Mucho ha cambiado en el Vive Latino. Cada edición es distinta entre sí tan solo por el cartel que la conforma, pero al interior también ha habido una clara evolución, y se nota, a 20 años de haberse realizado el festival. Desde la organización y logística para cada banda, hasta en los servicios. La modalidad de pago para la comida es la más notable: ahora se hace mediante la Cartera VL, un chip en forma de pulsera donde puedes abonar dinero en efectivo y comprar en todos los establecimientos. Con ir a la Zona de Recarga y depositar lo que necesitas, es suficiente; al comprar le muestras tu listón al vendedor y el te cobrará con un dispositivo. Es mejor y más seguro, sobre todo para evitar lo que menciono al final. Pero no te vayas todavía, sigo.

Las atracciones alternas al Vive también son parte de esta modalidad: la incorporación de El Parque, el espacio para descansar y los niños puedan jugar es uno de ellos y ya había hablado de él. Lo mismo sucede con el espacio Skate de Vans, la Zona Restart y Casa Comedy: lugares donde puedas encontrar la actividad de tu preferencia y pasar un rato agradable.

La ubicación de escenarios como el AT&T y Doritos Bunker también es distinta, se encuentran juntos, pero con cierta distancia entre sí.

Todo esto fue nuevo para mi, que tenía algunos años sin poder asistir a este festival.

Sin duda es por lo que vamos, ¿no? De acuerdo a los horarios es como te organizas para ver a tus bandas favoritas, pero hay que destacar que cada escenario tenía propuestas valiosas que vale la pena seguir: Vaya Futuro en la Carpa Doritos Bunker, que se encargó de abrir dicho espacio, sorprendiendo a los asistentes con su sonido espacial. Chicano Batman, con su blues rock latino, logró reunir a una buena cantidad de seguidores. No Tiene La Vaca con su punk rock; o Los Amigos Invisibles e Instituto Mexicano del Sonido (quien nos regaló un «juangabrielazo»), atrayendo más gente de lo esperado.

Algo destacable en esta edición es como las bandas lograron atraer una gran cantidad de público. Lo acabo de mencionar pero a diferencia de otros años, cada artista tuvo su espacio y su público, convocando a las masas en todo momento; con algunas excepciones al inicio, cuando el Foro Sol no estaba a su máxima capacidad. Un ejemplo de ello es Enjambre, quienes tuvieron un importante número de personas durante su presentación, a eso de las 17 horas.

En la parte anglo, este año la edición contó con la presencia de Morrissey, Noel Gallagher’s High Flying Birds, Little Dragon y PVRIS, quienes se presentaron en escenarios distintos y convocando miles de asistentes. Es claro que Morrissey y Noel se llevaron la mayor cantidad de público, pero ¿vieron a los otros dos? Por lo menos Little Dragon dio un show que sobrepasó las expectativas, tuvieron al público en sus manos.

En el caso de Noel, salió a darlo todo; sorprendió a los asistentes al presentar temas de sus discos solistas, pero lo que verdaderamente llamó la atención fueron sus interpretaciones de clásicos de Oasis, ¡y cómo no! Si de ahí vino. Wonderwall o Go Let It Out sonaron en el escenario y el público no dejó de corearlas. Lo mejor: cerró con All You Need Is Love de The Beatles.

Lo concerniente a lo latino, hubo para dar y regalar, ¿qué escenario les gusta? Los Cafres de Argentina en el escenario Indio. La Toma de Colombia y Love Of Lesbian de España en el Escena Indio. 424 de Costa Rica y Los Amigos Invisibles de Venezuela en el AT&T. Y en la Carpa Intolerante se presentó la mayor cantidad de artistas latinos: Los Mesoneros y Él Mató A Un Policía Motorizado de Venezuela, Nicola Cruz de Ecuador y Kali Uchis de Colombia. Don Kristóbal y La Vodkanera de Colombia; Kuervos del Sur de Chile; Francisca Y Los Exploradores, KLUB de Argentina; Belako de España; y Francisco El Hombre, de Brasil.

Luego de cancelar la mayor parte de su gira en 2013, incluyendo el Vive Latino, Morrissey regresó y ahora sí, para saldar la deuda con los asistentes al festival. Este show destacó en especial por lo siguiente:

-Porque aunque se presentó de las 20 horas a las 21:20, desde las 19 y hasta las 22 horas no se vendió carne, como una condición para el músico inglés y debido a su ideología de no comer carne…aunque los asistentes sí. Y hubo molestia porque esto no solo aplicó en los locales de comida rápida que estaban alrededor del escenario Indio, si no para todo el Foro Sol.

