Por: David Somellera
CIUDAD DE MÉXICO, 21 de febrero (AlmomentoMX).- A cuarenta años del descubrimiento de la Coyolxauqui, se han descubierto otros hallazgos del recinto sagrado tenochca. Uno de ellos está abierto al público desde noviembre del año pasado, y es propiamente una ventana arqueológica que forma parte del nuevo vestíbulo del Templo Mayor que contiene los hallazgos de un Cuauhxicalco, ofrendas mortuorias y parte de un “arbol sagrado” que para los mexicas representó el centro de Tenochtitlán.
A un costado y atrás de la Catedral Metropolitana, el INAH ha llevado a cabo una serie de excavaciones en distintos predios. Estos trabajos arqueológicos se remontan a 1914 cuando Manuel Gamio rehabilitó parte de lo que hoy conocemos como el recinto sagrado del Templo Mayor.
En este mes de febrero se conmemoran cuarenta años del hallazgo del monolito femenino de la Coyolxauqui encontrada en 1978 por trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad. Antes de Gamio se había encontrado hacia 1790 bajo las órdenes del virrey Revillagigedo el monolito de la Coatlicue y la Piedra de Sol en una excavación hecha en lo que es hoy el Zócalo capitalino.
Cabe mencionar que los primeros en recuperar el patrimonio fue el arqueólogo Raúl Aldana quien tiene a su cargo el Museo del Cerro de la Estrella y el historiador Gastón García Cantú que en ese momento era el director del INAH. Posteriormente se integró a estos trabajos de rehabilitación Eduardo Matos Moctezuma ya que en ese momento no estaba en México.
El arqueólogo Raúl Barrera Rodríguez, director del Programa de Arqueología Urbana (PAU) del Museo del Templo Mayor, encargado de mostrar a los medios de comunicación este nuevo vestíbulo del Templo Mayor, señaló en entrevista con Almomento que México debe de fomentar la investigación y protección del patrimonio arqueológico que se encuentra en el subsuelo de la ciudad, ya que el proceso de ocupación-destrucción que marcan siete diferentes etapas por las que según el arqueólogo ha pasado el centro de la ciudad.
Desde el año pasado el acceso al templo mayor tiene una nueva entrada, que es por el lado sur. Por lo que los visitantes para entrar a este vestíbulo deben bajar unas escaleras en donde se puede apreciar el frente de este recinto sagrado.
El recorrido parte justo de los pies de la escalinata de las estructuras consagradas a dos de las deidades más importantes para la cultura mexica que es Tláloc y Huitzilopochtli, estos edificios alcanzaron a tener la altura de la Catedral metropolitana, por lo que desde abajo se puede ver la magestuosidad que en su momento tuvieron.
Este vestíbulo muestra parte del centro ceremonial del Templo Mayor, este espacio ritual según estima Barrera Rodríguez se construyó durante el gobierno del tlatoani Ahuízotl que gobernó 1486 a 1502.
El recorrido empieza con una exposición que realizó el programa de Arqueología Urbana, como parte de esta ventana arqueológica, además el visitante podrá apreciar el Cuauhxicalco, que es un edificio circular que yace en un patio en donde también se encuentra parte de un “árbol sagrado” que ahí mismo encontraron los arqueólogos. Para el arqueólogo este árbol representa el centro de la cosmovisión mexica, que es parte del centro ceremonial del Templo Mayor.
¿Cómo comenzó este proyecto de arqueología urbana?
Empezó el 21 de febrero de 1978 con el descubrimiento de la coyolxauqui, la coordinación de aquellas primeras excavaciones e iniciador de este proyecto es el profesor Eduardo Matos Moctezuma. Él mismo impulsó en 1991 el proyecto de arqueología urbana, yo me integré a este proyecto en 2007.
¿Cómo fue el proceso que hizo que el templo mayor quedara enterrado?
Primero fue una casa muy pequeña, todavía en el núcleo de este basamento quedan restos de lo que fue el primer templo mayor hecho de lodo y madera, con el paso de tiempo creció y la ciudad de Tenochtitlán se trazó desde aquí, en donde está su centro ceremonial y es uno de los 78 templos, el templo mayor fue creado a partir de cuatro ejes o rumbos del universo. Siglos más tarde los españoles construyeron encima la ciudad colonial por lo que ocurrió una nivelación que destruyó los vestigios antiguos, la ciudad se ha tenido que ir reconstruyendo a partir de quienes la hemos ocupado. Puesto que estamos en un lugar que por naturaleza fue un lago, este terreno se hunde cada año, por lo que los españoles volvieron a enterrar las casas y templos mexicas para nivelar el terreno, y así evitar inundaciones. A lo largo de 100 años la ciudad se ha hundido siete metros y se seguirá hundiendo ya que estamos perdiendo los niveles freáticos de agua.
