Por Glen Magaña
CIUDAD DE MÉXICO.- Entre callejones que cuentan con historias, arquitecturas coloniales y un pueblo guerrero iniciador de la Independencia, se encuentra el estado de Guanajuato, en la zona centro del país, donde te recomendamos tres lugares mágicos y sorprendentes. El primero, San Miguel Allende con su hermosa catedral hecha en honor a San Miguel Arcángel, después pasaremos por tierra del compositor José Alfredo Jiménez en el histórico pueblo de Dolores Hidalgo y por último llegaremos a las famosas callejoneadas de la ciudad capital de la entidad.
San Miguel Allende.
Hablar de San Miguel es hablar de la grandeza de su gente, de sus preciosas y pintorescas calles que reciben a los turistas con un alto sentido de servicio y amabilidad, donde sus noches se cubren de música y los días tienen sonido de mariachis en su plaza principal, donde incluso puedes echarte un “palomazo”.
Esta hermosa ciudad fue fundada en 1542 por el monje Fray Juan de San Miguel, misionero español que se internó en territorio “guamar” junto con colonos otomíes y tarascos, bautizando a este poblado como San Miguel El Grande. El colonial pueblo fue uno de los principales puntos de la ruta de la plata en el periodo del siglo XVI al XVIII. Su nombre actual lo obtuvo el 8 de Marzo 1826 en honor al héroe independentista Ignacio Allende. El 7 de Julio del 2008, la UNESCO nombró Patrimonio Cultural de la Humanidad a San Miguel bajo el título de “Ciudad fortificada de San Miguel y santuario de Jesús Nazareno de Atotonilco”; una de sus grandes razones de ser es su bella arquitectura tipo barroco.
Respecto a su arquitectura, San Miguel recibe a sus visitantes con su imponente catedral edificada en 1649 pero tras un enorme deterioro se derrumbó y fue reconstruida en el año 1709. En estilo barroco con fachada neogótica de la Europa medieval que conocemos actualmente. En el atrio verás la escultura del santo patrono “San Miguel Arcángel” empuñando su espada contra el demonio, cabe mencionar que esta catedral es la principal adoradora de este arcángel a nivel nacional. También el templo tiene uno de los más importante órganos barrocos del país México.
Después de visitar a San Miguel, no puedes dejar saborear una nieve de frutas naturales en la Plaza Allende, caminar y observar su hermoso kiosco, sentarte en una de sus bancas a disfrutar las canciones que los mariachis tocan para entretener al público, y, si llevas pareja, entonar alguna de José Alfredo para que tu dulcinea te regale un beso al final de la melodía.
Bueno como ya caminaste un rato, ya hace hambre. Para esto te recomendamos un restaurant llamado “Mama mía”, ubicado a una cuadra del centro. Al entrar escucharás a un músico interpretando coplas de tango y género barroco en su guitarra, en un ambiente de mesas pobladas de ávidos comensales en un patio decorado con flores, además una terraza con una vista espectacular de esta bella ciudad. Su especialidad son las pastas, tal vez un fetuccini Alfredo acompañado con un vino tinto.
“Con el estómago lleno se piensa mejor” dice un dicho, así que te sugerimos visitar el museo Casa Allende, donde nació y creció el héroe nacional. Su fachada es asimétrica con una rica portada barroca y elementos neoclásicos. Sus balcones y rejas son de herrería de fierro forjado con delicados diseños. Por dentro encontrarás pertenencias del general y las salas que se refieren a la fundación de San Miguel en la época novohispana, así como aspectos de la vida social y cultural de este histórico y singular poblado.
Cae la tarde y es momento de disfrutar la vida nocturna de San Miguel. Y que les parece una buena noche de Blues y Funk; existen dos lugares para apreciar estos ritmos cadenciosos, uno es el bar “VC & friends lounge” en la calle Hernández Macías #83, a dos cuadras del centro, donde el buen Jorge Levario te atenderá en la barra con sus bebidas exóticas, mientras resuena el lugar con su excelente banda de Blues integrada por músicos de talla internacional, la mayoría retirados. Lo mejor, el saxofón de Josué, un brasileño adoptado por San Miguel. Después obligada es la visita al bar estilo londinense llamado “Limeerik”, donde el funk es de primera categoría, ritmo que interpreta magistralmente la banda “Pila Seca”, donde entre “chelas” encontrarás a todos brincando y bailando, dejándote al final de la velada completamente agotado.