-Porque fue un show para fans y no tanto para los asistentes del festival. Su setlist destacó por incluir temas de su más reciente disco, en vez de sus más grandes éxitos. Pero sí intepretó una buena cantidad de ellos, como Suedehead, First Of The Gang To Die o Everyday Is Like Sunday de su etapa solista, o la fabulosa How Soon Is Now (completita) de su etapa con The Smiths.

-Porque otra disposición de Moz fue no permitir el acceso a la prensa durante su presentación, así que tuvimos que entrar por el backstage y con ello tuve acceso a una aventura que en otra ocasión contaré.

-Y porque lo poco que habló con el público mexicano una parte lo hizo en español, preguntando si estaban cómodos o agradeciendo por su presencia. Hasta eso, el señor como buen inglés, fue bastante amable.

Luego de cinco años de ausencia en el Vive, Panteón Rococó regresó de manera triunfal, interpretando un setlist muy bien balanceado entre éxitos y temas de protesta (que casi es lo mismo, pero no). No es de extrañarse tampoco que la banda haya tenido un discurso político, donde no faltó que Dr. Shenka exigiera al presidente Enrique Peña Nieto «nos explique qué pasó con los 43 desaparecidos en Ayotzinapa» o «¿por qué los gobernantes corruptos de su sexenio no han sido castigados».

Esta postura no me habría sorprendido si no fuera porque la banda de ska fue la única en tenerla durante todo el sábado. Pero eso no fue todo: el vocalista también recordó los inicios del Vive, que este año cumple 20, y como «todo inició con diferentes tocadas en Ciudad Universitaria, hasta que llegó la banda del Vive y dio inicio a una etapa de inclusión, donde todos los géneros caben». Además de invitar al slam, «bailando con respeto, y si alguien se cae, por favor levántenlo».

Pero la frase que se llevó las palmas de los asistentes fue una, que repitió dos veces más: «dicen que en México su tierra tiembla, pero no: ¡somos los mexicanos quienes la hacemos temblar!»

Con Molotov las cosas fueron exactamente lo contrario: salieron a tocar, duro, macizo, armando el slam y punto. Cumplieron. Sí, pero faltaron temas, comunicación y sobre todo la actitud que les caracteriza. Si bien la banda cumplió en el escenario al interpretar una gran parte de las canciones insignia, hubieron otras que el público se quedó con ganas de escuchar Here We Kum, Rastaman-dita o Lagunas Metales.

Algo está pasando con ellos, que evitan en todo momento tomar una postura política; y a diferencia de hace 20 años, cuando eran toda actitud, hoy son anti-actitud. A pesar de todo cumplieron, con un sonido duro y desmadroso. Nadie puede quejarse de eso.

¿Se dieron cuenta? A diferencia de otras ediciones esta vez una banda mexicana cerró un escenario: Molotov en el Indio; Titán (con un excelente show y juego de luces) en el Escena Indio; Víctimas del Dr. Cerebro en el AT&T; María Daniela y Su Sonido Lasser en el Doritos Bunker y finalmente el colectivo ÜBON (Unión de Bandas Oscuras Nacionales) en la Carpa Intolerante. Esto NUNCA había pasado y es un gran acierto de parte de los organizadores realizar estas acciones ante las fuertes críticas de la gente, que ya no es latino porque cierran artistas anglo, que no hay bandas nacionales que puedan cerrar el día. Esto cambia todo el panorama y ofrece uno mejor para futuras ediciones.

Desde hace unos años se han reportado en diferentes festivales el robo de carteras y teléfonos. Este año no fue la excepción: al terminar Panteón Rococó un grupo de jóvenes gritaba que estuviéramos atentos contra la delincuencia y mostraban una tarjeta del metro y una identificación que encontraron tiradas.

A mí también me tocó y casi pierdo mi teléfono. Me dirigí a comprar una bebida y me tocó el tumulto para entrar a uno de los túneles que se encuentran a un costado del escenario Indio. La gente se amontonaba para pasar y estábamos todos muy pegados. No resultaron ser tan buenos, porque sentí la necesidad de tocar mi teléfono y cuál fue mi sorpresa que sentí cuando lo sacaban. Mi primera reacción fue buscar la mano pero sentí en su lugar una chamarra e inmediatamente la persona se alejó. Pude ver que era la chica que tenía al lado, quien rápidamente se alejó antes de que pudiera hacer algo. Estén atentos por favor.

A pesar de todo, el festival cerró con saldo blanco (hubo slam en los escenarios y peleas en los túneles), y los 80 mil asistentes salieron satisfechos de este primer día del Vive Latino 2018. Mañana reportaré como ocurrió el segundo.

 Fotos:  Vive Latino