¿Cómo ha ido el INAH rehabilitando los nuevos hallazgos de este recinto sagrado?
El INAH puede intervenir en cualquier edificio que vaya a ser reconstruido, el centro de la ciudad está en permanente rehabilitación de los edificios históricos que algunos son públicos y otros privados. Todos tienen la obligación de notificar si van a hacer trabajos dentro de estos inmuebles históricos, posteriormente se establecen los convenios para conservar el patrimonio poder intervenir, por lo que es todo un procedimiento, hasta hoy llevamos más de 50 intervenciones a lo largo del programa de Arqueología Urbana.
¿Cuáles son las intervenciones que próximamente van a abrir al público?
En el número 24 de la calle de Guatemala se encuentran los restos del Tzompantli, ahí encontramos en 2015 una sección de lo que fue el Huey Tzompantli que quiere decir en náhuatl “muro de cráneos” que corresponde a los sacrificados, y está dedicado a Huitzilopochtli. Los sacrificados eran guerreros por lo que el Tzompantli más que se un culto a la muerte, es un culto a la vida a través de la muerte, porque de acuerdo a las antiguas creencias el sol tenía vida y por ende podía morir, para que no muriera se le regalaba al sol estos sacrificios. En la calle de Guatemala número 16 se rehabilitó un templo consagrado a Ehécatl, y también encontramos parte de los que fue el juego de pelota. En este predio que ya intervenimos se hará un museo de sitio que controlará el INAH. Todos estos hallazgos que se encuentran en distintos predios de la calle de Guatemala están intervenidos para hacer de ellos ventas arqueológicas igual que esta que ya está abierta al público.
¿Cuáles son los hallazgos de este vestíbulo o nueva ventana arqueológica?
Está el cuauhxicalco que es una estructura circular de 17 metros de diámetro, es un edificio que estaba destinado a llevar a cabo actividades relacionadas con el fuego al pie del templo mayor, su relación es con el dios de la guerra, también encontramos restos de un árbol sagrado. Para la cosmovisión mesoamericana las ramas del árbol son las que cargaban la bóveda celeste, y sus raíces entraban al inframundo.
¿Cuáles son los hallazgos en cuanto a ofrendas que encontraron en este vestíbulo?
Se encontraron en este espacio 52 sahumadores mexicas y una ofrenda que consiste en un depósito de 300 mandíbulas humanas que se colocaron para consagrar el cuauhxicalco. Debajo de este depósito encontramos también un texcal una piedra de sacrificios en forma de poliedro, se encuentra en forma simbólica para consagrar el cuauhxicalco que es un edifico circular. En la base de esta piedra había cinco cráneos tres de mujeres y dos de hombres alineados de norte a sur.
¿Cuál era la función del cuauhxicalco?
En náhuatl quiere decir vasija o recipiente de águilas, y era un edificio redondo en donde se celebraban las fiestas en honor a Huitzilopochtli. Se dice que de la estructura de ese ídolo bajaban con una serpiente de papel, era una serpiente que venía reptando de lo alto del templo mayor hasta llegar al cuauxicalco en donde era quemada. Los tlatoanis o gobernantes eran incinerados en el cuauhxicalco, que fue construido durante el gobierno de Moctezuma I quien gobernó entre 1440 y 1469 aproximadamente. Este edificio circular está decorado de cabezas de serpientes, presenta los restos de la escalinata de acceso a esta plataforma circular. Este es un cuauhxicalco previo al que conocieron los españoles, el último debe estar enterrado en la calle de Guatemala.
¿Cómo se puede describir el árbol que se encuentra al centro?
En un extremo del cuauxicalco se encuentran los restos de un árbol sagrado, se trata de un encino de la época de Moctezuma I. Esta tradición de colocar en el centro de la plaza el tronco de un árbol sagrado todavía la encontramos en muchos pueblos de México por lo que no se ha perdido esta costumbre. A este fragmento de árbol nosotros le dimos un tratamiento especial para poder exhibirlo. Este árbol representa el centro de los cuatro ejes o rumbos del universo. Los mexicas traían cinco árboles que colocaban en los ejes del universo en el norte, sur, oriente y poniente y uno más en el centro, que representaba el centro del universo, el templo mayor simboliza el centro de centros, desde aquí parte como platicamos en un principio el trazo de la ciudad.
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