del CEN del PRI y en los llamados “moches” para transferir millonarios recursos federales al instituto político que presidía.
Asimismo, se le investiga por el señalamiento de testigos protegidos, respecto al desvío de más de 250 millones de pesos que el Gobierno federal, en el sexenio de Enrique Peña Nieto, transfirió a Chihuahua en la gestión del exgobernador César Duarte Jáquez, y que luego fueron abonados al PRI para financiar campañas electorales en el 2016.
Antes en el 2007, el entonces senador Manlio Fabio Beltrones Rivera, denunció que Manuel y Jorge Alberto Bribiesca Sahagún, hijos de Marta María Sahagún Jiménez, esposa del entonces ya ex mandatario Vicente Fox Quesada, estaban involucrados en la empresa Oceanografía, una de las presuntas responsables de la muerte de 21 personas en el accidente de Petróleos Mexicanos (Pemex), ocurrido en la sonda de Campeche.
La respuesta del ex presidente Fox no se hizo esperar y revivió un escabroso asunto de una década atrás, en el que Manlio Fabio fue señalado por Estados Unidos de estar relacionado con personajes del narcotráfico.
“El legislador debe dedicarse a cumplir como tal y no impulsar desde ahora sus aspiraciones a presidente de la República, el sonorense tiene un récord en la DEA relacionado con narcotráfico”, acusó Fox Quesada.
En torno a este caso, el 23 de febrero de 1997 los reporteros Sam Dillon y Craig Pyes del The New York Times, publicaron el reportaje titulado: “Drug Ties Taint 2 Mexican Governors” (Vínculos con el Narco, mancha a dos gobernadores mexicanos), lo que les valdría años después el premio Pullitzer, por revelar información de inteligencia.
El trabajo periodístico se refería a Manlio Fabio Beltrones y a Jorge Carrillo Olea, entonces gobernadores de Sonora y Morelos, respectivamente y a otros personajes de la política mexicana como protectores del jefe del Cártel de Juárez, Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”, según un informe de la Drug Enforcement Administracion (DEA).
El reporte de la agencia antidrogas estadounidense señalaba “(…) el entonces gobernador Beltrones, sus hermanos Roberto Alcides y Gilberto Orestes y un primo suyo, están implicados en el comercio de la droga y por ello había investigaciones activas en su contra”.
El Gobierno de los Estados Unidos, hizo entrega de un documento confidencial al equipo de transición del presidente Ernesto Zedillo, en la que se enlistaba a más de una docena de funcionarios oficiales bajo sospecha de corrupción, en el que destacaban Manlio Fabio y Jorge Carrillo.
Según el Expediente 04, acta 6, el testigo Jorge Pallomaris, miembro del cártel de Cali y contacto de Amado Carrillo Fuentes, aseguró que en la reunión de Las Mendocinas, en 1990, estuvieron presentes Justo Ceja Martínez, Emilio Gamboa Patrón, Manlio Fabio Beltrones, Jorge Carrillo, el almirante Luis Carlos Ruano Angulo, los generales Francisco Quiróz Hermosillo y Mario Arturo Acosta Chaparro y José María Córdoba Montoya.
Empero, años después, en una carta firmada por el subprocurador Jurídico y de Asuntos Internacionales, José Luis Santiago Vasconcelos, la entonces Procuraduría General de la República deslindó a Manlio Fabio Beltrones de tener vínculos con el narcotráfico.
“Desde 1996 no existen investigaciones que lo impliquen, ni información de inteligencia de algún órgano auxiliar de procuración de justicia nacional o extranjero, en especial de la Agencia de Combate a las Drogas de los Estados Unidos de América (DEA), que lo relacionen de alguna forma en actividades del narcotráfico”, señalaba la misiva.
Pero además incluía un texto hasta cierto punto amenazante, ya que advertía que si el ex presidente Vicente Fox Quesada, como titular del Poder Ejecutivo, estuvo enterado en ese tiempo y tuvo en sus manos pruebas y no pidió que se actuara, entonces habría incurrido en delito y debería procederse en su contra.
Fox Quesada ya no hizo más ruido, el asunto llegó hasta ahí y no se hicieron mayores investigaciones.
Por lo que se refiere a los hermanos Bribiesca, tampoco se profundizó en las indagatorias en su contra y si bien no fueron exculpados oficialmente, como en el caso de Manlio Fabio, tampoco se les llamó a cuentas.
Al inicio de su carrera, Manlio Fabio fue pupilo de Fernando Gutiérrez Barrios, secretario de gobernación en la administración de Carlos Salinas de Gortari y desde entonces se le empezó a conocer como uno de los “Bebesaurios” más brillantes de esa época, en la que incluso fue visto como posible candidato presidencial.
Conforme a reportes de la UIF, su fortuna no corresponde a los percibido durante su carrera política, ya que dice contar con ingresos anuales de cerca de 3 millones de pesos, es poseedor de obras de arte con valor de más de 6.5 millones de pesos, joyas por 1.7 millones de pesos e inversiones con saldos mayores a los 500 mil pesos.
Entre los señalamientos, derivados de investigaciones periodísticas, se le llegó a mencionar como uno de los principales contactos con el cobro de “moches”; esto es dar cierta comisión a los legisladores por autiorizar la asignacióbn de partidas presupuestale para la realización de actividades que serían ilegales.
Quien llevaba la batuta para la entrega de esos porcentajes, sería Manlio Fabio, durante sus encargos como presidente de la Cámara de Diputados y de la Cámara de Senadores.
El modus operandi era el siguiente:
El Gobierno Federal, transferiría dinero a estados gobernados por políticos priistas, como parte de supuestas necesidades presupuestarias. Ese dinero después era enviado a empresas fantasma que supuestamente debían cumplir con contratos públicos para servicios públicos, pero finalmente era entregado a las campañas.
Una de esas acusaciones fue la de haber asignado 160 millones de pesos del presupuesto público, al alcalde de Celaya, Ramçon Lemus Muñoz, para la pavimentación del municipio, aunque la obra nunca se llevó a cabo.
Por lo que respecta a los desvíos de la SHCP que beneficiaron al PRI de cara a las elecciones del 2016, cuando Manlio Fabio era el presidente del tricolor, éste negó las acusaciones y aseguró que durante su dirigencia en el CEN del PRI, nunca firmó convenio alguno con gobernadores para acordar alguna transferencia de recursos federales al instituto político.
De tal suerte que a lo largo de toda su carrera, más de medio siglo, (ingresó al PRI a los 16 años), el partido siempre lo ha protegido, ensalzado y lo ha colocado en posiciones de liderazgo, hasta la fecha.
Sólo que ahora, después de que su partido quedó reducido a la expresión mínima y a que el mismo Manlio Fabio fue uno de los coordinadores regionales para la campaña presidencial del PRI del candidato José Antonio Meade Kuribreña, Manlio Fabio también cayó y deberá enfrentar las acusaciones de la UIF y la FGR del actual régimen, en el que ya no hay nadie con la fuerza ni el poder político necesarios para poder seguir protegiéndolo.
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