CHETUMAL, QR, 21 de diciembre.- Tras las declaraciones de Jesús Reynaldo “El Rey” Zambada Garcia, hermano de Ismael “Mayo” Zambada, como testigo colaborador en el proceso contra Joaquín Archivaldo “El Chapo” Guzmán Loera, ex líder del Cártel de Sinaloa, salieron a relucir diversos nombres de gobernadores mexicanos involucrados en el narcotráfico, dos de ellos fueron los de Félix Arturo González Canto y Roberto Borge Angulo, ex mandatarios de Quintana Roo, por lo que van a ser llevados al banquillo de los acusados, para declarar en el llamado “Juicio del Siglo”.
De acuerdo con Sol Quintana Roo, Zambada reveló ante el juez Brian Cogan, de la Corte de Brooklyn, Nueva York, los millonarios sobornos que hacia el narcotraficante a gobernadores
de 10 estados; Entre ellos a los de Quintana Roo, donde operaba libre e
impunemente el Cartel de Sinaloa, a través de Leticia Rodríguez Lara, “Doña
Lety”; una ex agente de la desaparecida Policia Federal que se convirtió en la
jefa del Cártel de Cancún, incluso eran vecinos en Cancún en un complejo
departamental.
“El Rey” Zambada habló sobre las operaciones del Cártel de
Sinaloa, bajo el mando de Guzmán Loera y de su hermano, Ismael “El Mayo” Zambada
García, señalando que la estrategia era el pago de millonarios sobornos a
funcionarios, militares, policías y a gobernantes.
En el juicio se mencionó que había políticos en Quintana
Roo, a los que sobornaban para que los dejaran trabajar y quien era la jefa de
la célula del Cártel de Sinaloa que operaba en Cancún, era Leticia Rodríguez
Lara “Doña Lety”, quien está vinculada a proceso por delitos contra la salud, y
portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza
Aérea.
La mujer fue la líder de lo que denominó “El Cártel de
Cancún” y comenzó a operar desde 2005, cuando Félix Arturo González Canto asumió
el poder y se prolongó hasta 2016, luego de que Roberto Borge Angulo sucedió al
anterior.
Su bastión fue la localidad de Alfredo V. Bonfil, pero se
extendió a los municipios de Cancún, Cozumel, Playa del Carmen, Isla Mujeres y Tulúm
y no hubo quien la molestara mientras duraron las gestiones de González Canto y
Borge Angulo.
SOBORNOS MILLONARIOS
De acuerdo con lo declarado por el testigo colaborador, los
sobornos a los más altos niveles los manejaban directamente “El Chapo” y “El Mayo”,
llegando a pagar desde 100 mil, 500 mil y hasta un millón de dólares; los pagos
incluían lo mismo a gobernadores que a comandantes de la PGR, de la Policía
Federal de Caminos, la Policía Ministerial, la del Distrito Federal y hasta de
la Interpol.
Con las declaraciones del “Rey” Zambada, solamente se
confirmó lo que siempre había sido un secreto a voces en Quintana Roo, que
González Canto y Borge Angulo, habrían figurado en la nómina del Cártel de Sinaloa.
Sin embargo, tras la derrota electoral que sufrió Borge en
el 2016 y luego del arribo del nuevo gobierno, ya no pudieron cumplir con lo pactado
y en consecuencia se desataron los actos de extrema violencia, como el ataque a
la Vice Fiscalia del estado y las múltiples ejecuciones, balaceras y
“levantamientos” y la aparición de narcomantas y narcomensajes.
La protección al cártel del “Chapo” se rompió en 2016, cuando
Mauricio Góngora Escalante, ex secretario de Finanzas, ex presidente municipal de
Playa del Carmen, ex candidato del PRI a la gubernatura y uno de los personajes
más allegados a los ex gobernantes González Canto y Borge Angulo, ya no pudo
seguir las indicaciones de sus ex jefes.
Tiempo después de la detención de Roberto Borge Angulo,
Góngora Escalante sería detenido y sujeto a proceso por los delitos de desempeño
irregular de la función pública y peculado.
