El sector empresarial advierte: “Si esta práctica se convierte en común denominador del nuevo gobierno, la certidumbre de los inversionistas podría debilitarse”.
Por Gerardo Flores Ledesma (*)
Prisma empresarial
A UN mes de que tome posesión como presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador ha deteriorado la confianza de muchos sectores, incluyendo la de los inversionistas nacionales y extranjeros.
El voluntarismo expresado por el presidente electo en su empeño por fabricar una consulta sobre el tema del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), que fue descalificada por muchos compatriotas, excepto por el ala dura de sus huestes, ha lacerado abruptamente a un gran porcentaje de la población.
Está claro que más de la mitad de los mexicanos están en contra de su plan por eliminar la magna obra del NAIM en Texcoco, y que otra parte de los mexicanos sí creen en él y apoyan su propuesta en Santa Lucía.
La confianza está vulnerada porque no hubo ni hay plan para consultar la construcción del llamado Tren Maya; porque trata como enemigos a los mexicanos que difieren de sus ideas, y porque intenta imponer personajes surgidos del anonimato para representar su figura y para someter y neutralizar al Federalismo en estados y municipios.
La miopía del nuevo gobierno es tan extensa que ignora o minimiza el hecho de que los mercados financieros y sus corredores, no son estandartes ni sinónimo de tranquilidad ni baluartes de progreso y desarrollo. Desestima que los especuladores de los mercados llegan en manada y salen en estampida.
Lo hemos dicho ya, ante una embestida especulativa o una corrida financiera no habrá reservas internacionales que valgan o nos alcancen para tratar de atajarla. 180 mil millones de dólares se pueden esfumar en 3 días de especulación en el mercado cambiario, en el cual se realizan operaciones superiores de los 30 mil millones de dólares por día.
AMLO ha puesto crispados a los industriales que operan en la industria automotriz que saldrá lastimada en el acuerdo con Estados Unidos y Canadá; debe asumir el enojo de los acereros mexicanos que no sólo sufren los estragos de aranceles ilegales aplicados por Canadá y el gobierno de Donald Trump.
El nuevo gobierno tiene que atender muchos problemas que se vienen encima en la parte fiscal, en la política monetaria, en el mercado de dinero (tasas de interés), en el tema de la vivienda, las millonarias inversiones en inmuebles, la debilidad de muchos sectores por los altos precios de la gasolina, el gas, la turbosina y la espiral inflacionaria que se empieza a presionar y con ello los precios de miles de productos que consumidos.
En suma, el discurso del nuevo gobierno debe cambiar. AMLO y sus cercanos ya son gobierno y deben actuar como lo que son. No hay pretextos para eludir, porque desde el 2 de julio el titular del Ejecutivo en turno, Enrique Peña Nieto, se hizo a un lado en la toma de decisiones importantes y sólo espera dejar la silla presidencial, a diferencia del pasado, cuando la nostalgia invadía a los poderosos líderes PRI, partido que está en proceso de extinción.
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PARA QUE no haya duda, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) subrayó que únicamente existe confianza en una nación y su economía, cuando hay claridad en las reglas del juego, de tal manera que los dueños del capital vean a nuestro país como un incentivo para dirigir sus capitales.
El organismo que dirige Luis Foncerrada Pascal aclara que durante mucho tiempo se ha tratado de establecer un ambiente de negocios que estimule la inversión a través de políticas públicas que ofrezcan la mayor seguridad posible al capital, pero que hoy parece que la situación puede cambiar dadas algunas decisiones que el equipo del nuevo gobierno ha anunciado, y que incluso ha comenzado a instrumentar sin haber tomado posesión oficialmente de sus cargos, mostrando que las decisiones políticas pueden tener más fuerza que el análisis técnico.
El CEESP advierte, y estamos de acuerdo: “Si esta práctica se convierte en común denominador del nuevo gobierno, la certidumbre de los inversionistas podría debilitarse”.
(*) Socio Numerario de la Academia de Periodismo y Comunicación Social
(*) Miembro de Vanguardia en línea y de Consorcio de Medios Digitales SA de CV
(*) Socio de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT)
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