CIUDAD DEMÉXICO, 25 enero 2018.- En las galaxias activas, la mayor parte de la energía emitida proviene del núcleo y su variación es muy rápida, por lo que poseen alta luminosidad, de ahí que hay luz en el universo, su emisión es no estelar, tienen jets y líneas de emisión magnética, informó el doctor David Hiriart, investigador del IA-UNAM, campus Ensenada, uno de los investigadores que colaboran en diferentes proyectos internacionales dedicados a la observación de núcleos activos de galaxias.
Expuso que en el centro de la galaxia hay un hoyo negro supermasivo que atrae el material a su alrededor y dicho material forma un jet. “Las líneas magnéticas a lo largo del jet atrapan cargas eléctricas, particularmente electrones, que en su movimiento producen radiación en el radio y, cuando los electrones son muy energéticos, en el óptico; esta radiación se conoce como radiación sincrotrón”, explicó.
Indicó que el hoyo negro concentra una altísima cantidad de energía potencial gravitacional que se libera cuando cae en él la materia y es por ello que los núcleos activos de galaxias concentran tanta energía, lo que hace posible observarlos aunque sean objetos lejanos a la Tierra.
“Si la mínima variación de luminosidad ocurre en un día, el tamaño es del orden de un día luz, por esta razón es importante medir las variaciones en su luminosidad”, subrayó el doctor Hiriart.
Explicar las variaciones en el brillo de este tipo de objetos, así como realizar aportaciones —en conjunto con astrónomos teóricos— a los modelos unificados que describen su estructura, son algunos de los objetivos que persiguen los investigadores del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (IA-UNAM), campus Ensenada, informa la Agencia Informativa CONACYT.
Observación de blazares
Desde 2008, el doctor David Hiriart colabora en un proyecto de investigación internacional para observar núcleos galácticos activos, lo que implica realizar observaciones frecuentes desde el Observatorio Astronómico Nacional Sierra de San Pedro Mártir (OAN SPM), utilizando el telescopio con espejo de 84 centímetros de diámetro.
Especificó que son 37 objetos, denominados blazares, los que se monitorean como parte del proyecto, con la colaboración de astrónomos de todas las regiones del mundo para mantener observaciones continuas.
“Cada mes observamos estos blazares, que son objetos bien brillantes, porque el telescopio es de tamaño modesto. Hacemos estas observaciones y colaboramos con un grupo internacional llamado Whole Earth Blazar Telescope(WEBT). En el grupo se tienen también datos del radio, de rayos gamma y otras regiones del espectro, ponemos juntos todos los datos, los interpretamos y los resultados de estos estudios se presentan en publicaciones y congresos internacionales”, comentó.
El investigador mencionó que desde el OAN SPM no solamente se monitorea el brillo de los blazares sino también su polarización y para ello utilizan un polarímetro, instrumento que fue construido en el mismo instituto.
Por su parte, la doctora Elena Jiménez Bailón, astrónoma observacional del IA-UNAM, campus Ensenada, especializada en el estudio de la luz emitida en rayos X, quien colabora en un proyecto de nivel internacional para hacer aportaciones a los modelos unificados de los núcleos activos de galaxias,
“Hay una estructura mucho más grande que es como una dona, toroide es la palabra científica, de material mucho más frío, casi siempre hay jets, más grandes o más pequeños, en algunos objetos son partículas que salen a una velocidad descomunal, con un montón de energía y pueden alcanzar distancias mucho más grandes que la propia galaxia, que tiene una magnitud gigante; todos los tipos de núcleos galácticos activos que hay los podemos explicar de esta manera”, refirió.
Aunque la estructura de los núcleos activos de galaxias puede cambiar de tamaño de acuerdo con la masa del agujero negro que se encuentra en el centro, la estructura se mantiene con los mismos elementos y cambia su escala y línea de visión.
«Los núcleos galácticos activos son fundamentales porque la mayor parte de la luz del universo proviene de ellos”, comentó la investigadora quien junto con sus colaboradores mexicanos y europeos monitorean una muestra de alrededor de 20 objetos y generan datos a partir de observatorios satelitales de rayos X, como Chandra y el XMM-Newton.