En lo referente a las investigaciones de la Procuraduría
General de la República y la SEIDO, se estima que los ex gobernadores priístas
de Quintana Roo, González Canto y Borge Angulo, vendieron dos veces la plaza a
organizaciones rivales: el Cártel de Sinaloa y a “Los Zetas”.
A raíz de la captura en Panamá de Borge Angulo,
comenzó a destaparse la cloaca que se gestó desde que González Canto
asumiera la gubernatura, en abril de 2005, al entablar relaciones
simultáneamente con el Cartel de Sinaloa y el Cártel del Golfo, cuyos sicarios,
“Los Pelones” y “Los Zetas” y otros grupos, apéndices de los mismos, han mantenido
una cruenta guerra durante más de dos sexenios por el control del territorio.
De esa manera, lo menos hace 12 años, Quintana Roo se
convirtió en santuario del narcotráfico, en centro de operaciones de bandas de narcotraficantes,
de tráfico de personas, en refugio de capos de las drogas y en paraíso fiscal
para el blanqueo de capitales, además de que sigue siendo “El Pasillo del
Narco” para la entrada de droga que llega a territorio mexicano por la frontera
sur, tanto por aire, como por mar y tierra.
Fue evidente que se permitió que pasaran los cárteles de la
droga,
pues el objetivo de ambos ex gobernantes era administrar el
crimen y no combatirlo, lo que originó que en menos de 15 años Quintana Roo ocupara
uno de los primeros lugares en narcotráfico, pederastia, trata de personas,
prostitución, extorsión, lavado de dinero, corrupción e impunidad.
La dupla Félix-Roberto descubrió y explotó tres grandes
fuentes de corrupción para dejar un estado en decadencia: el dinero robado al erario
(los desvíos), los sobornos del narco por dejarlo operar y las millonarias
sumas por el apoderamiento de tierras de la reserva de Quintana Roo y el
“remate” a precios irrisorios a familiares, amigos e incondicionales.
Cifras del Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública
Federal, precisan que a lo largo del gobierno de Félix González Canto el consumo
interno de las drogas alcanzó su nivel más alto.
En 2006, Quintana Roo registró un total de 798 casos de
delitos contra la salud, la inmensa mayoría, es decir 703 fueron por posesión,
de lo que se infiere el incremento del consumo de enervantes entre los quintanarroenses
y al año siguiente alcanzó la cifra de mil 43 casos por delitos contra la
salud, de los cuales, 992 fueron por posesión y los restantes por
“narcomenudeo”.
A lo largo de su mandato, González Canto sostuvo nexos con
el clan de los Carrillo Fuentes, concretamente con Luis Carlos Carrillo Cano, sobrino
de Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”, quien se ostentaba como
empresario de la construcción.
Bajo esa fachada el “empresario” hizo millonarios negocios
con Gozález Canto quien le otorgó la concesión para la construcción de la
cárcel de Cancún, pero al descubrirse su relación las obras tuvieron que suspenderse.
González Canto había otorgado el contrato a un narco para la
ampliación de la cárcel municipal de Cancún, a través de la empresa SAFIE de
Quintana Roo, SA de CV., cuyos planos contemplaban inclusive la construcción de
pasadizos secretos para eventuales fugas.
Pero esa obra no fue la única, hubo muchas otras concretadas
mediante licitaciones sin concurso, otorgadas por el gobierno, pese a que ya era
conocido que Ricardo y Alfredo, hermanos de Luis Carlos Carrillo Cano, eran
relacionados por la Drug Enforcement Administration (DEA), como presuntos
responsables de tráfico de drogas, “lavado” de dinero, extorsión y homicidio.
Ese parentesco y los vínculos con la delincuencia
organizada, quedarían confirmados una tarde de octubre de 2011, cuando el
empresario, amigo personal de González Canto, fue ejecutado en una de las
principales avenidas de Cancún.
