*Mónica Herranz
Si bien sabía que el momento se acercaba, nada pudo aminorar el intenso dolor frente a la confirmación de la noticia: “mamá ha muerto”. Palabras cortas, oración breve y sentenciosa, profunda conmoción.
Un momento de recogimiento y después avisar a los más allegados, ocuparse de algunos trámites, ir a darse un baño, cambiarse de ropa, comer algo aunque no haya apetito y finalmente el trayecto a la funeraria. Miraba por la ventana, una sensación extraña lo invadía, en su fuero interno el tiempo pareciera haberse detenido y a la par, todo transcurría de manera vertiginosa. Afuera, en el exterior, el vayven de los autos, de la gente, el ruido, el tráfico, los semáforos…definitivamente su tiempo interno y el tiempo no estaban en sincronía. ¿De verdad la vida seguía? Seguirá, él lo sabe, pero será un proceso.
En este momento confía en que ahora que ella ha dejado este mundo, su cuerpo físico se transformará en un cuerpo esiritual, sin tiempo ni espacio. El proceso es lento, duele…duele…duele…duelo y después mamá será etérea. Ella volverá a estar aunque de una forma diferente, no será igual, ni tangible, ni visible, pero volverá a estar.
Mientras, desde el universo, ella lo abrazará cuando sienta desconsuelo, cuando sienta tristeza y cuando por las noches llores su ausencia. Lo acompañará en su dolor hasta que éste logre transformarse en aceptación, en gozo por haberla tenido como madre, en celebración porque haya formado parte de tu vida y aprenderá, aunque ahora lo vea como ardua labor, que el amor trasciende, que aunque las personas no se puedan reemplazar, el llanto convulso se irá y regresará la paz, y que en realidad el adiós se convertirá en un hasta siempre.
El campo del duelo es amplio, que digo amplio, amplísimo y puede explicar desde diversos puntos de vista o corrientes teóricas todo lo que sucede en una persona desde el momento del deceso de un ser querido hasta la fase de aceptación.
Duelo, según Sigmund Freud, es la reacción frente a la pérdida de una persona amada o de una abstracción equivalente, como la patria, la libertad, un ideal, etc. Sin embargo, cuando mamá muere pareciera que no hay teoría o definición que alcance, ni explicación que baste.
La pérdida de una madre está investida de un sentir que quizá otros duelos no tienen, y ésto no quiere decir que haya pérdidas que duelan más que otras de acuedo al parentesco, sino que algo sucede al interior, una sacudida, un estremecimiento que no es similar al de otras pérdidas, a menos que se trate de una figura equivalente.
La madre tiene que ver con la fuente, con el origen y habitualmente es el primer y más trascendente vínculo que estableceremos, y en función del cual, nos relacionaremos posteriormente con el mundo. Tal vez por ello esta pérdida está revestida de un sentimiento que no acampaña a las demás.
*Mónica Herranz
Psicología Clínica – Psicoanálisis
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agosto 17, 2018
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DE ENCANTOS Y DESENCANTOS: Adiós a mamá
Por Vocero
*Mónica Herranz Si bien sabía que el momento se acercaba, nada pudo aminorar el intenso dolor frente a la confirmación de la noticia: “mamá ha muerto”. Palabras cortas, oración breve y sentenciosa, profunda conmoción. Un momento de recogimiento y después avisar a los más allegados, ocuparse de algunos trámites, ir a darse un baño, cambiarse... Más [+]...