CIUDAD DE MÉXICO, 19 de marzo.- México firmó un nuevo tratado de libre comercio que involucra a 10 naciones más –denominado Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TPP 11)—sin que, para los productores de leche del sector social, represente esperanzas de participar.
“Al contrario, dijo Álvaro González Muñoz, presidente del Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche, será la ‘puntilla’ para que 150 mil pequeños ganaderos lecheros desaparezcamos del mapa como aportadores de un alimento indispensable para los mexicanos, por dos razones: competencia desleal e incosteabilidad”.
En un comunicado, consideró que los negociadores mexicanos de los tratados de libre comercio –al parecer son los mismos que negocian el TLCAN—encabezados por el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, ‘pasaron sin ver’ la agenda de negociación del producto leche y sus derivados; “firmaron y dieron por bueno el documento, sin precisar cupos ni condiciones sanitarias”.
“Esto es una suposición, dijo Álvaro González, porque ni siquiera consultaron al segmento de productores pequeños y medianos de leche mexicanos –ellos aportan el 80 por ciento del producto a nivel nacional, equivalente a 11 mil 500 millones de litros anuales—ni tomaron en cuenta a la opinión pública”, expresó.
Entre los países que integran esa nueva ‘sociedad de naciones para el comercio’, apuntó, se encuentran dos que tienen un alto potencial de exportación de leche. Primero, Nueva Zelanda, cuyo sistema productivo y económico, está orientado a la producción y exportación de leche y derivados. El otro país es Australia, también con excedentes lácteos, pero menores que Nueva Zelanda.
Para empezar, México adquirió más de 27 mil toneladas de leche en polvo, proveniente de Nueva Zelanda, que pueden crecer a 45 mil toneladas anuales en los próximos once años.Como es sabido, Nueva Zelanda produce anualmente 11 mil millones de litros que, dada su reducida población comparada con la mexicana, arroja excedentes lácteos por alrededor del 90 por ciento.
Álvaro González evaluó la importancia de la competencia que representa ese país sólo en cuanto a leche. Dijo que en México el costo de producción de un litro de leche se ubica en 35 centavos de dólar, mientras que en Nueva Zelanda es de 28 y 30 centavos de dólar.
La diferencia, añadió, es la alimentación del ganado lechero. En México prácticamente se alimenta a las vacas especializadas en leche –regularmente de las razas Holstein, Suiza y Hershey—con alimentos balanceados, a base de maíz molido, pasta de soya, pasta de trigo, sorgo y semilla de algodón. La mayor parte de estas materias primas, añadió, son de importación y las transacciones se realizan en dólares.
Mientras tanto, en Nueva Zelanda el pastoreo libre es lo que predomina. Han mejorado genéticamente variedades de pastos y con eso alimentan a unos tres millones de vacas lecheras. “Obviamente que sus costos son reducidos y con los productores lecheros neozelandeses no podemos competir, salvo que cuenten con aliados mexicanos, ejem Guajardo y su equipo, a costa de entregar a manos extranjeras un alimento que hace falta a los mexicanos”, expresó.
Otra desventaja que ha prevalecido a lo largo de casi 24 años con el TLCAN, consiste en que México compra a Estados Unidos leche en polvo, ya descremada. Explicó al respecto que la crema que se retira por medios químicos a la leche, equivale a 4 y 5 pesos por litro. Si en México pagan LICONSA y la industria alrededor de 7.20 pesos por litro, indica que la leche de importación llega a nuestro país entre dos y tres pesos de costo. “En estas condiciones, no podemos competir”, afirmó Álvaro González.