Junto al cuerpo fue dejado una cartulina con el siguiente
mensaje: “Saludos, ya sabemos que están aquí y que los protege el cerdo del gobernador,
pero ni con él nos van a frenar”.
El narcomensaje fue adjudicado al grupo de “Los Zetas”, con
los que han mantenido y sostienen una rivalidad a muerte.
Otro vínculo más de Canto y Borge con el crimen organizado,
fueron los nexos que mantuvieron con Raúl Martins, conocido en Quintana Roo
como “El zar de la trata de Blancas”, de quien se dice que apoyó la campaña de
Borge Angulo por indicaciones de González Canto, ambos relacionados con
miembros del Cártel de Juárez, del llamado “Señor de los cielos”.
En otro punto, tanto
González Canto como Borge Angulo, protegieron al ex banquero
Roberto Hernández Ramírez, para que los desembarcos de cargamentos de cocaína procedentes
de Colombia, se siguieran llevando a cabo en Punta Pájaros, propiedad costera
del magnate, que se localiza en el centro de la Biosfera de Sian Ka´an.
González Canto, incurrió en el delito de enriquecimiento
ilícito, con acciones que van desde el usufructo de concesiones de placas de
taxis, hasta aeronaves ejecutivas, pasando por una amplia lista de propiedades
en bienes inmuebles y negocios.
Los nexos del senador
Félix González Canto con los cárteles del narcotráfico y la venta infame de la
reserva territorial de Quintana Roo, explicarían el origen de su fortuna.
Durante el sexenio de González Canto (2006 al 2012), el
Instituto del Patrimonio Inmobiliario del Estado de Quintana Roo (IPAE), vendió
877 predios a particulares. De esos terrenos se localizan en Playa del Carmen y
pasaron de ser patrimonio del estado a ser propiedad privada; en Cozumel,
además de que vendió otros 176 predios en Cancún y 169 en Chetumal.
Esas reservas territoriales, fueron vendidas a particulares
a precios “preferenciales”, muy por debajo de su valor comercial real; además
de que los beneficiarios de la venta fueron amigos, empresarios, familiares y
políticos, con lo que se conformó la estrategia ideal para el “lavado” de miles
de millones de pesos.
Esa “escuela” fue asimilada por Borge Angulo, quien vendió
más de 9 mil hectáreas de tierra de la reserva protegida del estado, a familiares
y amigos a precios muy por debajo de su valor.
Pero además, esa cadena de actividades ilícitas dio paso a
una imparable ola de violencia, de tal manera que puntos turísticos como Cancún,
principalmente la zona hotelera; Playa del Carmen, Isla Mujeres y Cozumel, cuyo
principal atractivo era la tranquilidad, pasaron a ser verdaderos focos rojos
del crimen organizado.
Así, se convirtieron en zonas de alto riesgo por la
inseguridad, donde los secuestros, extorsiones, robos a mano armada,
“levantones”, cobros por derecho de piso y ejecuciones, han
estado a la orden del día y las víctimas son lo mismo ciudadanos comunes que
turistas y empresarios, por lo que muchos hombres de empresa decidieron
abandonar el estado ante la falta de garantías.
A la infiltración del narco en las instituciones públicas,
se suma la impunidad que hizo estragos en los dos sexenios, protegiendo lo
mismo a peligrosos delincuentes que a funcionarios coludidos con el hampa y a
celebridades o “juniors” delincuentes.
Uno de los hechos que reveló la doble venta de la plaza de
Quintana Roo, fue que el jefe de escoltas de Borge Angulo, Héctor Cacique Fernández,
fue acusado de ser un mando del grupo “Los Zetas” y de haber sido el autor
intelectual del atentado al bar “La Sirenita”, situado en la Región 233, en
Cancún, donde fueron asesinadas siete personas y varias más resultaron heridas.
Se estableció que tanto las personas fallecidas como quienes
resultaron heridas, pertenecían a una agrupación de taxistas, presumiblemente a
la “Andrés Quintana Roo”, cuyos integrantes han sido señalados como
distribuidores de droga de “Doña Lety”, bajo la modalidad de narcomenudeo.