Dolores Hidalgo.
“Es mi orgullo haber nacido en el barrio más humilde, alejado del bullicio y de la falsa sociedad” así suena Dolores Hidalgo, tierra del gran José Alfredo, huele a tequila e historia y a un pueblo guerrero que abraza con orgullo sus costumbres y tradiciones.
La ciudad es conocida como la cuna de la Independencia Nacional, donde la mañana del 16 de septiembre de 1810 el padre Miguel Hidalgo y Costilla diera el grito de independencia en la parroquia del pueblo arengando: “Que siendo contra los clamores de la naturaleza el vender hombres, queden abolidas las leyes de la esclavitud”.
Dolores Hidalgo, o también llamado “El corazón de México”, fue fundado en el año 1531 por Antonio de Mendoza, primer Virrey de la Nueva España, otorgando aproximadamente 2700 hectáreas de terreno a favor del soldado español García de Morón. En esa época el territorio era conocido por los nativos como “Cocomacán” que significa “lugar donde se cazan tórtolas”. En 1710 se crea la actual Parroquia de Nuestra Señora de Dolores estilo churrigueresco y es considerada como uno de los mejores ejemplos del barroco novohispano del siglo XVIII.
Si visitas este histórico pueblo, te recomendamos que vayas al museo de José Alfredo Jiménez, casa donde nació y en la que entre sus diez diferentes salas escucharás sus inmortales canciones y conocerás en qué se inspiró para realizarlas. El lugar te transporta a ese sentimiento tan nuestro en donde las fiestas por lo regular concluyen cantando sus temas. El actual dueño y director administrativo del museo, el licenciado José Azanza Jiménez, sobrino del famoso José Alfredo, nos comentó que el museo ya ha sido visitado por gente de los cinco continentes y ha quedado maravillada de su legado musical, donde incluso Chabela Vargas y Joaquín Sabina hicieron un disco en homenaje al renombrado canta-autor guanajuatense.
Al caminar por las calles de Dolores amerita visitar tres museos más, el primero es la casa del Padre de la Patria, don Miguel Hidalgo y Costilla. Dentro de este lugar podrás apreciar objetos que utilizaba para oficiar sus misas, su escritorio y hasta su recámara. Cuentan que el Padre Miguel Hidalgo, dejó descendencia en este lugar donde incluso existe un museo llamado “Los descendientes de Miguel Hidalgo”. La última parada cultural es el museo de la Independencia que contiene siete salas, las cuales son: «Liberación de los Presos», «Antecedentes y Precursores de la Independencia», «La Gesta Heroica», «Batalla de granaditas y Abolición de la esclavitud», «Juicio a Hidalgo», «Consumación de la Independencia» y «Símbolos Patrios».
En las noches te recomendamos asistir al bar “La terraza” donde podrás divertirte y bailar con un conjunto de salsa que provocará que muevas los pies al compás de este ritmo.
Guanajuato.
Llegamos a tierras cervantinas, callejoneadas con las distintas tunas (estudiantinas), bohemia, romanticismo, cultura colonial, rincones llenos de historias y experiencias mágicas e inolvidables. Simplemente una ciudad revestida de colores mexicanos y de gente cálida y amable.
Encontrarse con Guanajuato es regresar al tiempo colonial, donde sus calles son subterráneas por haber sido uno de los principales sitios mineros del país. La historia de esta preciosa ciudad se remonta a la época precolombina y su primer nombre fue “Mo-o-ti” nombrado así por los chichimecas, que significa «lugar de metales”. A comienzos del siglo XIX fue escenario de uno de los primeros triunfos insurgentes de la guerra de Independencia con la toma de la Alhóndiga de Granaditas.
Empecemos hablando del famoso Museo Regional de Guanajuato o mejor conocido como “Alhóndiga de Granaditas”. Este histórico lugar se construyó en 1796 por el arquitecto José del Mazo y Avilés, por orden del virrey Miguel de la Grúa y Branciforte, a efecto de ser utilizado para almacenar y vender granos. Sus diferentes salas muestran temáticas desde inicio del siglo XIX con el movimiento de Independencia hasta la época del Porfiriato.
