La antigua ciudad se hizo con barro, pero no con adobes, contiene edificios que parecen haber sido construidos por los antiguos romanos
CIUDAD DE MÉXICO.- Al norte del estado de Chihuahua se encuentran los restos de una extraordinaria ciudad prehispánica con características muy particulares y misteriosos antecedentes: Paquimé que se encuentra muy cercana a la ciudad de Casas Grandes, a 350 kilómetros al noreste de la ciudad del estado de Chihuahua.
Del lugar el cronista español Baltazar de Obregón, en 1563 escribió: “Esta gran ciudad… contiene edificios que parecen haber sido construidos por los antiguos romanos. Su vista es magnífica… Hay muchas casas de gran tamaño, fuerza y altura. Estas casas son de seis o siete pisos, con torres y muros cual fortaleza para protección y defensa contra sus enemigos… Las casas contienen grandes y magnificentes patios pavimentados con enormes y hermosas piedras…
Los muros de las casas se encontraban estucados y pintados de muchos colores y sombras.” En su artículo “Paquimé y el mundo de la cultura Casas Grandes”, Eduardo Gamboa escribió: “El trazo de la ciudad se basa en tres ejes constructivos orientados hacia el norte: los edificios ceremoniales, la Plaza Central y las unidades habitacionales.
El primero está conformado por pequeñas plataformas rematadas con piedra y con tipologías que semejan aves decapitadas… Durante las excavaciones… se localizaron ricas ofrendas de cuentas de conchas, turquesa y cobre, así como pequeñas esculturas de piedra, una con forma de ídolo y otra en forma de T, semejando las puertas de las unidades habitacionales.” Las casas contaron con un efectivo sistema hidráulico que a través de pequeños canales hacía circular agua desde un manantial cercano. Se han encontrado esqueletos de personas que fueron enterradas con ofrendas.
La construcción Paquimé se hizo con barro, pero no con adobes, sino utilizando una técnica de vaciado, lo cual logra que los muros tengan una mayor resistencia, por supuesto que también fueron utilizadas vigas y refuerzos de piedras. Se calcula que estuvo habitada por más de 2200 habitantes y que su esplendor sucedió entre os años 1000 y 1100 d. C.
Un cálculo arqueológico estima que la ciudad fue quemada y abandonada en el año 1340. Los motivos del abandono son desconocidos igual que el paradero de sus habitantes. Esto ha llevado a que se haya pensado que sus fundadores constituyeron una de las siete tribus (o pueblos) de los aztecas que ahí estuvieron de paso hacia el sur para fundar Tenochtitlan, y que este es el motivo del abandono.
A esta idea se llegó por encontrar que hay vestigios en los que se ha descubierto el culto a Quetzalcóatl, a que la ciudad tiene algunas coincidencias con el urbanismo prehispánico del sur como contar con campo para el juego de pelota y al fenómeno (y en este sentido por sus conocimientos de astronomía) de que en el Montículo de la Cruz, en la plaza principal, se manifiesta el fenómeno del solsticio creando juegos de luz y sombras.
REDACCIÓN/VOCERO