Dos de los sobrevivientes, identificados como Carlos Aguilar
y Miguel Díaz, taxistas, declararon que estaban conviviendo con varios compañeros
de trabajo cuando escucharon detonaciones de arma de fuego y se tiraron al
piso.
Ambos se negaron a presentar su denuncia e incluso a
proporcionar mayor información, pues dijeron temer a las represalias.
Héctor Cacique fue detenido días después, acusado de la
autoría intelectual de la masacre y le fue dictado el auto de formal prisión.
En principio, Cacique Fernández admitió ante el Ministerio
Público su responsabilidad, pero una vez ante el juez, se retractó y dijo que
el jefe de la Policía Judicial, Arturo Olivares Mendiola, ordenó que lo torturaran
y le fabricaran el delito.
El escolta de Borge Angulo, al igual que su ex jefe, se
encuentra en prisión.
Por otra parte, con la captura de Leticia Rodríguez Lara,
jefa del Cártel de Cancún, que por más de una década fue la líder principal del
narcotráfico en el pasillo del Caribe Mexicano, quedó al descubierto que
Roberto Borge Angulo mantuvo nexos directos con “Doña Lety”, de tal manera que
la Subprocuraduría Especial de Investigaciones en Delincuencia Organizada
(SEIDO), inició una indagatoria paralela a la que enfrenta el ex gobernador por
peculado, lavado de dinero y desvío de fondos públicos, ahora por delitos
contra la salud.
Ello como resultado de sendos cateos a inmuebles de la ex agente
judicial federal convertida en jefa del Cártel de Cancún, donde fueron encontradas
cajas con archivos pertenecientes a “Doña Lety” o “La 40”, dos
de ellas rotuladas con el nombre de Manuel Eligio Marrufo Trejo, ex secretario
privado de Roberto Borge.
GOBIERNO BORGISTA Y NARCO, EN LA MISMA MESA
Conforme a investigaciones periodísticas, desde el inicio
del gobierno de Borge Angulo, la mafia y el gobierno estuvieron sentados a la
misma mesa, pues luego de obtener el triunfo en las elecciones en 2011, Borge
se reunió, por espacio de tres días, en un conocido hotel de Cozumel, con jefes
del Cartel de Sinaloa, organización para la que operaba Leticia Rodríguez Lara.
Fuentes federales, comentan que también pudieron darse ese
tipo de reuniones con “Doña Lety”, en las que se acordó que sería ella la que
se encargara de mantener el equilibrio en el estado, sobre todo en la zona
hotelera de Cancún, pero la interminable y permanente guerra con “Los Zetas”
provocó que la situación se saliera de control y continuara la ola de
criminalidad y violencia.
Durante la gestión de Borge Angulo, se puso de moda el
residir en Villa Magna, donde edificó su mansión el ahora ex mandatario, lo
mismo que el ex vocero de Félix González Canto, Jorge Eugenio Acevedo Marín e
incluso la propia “Doña Lety”, quien montó su residencia y su cuartel
de operaciones en el mismo lugar, aunque las autoridades “nunca se dieron
cuenta” de la presencia de la mujer.
CAJAS DE SEGURIDAD, ENORME DECOMISO
Coincidentemente, Borge y muchos de sus ex colaboradores,
guardaron su dinero y documentos en las mismas cajas de seguridad de la empresa
donde “Doña Lety” tenía sus joyas, dinero y documentación, en la que vinculan
al secretario privado del ex mandatario y a Mariana Zorrilla, ex esposa de Borge,
con el crimen organizado.
Ahora, tras las declaraciones del “Rey” Zambada, Borge
Angulo debe ser llamado a declarar en el
“Juicio del Siglo” y no se descarta que conformen sigan los testimonios de los
demás testigos de cargo que faltan por declarar contra Joaquín Archivaldo “El
Chapo” Guzmán Loera, pudiera surgir nuevamente el nombre de Félix Arturo
González Canto y con ello, sea llamado también a comparecer.
AM.MX/fm