CIUDAD DE MÉXICO, 14 de marzo (AlmomentoMX).- Diseños que gravitan sobre la acción del patinaje y travesías que convergen en itinerarios urbanos sobre esa práctica han sido plasmados en instalaciones, dibujos, grabados, fotografías y animaciones de Óscar Romero en Dibujando en el aire.
La muestra –inaugurada el pasado 28 de febrero en la Galería del Tiempo de la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y abierta hasta el 20 de marzo– emanó de un proceso de investigación creativa que retoma el skateboarding como parte de una tesis de Maestría en Artes Visuales de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Romero construye un relato visual en torno al popular deporte y muestra las posibilidades infinitas del arte, al testimoniar la experiencia cotidiana a bordo de una patineta.
Las piezas revelan destreza técnica y potencial creativo valiéndose de un sinfín de recursos: desde una tabla intervenida con óleo hasta atavíos lumínicos que parecen surgidos de un videojuego.
Ensō, sucesión de imágenes en tinta negra sobre papel, presenta variaciones mínimas que evidencian la inspiración del artista en la caligrafía japonesa y en ciertos elementos simbólicos que discurren sobre la figura del círculo asociada a la perfección, la vacuidad y la calma en representaciones minimalistas en las que explora las opciones del trazo.
El conjunto de fotografías denominado Araña derivó de los recorridos nocturnos de un patinador, utilizando una playera intervenida con circuitos electrónicos y leds para crear una impronta de los trayectos, observándose líneas en contraste con la oscuridad de la noche y el entorno para construir el halo lumínico de una serpiente roja que se desliza sigilosa frente a la cámara.
De la serie de tablas intervenidas –al ser empleada la superficie de cada patineta como lienzo– sobresalen Zen, C’est pas grave, Salta y aparecerá la red y COURAGE.
El autor comparte una experiencia forjada en imágenes que testimonian un acto de intención gestual, que conecta los mundos que los toltecas llamaban nagual y tonal, explicó el doctor Gabriel Salazar Contreras, profesor del Departamento de Procesos y Técnicas de Realización de la Unidad Azcapotzalco de la UAM.
“Siempre dibujamos en el aire; caminamos de la casa al trabajo, al cine o a otros lugares, pero el skater viaja sin rumbo, sin pensar en una meta y en un acto creativo penetra diferentes realidades, traza y encuentra. El cuerpo es su instrumento y sabe que cuando monta la patineta entra en estado de conciencia, se mueve, gestualiza, se equilibra, es poseído y se convierte en viento”, detalló.
AM.MX/fm
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