CIUDAD DE MÉXICO, 13 de marzo 2018.- Especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) localizaron una estructura de tipo cuadrangular que podría corresponder a un adoratorio prehispánico con posible uso astronómico y ritual denominado “tetzacualco”.
A través de un comunicado, el INAH señaló que el vestigio se localizó en un sitio arqueológico en la ladera oeste del volcán Pico de Orizaba, del lado del estado de Puebla.
En el sitio ceremonial, donde se halló cerámica decorada y lítica dispersa en la superficie, constituye hasta el momento el más grande de esta cúspide, cuya temporalidad podría oscilar entre los periodos Clásico (200-700 d.C.) o Epiclásico (700-900 d.C.).
La similitud arquitectónica y altitudinal que guarda con el lugar arqueológico ubicado en la cima del Monte Tláloc, lo vincula con los espacios de ofrenda para rituales propiciatorios de lluvia.
El sistema constructivo es a base de hiladas de piedras de basalto y tezontle, que a simple vista tienen como aglutinante sólo tierra; los muros miden aproximadamente entre 1 a 1,50 metros de ancho, y tienen una altura que va de 0,40 a 1 metro. Está cubierta en parte con zacate y arena, lo que impide tener medidas exactas.
La edificación presenta un par de salidas o aperturas. La primera ubicada a poniente, mide aproximadamente 4,6 metros y da hacia lo que podría ser un camino con hileras de piedras al borde inclinadas hacia el noroeste. La segunda mide aproximadamente 2 metros, presenta un par de posibles escalones y se ubica en el flanco norte, al frente se localiza un monolito.
El jefe del Proyecto Eje Investigación, Estudio, Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural y Ecológico en los Volcanes, el arqueólogo Arturo Montero, explicó que el recinto cuadrado que se ve en el flanco poniente, es muy parecido en dimensiones, orientación y cota altitudinal a los tetzacualcos de Monte Tláloc, donde la presencia de cerámica tolteca es determinante.
Montero concluyó que se confirmarse la presencia de al menos un tetzacualco para el Pico de Orizaba, la personalidad teológica de la montaña alcanzaría mayor relevancia.
AM.MX/dsc