VIENA, AUSTRIA, 12 de agosto.- “El artista del siglo” es la gran última muestra que Viena dedica a uno de sus pintores más conocidos: Gustav Klim, a un centenario de su muerte, en donde se da a conocer al artista en varias facetas de su vida y su carrera, ya que también era escritor.
El Museo Leopold de Viena refiere en la presentación de la obra que “Uno cree que lo sabe todo sobre Gustav Klimt (…) pero con la aparición de nuevos materiales podemos presentar al público, en los distintos medios, cuadros, dibujos, documentos, una visión completa de esa compleja personalidad”, refiere en entrevista a medios el director del museo Hans-Peter Wipplinger.
La exposición reúne un total de 35 pinturas, 90 dibujos, 30 fotografías y 150 documentos que intentan enseñar la parte más íntima del artista que impulsó el movimiento modernista en Viena.
Un currículum redactado por el propio artista, una lista de cosas que hacer antes de irse de vacaciones y un conjunto de fotografías de su infancia son algunos de los documentos que pretenden contextualizar la génesis y la evolución de Klimt.
Un recorrido cronológico por su carrera que permite conocer sus orígenes clásicos, academicistas, muy alejados de la ornamentación, los dorados y la ruptura por los que se le recuerda.
La exhibición presenta algunos de las obras del artista de manera cronológica y enfatiza en sus inicios, marcados por el historicismo pictórico en el que se enmarcaba la capital del Imperio austrohúngaro a finales del siglo XIX.
Un conjunto de obras realistas influenciadas por el naturalismo de la época revelan que el pintor no fue siempre un revolucionario y que sus primeros pasos en el mundo del arte se caracterizaron por un estilo más clásico.
“Nuestra intención es hacer comprensible la génesis de este artista, con un pie en el siglo XIX y con el otro como precursor en el siglo XX, en la modernidad y el vanguardismo”, explica Wipplinger.
La mujer fue una de las grandes temáticas que el museo no ha querido pasar por alto.
Klimt es considerado el pintor de las mujeres por excelencia. Los rostros y cuerpos femeninos son una constante en sus obras, ya sea en su faceta erótica, en la alegoría de la mujer como creación de naturaleza o en la representación demonizada de la “femme fatale”.
Una parte de la muestra exhibe un conjunto de dibujos que jamás fueron expuestos durante su vida, en los que el artista esbozó cuerpos femeninos en su estado más erótico.
Aunque fueron muchas las mujeres que pasaron por la vida de Klimt, hubo una en particular que marcó al artista, Emile Flöge, una diseñadora de moda de la que el pintor se enamoró y cuyo rostro, según apuntan muchos expertos, aparece en su obra más conocida, “El beso”.
AM-MX/mla