Después de asistir a este recinto cultural e histórico, te sugerimos visitar la figura monumental de “El Pípila” (Juan José de los Reyes Martínez), con su vista panorámica de la hermosa ciudad cervantina. Resulta también muy interesante recorrer la Catedral Basílica Colegiata de Nuestra Señora de Guanajuato, edificación que data de 1691, de estilo barroco, y no olvides darte una vuelta para ver a las famosas momias y tomarte una foto con ellas.
En el centro de Guanajuato encontrarás la Plaza de la Paz, cubierta de árboles y de un precioso kiosco tipo colonial y a un costado el impactante “Teatro Juárez” construido a finales del siglo XIX por el arquitecto José Noriega, por encargo del general Florencio Antillón, fue inaugurado el 27 de octubre de 1903 por el presidente Porfirio Díaz. El evento presentado para la ocasión fue la ópera Aída, de Giuseppe Verdi, a cargo de la compañía italiana Empresa Ettore Drog y Cía. Arquitectónicamente el teatro destaca su estilo dórico de inspiración romana. La sala de espectáculos sigue los modelos de las salas europeas de esa época con forma de herradura, cuatro órdenes de palcos y localidades generales, y su decoración interior es de estilo oriental.
Al exterior del teatro, inmediatamente de la escalinata, encontraras a los mimos y payasos que roban carcajadas a la gente que se concentra para ver su espectáculo.
Llegó la hora de la comida y para esto te recomendamos visitar el restaurant “La trattoría d´Elena” y solicitar al capitán el balcón principal con anticipación para admirar la vista hacia la Plaza de La Paz. Te sugerimos un vino tinto, de entrada unos tacos de camarón, para el plato fuerte un rico corte de carne acompañado de un espagueti a la carbonara y de postre una gelatina de leche bañada en salsa de fresa.
Después de comer cómprate un boleto para la callejoneada. Ir a Guanajuato y no asistir a este evento es no haber visitado esta bella ciudad colonial. La cita para callejonear empieza a las 20:00 horas, pero existen diferentes horarios en la noche y diferentes tunas o estudiantinas, la que te recomendamos es la “Tuna de Oro” o la “Tuna Universitaria Campus S.A.”. Es importante que llegues a la hora de la cita porque iniciando el recorrido ya no hay devoluciones. La estudiantina empieza cantando canciones tradicionales de Guanajuato o la melodía “De colores” e incia el ambiente caminando y cantando por los diferentes callejones con una serenata donde dividen a hombres y mujeres, hasta enseñarte un silbido para que el suegro no te descubra cuando le cantas a tu amada. Entre canciones finalmente llegas al conocido Callejón del Beso en donde te explican la leyenda y el augurio “de entre siete años de mala suerte o catorce de mucha felicidad con tu pareja”.
Ya entrados en el ambiente romántico, en este callejón se encuentra una pequeña taberna donde suelen reunirse los tunos a cantar y pasarla bien, el cantante estrella del lugar es Jesús Gutiérrez conocido como “Chuy”, un tenor ligero que te deja con la boca abierta al escuchar la potencia de su voz y el sentimiento de sus canciones.
Otra opción de entretenimiento nocturno son tres maravillosos sitios. El primero “Atik café” con sus espectaculares bandas de Jazz y Rock que prenden la noche con sus coplas alocadas. La segunda propuesta es el restaurant “La Capellina”, perfecto para disfrutar de una elegante cena en pareja, disfrutando de su fino Jazz, Blues y Bossa-nova en vivo, atendido personalmente por el dueño del lugar, el Ingeniero Héctor Enríquez Villalobos. Anteriormente este lugar era una fundidora de oro y plata del año 1673. El último lugar es la tradicional “Peña de las Musas” donde se han presentado grandes artistas como Silvio Rodriguez, Fernando Delgadillo, entre otros. La peña se encuentra en lo que eran unas caballerizas subterráneas de Porfirio Diaz. Las Musas brindan un ambiente de trova y canciones románticas, interpretadas en vivo y con la peculiaridad de que son acompañadas por la guitarra de Juanito Esparza y el saxofón de Pepe M., que seducen la velada entre luces a media luz y mesas alumbradas con velas.
Prepara las maletas y que tengas un excelente viaje mi estimado homoespaciero, ya que este hermoso estado te espera con los brazos abiertos.
Si deseas conocer más acerca de estas perlas coloniales te dejamos los siguientes links: