Por Sandra Redmond
(Primera parte)
CIUDAD DE MÉXICO, 12 de septiembre.- (AlmomentoMX).- En la medicina tradicional china, uno de los más importantes métodos de diagnóstico de enfermedades se realiza a través de la palpación del pulso en las personas. El pulso permite conocer el estado de la energía en el cuerpo. A través del fluir de la sangre por las arterias, es posible detectar el estado que guardan los canales energéticos corporales, los órganos y las vísceras.
Sobre este tema, los días 30, 31 de agosto y 1º. de septiembre, en el auditorio 2 de la Unidad de Congresos del Centro Médico Nacional Siglo XXI, el doctor Tomás Alcocer González, el más importante especialista en acupuntura en México, ofreció la 12ava. Clase Magistral “Los Secretos de la Pulsología del Libro Mài Jīng” y en la que además, se impartió una práctica completa de Qi Gōng.
En este evento organizado por el Instituto Alcocer “Medicina Tradicional China y Acupuntura, A.C.”, se hizo énfasis en la importancia del pulso: “En la antigua China no existían radiografías, análisis de sangre, resonancias magnéticas, ni electrocardiogramas y el médico debía arreglárselas sin ellos para saber lo que le estaba ocurriendo a su paciente. Dicen que la falta de recursos ‘agudiza’ la inteligencia y los sentidos. Y así fue como durante unos pocos milenios se valieron tan solo de la sensibilidad humana para poder diagnosticar. Esta sensibilidad fue cultivada en la mente, en el olfato, en los ojos, oídos y en el tacto.
“Fue entonces como nacieron el diagnóstico por interrogación, el diagnóstico por palpación, por auscultación y por la capacidad de observación. Estos sistemas no son exclusivos de la medicina china, pero en ella han sido desarrollados hasta alcanzar límites increíbles”.
El interrogatorio es minucioso y agudo y permite conocer detalles de gran utilidad. El tacto se desarrolló y a través de las manos se percibe o encuentra lo que la mente no puede entender. La observación analiza detalles finos como la forma en que habla el paciente, cómo se mueve, se levanta o se sienta, sus gestos, el color de su cara, su aspecto físico y su actitud ante la vida.
Y uno de los aspectos menos estudiados del diagnóstico chino, es la toma de pulso, con lo que el terapeuta obtiene información sobre el estado energético de los órganos del paciente. Por ejemplo, en el pulso radial (cerca de las muñecas), se manifiesta la energía que en medicina tradicional china corresponde a los órganos “yin”: pulmón, bazo, riñón, corazón, pericardio e hígado; y la de las seis vísceras “yang”: intestino grueso, estómago, vejiga, intestino delgado, san jiao (triple calentador) y vesícula biliar.
La pulsología china se amplió gracias al tabú puritano que durante mucho tiempo existió y que prohibía palpar a los enfermos, particularmente a las mujeres, por lo que los médicos chinos desarrollaron su ingenio para que solamente con tocar los antebrazos de los pacientes del sexo femenino, pudieran realizar diagnósticos clínicos a partir de las variaciones del pulso y determinar las afecciones energéticas de los órganos, ya que en muchas enfermedades, estos cambios se manifiestan primero en el pulso y después en signos y síntomas.
Con el pulso es posible, según la Medicina Tradicional China, conocer la gravedad de una enfermedad; determinar si hay exceso o deficiencia de energía, identificar al órgano más afectado, si un factor climático es la causa, o si hay deficiencia de sangre o fiebre.
En la continuación de este artículo, almomento.mx presenta la entrevista realizada al doctor Tomás Alcocer, donde abunda sobre este tema.
AM.MX/fm
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