CIUDAD DE MÉXICO.— ¿Alguna vez los han llamado infantiles? Y es casi seguro que esa expresión les ha parecido discriminatoria, ¿no es cierto? Y se han puesto a pensar ¿si pensar como un niño es motivo para avergonzarse?
El 20 de noviembre se celebró el Día Universal del Niño en conmemoración de la Declaración Universal de los Derechos del Niño (1959) y, qué mejor ocasión para reflexionar si somos o no unos adultos lo suficientemente infantiles, ¿no creen? Es por esto que nos dimos a la tarea de seleccionar las 5 cosas que los adultos deberíamos aprender o reapreder de los niños, porque desafortunadamente muchos de estas cualidades se nos han ido olvidando con el paso de los años.
1. Tomar riesgos
Los niños no tienen tantos impedimentos cuando se plantean realizar algo. Son capaces de soñar y toda meta realizada empezó antes siendo tan solo un sueño.Es así que la imaginación audaz de los niños ayuda a extender los límites de lo posible.
Aunque a menudo suceden accidentes, los niños son muy buenos levantándose y volviéndolo a intentar. Si no tienen a un lado a un adulto diciéndoles lo peligros o lo imposible que es algo, los niños temen hacerlo de nuevo, pero si aprenden la lección serán más precavidos. Ojalá todos olvidáramos las veces que nos dijeron que algo era imposible o que no podíamos hacerlo, tal vez podríamos divertirnos tomando riesgos una vez más.
2. Yo sí puedo y lo voy a demostrar
Cuando se nos ocurre decirle a un niño que no puede hacer tal o cual cosa, porque aun es pequeño, inmediatamente se empeña en demostrar que ya es grande y que sí puede hacerlo. Esto es que la actividad en cuestión se vuelve un reto.
De esta misma manera cuando nosotros perseguimos una meta, tenemos que fijarnos el reto a cumplir, cambiar nuestra actitud y poner manos a la obra. ¡Juguemos a ser grandes y a que sí podemos!
3. No importa lo que pase, tú diviértete
Los adultos nos limitamos mucho pensando en las consecuencias de nuestros actos y en todo lo que podría salir mal, de manera que terminamos sufriendo cada cosa que realizamos en lugar de disfrutarla. Los niños disfrutan todo lo que hacen, aunque las cosas a veces salgan mal, pues nunca pierden esa capacidad de levantarse e intentarlo de nuevo o en innovar y buscar nuevas soluciones. Nunca dejan que la diversión se termine por los pequeños raspones o las pequeñas o grandes caídas que se encuentren en el camino.
4. Creo en la magia
Los niños están convencidos que que la magia existe y, por esta razón, cosas formidables e inexplicables pueden suceder en cualquier momento. Más que inocencia es una forma diferente de ver la vida. Imagínate creer que eres capaz de realizar todo lo que te propongas con optimismo, constancia, irreverencia, creatividad, astucia, ideas audaces alegría y mucha magia.
5. Hice un nuevo amigo
Esta es una de las cualidades que más fácilmente perdemos al crecer y que necesitamos retomar de manera urgente. Si te pones a analizar los últimos éxitos de que has tenido te darás cuenta que muchos de estos son ocasionados por las relaciones públicas que tienes: familiares, amigos, conocidos. De manera directa o indirecta alguien te ayudó. ¿Te imaginas que tuviéramos la capacidad de un niño para hacer amigos, socios y cómplices? Sería simplemente increíble el éxito que podríamos lograr.
¿Listos para convertirse en el adulto más infantil que jamás hayan sido?
AM.MX/TIV