CIUDAD DE MÉXICO , 5 junio 2018.- Meses antes de recibir el diagnóstico de esquizofrenia, a los 17 años, Tania presentó sus primeras alucinaciones. Con frecuencia veía a Slenderman, un personaje creado en internet, pero real en su mente. Tenía extremidades largas, un rostro pálido sin ojos, orejas ni boca. “Era como si me desconectara de la realidad y estuviera en una película de terror”, expresa la joven de 24 años.
La esquizofrenia (del griego skhizein, separar, y phren, mente) es un trastorno del neurodesarrollo, crónico y neurodegenerativo. Afecta a entre 0.5% y 1% de la población en todo el mundo. Se presenta más en hombres que en mujeres.
Los síntomas se clasifican en dos grupos: positivos y negativos. “Los primeros se refieren a las ideas delirantes, es decir, la persona tiene falsas creencias; por ejemplo, se siente perseguida o está convencida de que alguien puede adivinar sus pensamientos”, afirma el psiquiatra Ricardo Ríos Flores, profesor del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la UNAM.
En este mismo grupo están las alucinaciones, alteraciones que pueden involucrar todos los sentidos con los que percibimos el mundo. Las más frecuentes son las auditivas (escuchar voces, ruidos, murmullos).
“Los síntomas negativos se asocian con la disfunción física y emocional: desmotivación, dificultad para experimentar placer, problemas para relacionarse con las demás personas”, agrega el doctor Ríos.
“Pero la esquizofrenia va más allá. Quien la padece tiene dificultades para concentrarse, memorizar y comprender la conducta de los demás. Todo ello genera discapacidad”, menciona el psiquiatra Iván Vargas, del Hospital
Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez
“Los síntomas de este trastorno se manifiestan de manera distinta en cada persona. La mayoría de los casos se diagnostican entre los 15 y 24 años de edad”, comenta el psiquiatra Mauricio Rosel Vales, Coordinador de la Clínica de Esquizofrenia del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente (INPRF).
A los 17 años, cuando los episodios psicóticos (escuchar voces, sentir que se le subían animales, ver personajes que no existen) eran cada vez más frecuentes, Tania acudió al psiquiatra, quien en 2011 le diagnosticó esquizofrenia.
El tratamiento es a través de medicamento y terapia psicológica con enfoque cognitivo conductual, la cual ayuda al paciente a identificar sus propios síntomas y cómo debe reaccionar cuando se presenta un episodio, agrega el psiquiatra Benjamín Guerrero, del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la UNAM.