Hace cuatro años María del Coro sembró sus flores favoritas en un jardín de la FES Iztacala y desde entonces llegan muchos ejemplares de colibríes al sitio convirtiéndolo en una zona natural de atracción para sus visitantes.
Una antigua leyenda cuenta que cuando un ser querido fallece aparece un colibrí como un mensajero que nos trae los deseos y pensamientos de ese ser que se marchó.
CIUDAD DE MÉXICO, 18 de diciembre (AlMomentoMX).- Desde que María del Coro atrajo colibríes a su espontáneo jardín otras instituciones y escuelas le solicitaron que hiciera más como muestra de la importancia que tiene preservar a las aves y dejarlas ser libres.
María es profesora e investigadora de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala. Su primer jardín fue en Iztapalapa donde al principio no había vegetación.
María del Coro Arizmendi Arriaga.
Ahora en 2018 en Ciudad Universitaria se tienen programados varios jardines que funcionan bajo esta temática y se encuentran desde el Instituto de Ciencias del Mar y Limnología hasta otras dependencias de posgrado.
La recreación de estas áreas se han establecido en jardines de niños, asilos e incluso en la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) Morelia y la Universidad Michoacana: “Es un proyecto que cuesta muy poquito dinero y entusiasma a muchas personas” contó María para UNAM Global.
Para los antiguos mayas, estas pequeñas aves eran las encargadas de llevar el alma de los guerreros fallecidos en batalla al otro mundo.
La UNAM tiene una estación de monitoreo de colibríes, que es única en México. Se trata de un proyecto en conjunto con Estados Unidos y Canadá con el objetivo de monitorear el estado de las poblaciones.
En el proyecto participan los alumnos de la profesora Arizmendi Arriaga y se lleva a cabo en la reserva del pedregal de San Ángel en la cantera oriente de la UNAM.
Es un terreno que durante años fue utilizado para extraer piedra y en 1997 se donó a la UNAM siendo un sitio característico por un hoyo enorme con un lago que surgió al extraer el material. Desde entonces la universidad sembró diversas plantas y árboles.
El equipo de Coro Arizmendi captura a los ejemplares que visitan el sitio con la ayuda de una red exclusiva para aves pequeñas, después les colocan un anillo diseñado para su especie.
El objetivo es identificar la población, los movimientos que tienen, si regresan a la zona, fichar el número de hembras y machos, su edad, e incluso cuando se reproducen.
La ENES Morelia también participa con un análisis del polen que les retiran del pecho y su “carita” para averiguar cuales son las flores de su preferencia. Al final los sueltan.
Reserva del pedregal de San Ángel.
Se trata de aves exclusivas de América. Existen 330 especies, 58 pertenecen a México, de las cuales 17 se reproducen durante el verano en Estados Unidos y Canadá y posteriormente emigran a este país para pasar el invierno.
El 98 por ciento de su dieta es el néctar que proviene de las flores. La reproducción sexual de las flores se realiza cuando estas producen una miel como una recompensa para los colibríes para que las visiten y así muevan el polen (célula masculina de la planta) y la transporten hacia otra planta en donde está la parte femenina.
Además los colibríes son los responsables de polinizar un gran número de especies en la naturaleza ya que le ayudan a reproducir sus frutos y sus semillas, que serán la nueva planta.
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AM.MX/vgs
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